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250 euros al mes por dormir con 8 personas: albergues de Barcelona se convierten en ‘pisos colmena’ ante la crisis del turismo

El Rocket Hostels Gràcia ofrece a estudiantes estas camas en habitaciones compartidas a 270 euros mensuales.

Pol Pareja

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“Somos un hostel que en lugar de trabajar con turistas, hemos cerrado para ofrecer nuestras habitaciones a estudiantes desde 270 euros/mes”. Así se anuncia en un portal inmobiliario desde el pasado domingo el Rocket Hostels Gràcia, situado en el barrio de Vallcarca de Barcelona, a tocar del Park Güell. La estancia mínima es de un mes, no se requiere fianza y la habitación ofertada se comparte con otras personas.

En la nueva Barcelona sin turistas por culpa del coronavirus, los pocos albergues abiertos buscan la manera de atraer nuevos clientes con ofertas que ya no se dirigen a turistas sino a personas que vienen a la ciudad a pasar unos meses, especialmente estudiantes. Aunque estas ofertas son mucho más económicas que los precios habituales, acaban asimilándose a las tarifas de los polémicos ‘pisos colmena’ y no cumplen con las medidas que el Govern considera una vivienda digna.

Al menos seis albergues de la capital catalana ofrecen desde hace unas semanas estancias de larga duración, pensadas para estudiantes, que implican pagar más de 250 euros mensuales por dormir en un habitáculo dentro de una habitación compartida. Otros ofertan directamente camas sin ningún tipo de intimidad en habitaciones comunes. El lavabo, en todos los casos, es compartido. 

Es el caso del albergue Hipstel Paral·lel, situado en el barrio de Poble Sec, que pide 250 euros mensuales por dormir en una cama en una habitación con ocho personas más. El Hostel One en el barrio de Sants pide 300 euros mensuales por dormir en una habitación junto a cinco personas. El Free Hostels, en l’Eixample, tiene ofertada una cama en una habitación de cuatro personas a 330 euros mensuales.

Cuando el promotor de los polémicos pisos colmena, Marc Olivé, anunció en septiembre de 2018 que ponía en marcha su proyecto en Barcelona, el Ayuntamiento se opuso frontalmente a la idea y recordó que eran ilegales porque carecían de licencia y no cumplían con las condiciones adecuadas. La teniente de alcalde de Urbanismo y Movilidad, Janet Sanz, recordó que la “infravivienda” y el “hacinamiento” no tenían paraguas legal y que un proyecto de ese tipo no tenía cabida en Barcelona porque no cumplía con los requisitos autonómicos de habitabilidad.

Las condiciones de los mencionados pisos colmena son muy similares a las que ofertan ahora los albergues. El proyecto de Olivé contemplaba unos precios que van de los 200 a los 300 euros mientras que el espacio disponible para cada cliente era de 1,2 metros de alto por 1,2 de ancho y 2,4 metros de largo, unas proporciones muy similares a los habitáculos que oferta el Rocket Hostel para estudiantes, por ejemplo.

El decreto de la Generalitat de 2012 en el que se definen las condiciones mínimas de una vivienda digna establece que una habitación en la que pernocta una persona debería tener más de cinco metros cuadrados, una dimensión que se amplía a más de ocho metros cuadrados para dos personas.

Desde el Ayuntamiento de Barcelona señalan que no está permitido ofrecer alquileres mensuales en estos albergues y aseguran que si el consistorio detecta cualquier irregularidad en este sentido actuará e iniciará los “procesos disciplinarios correspondientes”.

La habitación en este hostel de Vallcarca es estrecha y oscura. También lo es la recepción del albergue, con la mitad de las luces apagadas y un aspecto que no tiene nada que ver con el que presentaba antes de la pandemia. A las 12 de la mañana del lunes las persianas de la habitación todavía no estaban abiertas del todo y algunos clientes dormían aún en sus habitáculos. “Últimamente viene muy poca gente”, señalaba el chico que trabaja en la recepción. “Creo que los dueños hacen esto de las estancias largas porque ven que esto no se recuperará pronto”.

Solo en Barcelona ciudad hay 115 hostels, una cantidad que se amplía hasta 128 si se cuentan todos los de la provincia. En total, hay disponibles 10.800 camas en estos alojamientos y el 90% de las pernoctaciones suelen hacerlas turistas extranjeros.

Este periódico llamó el lunes a más de 25 albergues de la ciudad y la mayoría permanecían cerrados. De los diez que encontró operativos, seis ofrecían habitaciones de larga duración y reconocían que es una oferta que han puesto en marcha durante las últimas semanas ante la falta de clientes. elDiario.es ha intentado sin éxito recabar la opinión de ACATUR, la patronal de los albergues turísticos de la que forman parte el 50% de estos locales.

La situación que viven estos alojamientos coincide con la del resto de negocios enfocados a la pernoctación de turistas en la ciudad. El sector hotelero de la capital catalana sólo logró ocupar el 10% de las plazas en julio y preveía llegar al 30% en agosto en el mejor de los casos. También los apartamentos turísticos pasan serias dificultades en Barcelona y Apartur, la patronal de estos inmuebles, cifró en un 40% el número de pisos de Barcelona que ya no están enfocados al turista y han intentado encontrar un inquilino en el mercado convencional.

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