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Ser o no ser municipio independentista, el 'procés' vuelve a poner a prueba a Colau

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau

Jordi Molina

Barcelona —

Ada Colau deberá resolver este lunes una encrucijada más relacionada con el procés. Adherirse, o no, a la Associació de Municipis per la Independència (AMI), una de las plataformas más importantes y activas que trabajan en favor de la soberanía de Catalunya, junto con la ANC y Òmnium Cultural. Y, haga lo que haga la alcaldesa de la capital catalana, la crítica está garantizada por cualquiera de los dos frentes, el independentista y el unionista. Ante esta tesitura, los 11 ediles de Barcelona en Comú está previsto que opten por la abstención en el pleno extraordinario solicitado por CiU, ERC y la CUP y que tendrá lugar este lunes, la misma semana en la que Catalunya celebra la Diada.

En declaraciones ante los medios de comunicación, Colau ha recordado esta semana que su programa electoral recogía el compromiso de convocar una consulta para que fueran los ciudadanos quienes se pronunciasen sobre la adhesión a la AMI. “Lo que cuenta no es qué opinan individualmente 11 concejales, sino qué opinan los vecinos de Barcelona”. Un relato en clave democrática que es el que mejor le ha servido a la alcaldesa hasta ahora para abordar el debate nacional. En esta ocasión, Colau volvió a insistir en que Barcelona en Común es “una candidatura municipalista y plural, formada por independentistas, federalistas y personas de diversas sensibilidades”.

Para que la adhesión de Barcelona a la AMI prosperase son necesarios 21 ediles, o lo que es lo mismo, la mayoría absoluta del Consistorio, formado por 41 concejales. Ahora mismo, y sí no hay un cambio poco probable en las próximas horas, solo sumarían en favor del “sí” nueve de los 10 ediles de Convergència –y es que Sònia Recasens, la única regidora de Unió, se abstendrá—, los cinco de ERC y los tres de la CUP. Otra opción, que ya sonó durante el mes de julio entre las filas de ERC y la CUP, es que Barcelona se sume a la AMI como “ciudad amiga”, una solución salomónica que no requiere de mayoría absoluta del pleno, aunque las fuentes consultadas de BComú no lo han confirmado.

El debate sobre la adhesión a la AMI, como mínimo, ha cumplido parte de las pretensiones de CDC, ERC y la CUP, que buscaban un posicionamiento claro de los de Colau ante la independencia. Fuentes de ERC y la CUP explican que “presionarán hasta el último momento” a BComú para que dé libertad de voto a sus concejales. Una maniobra que ha incomodado al equipo de gobierno, que ha criticado a los grupos municipales independentistas por haber forzado este pleno “con precipitación en un contexto electoral” antes de la Diada y del 27-S. También des de Ciutadans, PSC y PP –los tres grupos que votarán en contra de la propuesta— se ha usado el debate para cargar contra Colau, en este caso por “ceder” ante los postulados independentistas.

El pleno llega una semana después de que Colau anunciara que no participaría en la manifestación de la Meridiana durante la Diada. Una decisión que justificó des de una perspectiva institucional, argumentando que la celebración del 11 de septiembre de este año hace “referencia explícita” a la convocatoria electoral del 27-S. La alcaldesa, si bien defendió la legitimidad de la Via Lliure –y se prestó a recibir a los organizadores—, insistió en la necesidad de separar su papel institucional de una manifestación “con claras referencias electorales”, aunque negó que le pareciera “partidista”.

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