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La reivindicación social asoma en la cadena humana

Imagen de una manifestación contra los recortes en educación. /EDU BAYER

Pau Rodríguez

Barcelona —

A las 17.14 horas de este miércoles de Diada, cuando la cadena humana se despliegue por toda Cataluña, las manos de Carme Martínez, directora de la escuela Artur Martorell de Badalona y activista contra los recortes en educación, conectarán con las de la consellera de Ensenyament, Irene Rigau. Lo mismo sucederá con Ramon Serna, trabajador del Hospital Josep Trueta de Girona, cuyos dedos alcanzarán al consejero de Salut Boi Ruiz -o a su “espíritu”, como él mismo dijo, porque al final no asistirá a la cadena aunque la apoya.

La transversalidad que caracteriza la convocatoria para la Via Catalana, con la independencia como único denominador común, es para muchas personas su principal activo, por su capacidad aglutinadora al margen de ideologías. Pero para otras personas es justo lo contrario: creen que la Via Catalana, como el proceso soberanista, debería estar dotada de un discurso socioeconómico. Por eso movimientos como el Procés Constinuent, plataformas en defensa de los derechos sociales, o el colectivo LGTB, han convocado concentraciones simultanias a la cadena, algunas de las cuales estarán dentro del recorrido oficial y otras se engancharán a la Via aunque no formen parte estrictamente de ella.

“Debemos ir más allá de la independencia como fin: hay que ejercer la soberanía para decidir qué modelo de organización social queremos y recuperar nuestros derechos”, valora Carme Martínez, que participará en el 'Tram Progrés', un tramo en Badalona convocado por la 'Plataforma por Nuestros Derechos' -fuera del recorrido fijado por la ANC, aunque conectará con él- para introducir la defensa de la escuela pública “sin la cual no se puede concebir el futuro de una nación”, defiende Martínez.

El mismo patrón seguirá la acción que rodeará el hospital Josep Trueta de Girona, organizada por la Red por los Derechos Sociales de Girona. Sin seguir el curso de la Via, se connectará a ella a su paso por el hospital.

Pero sin duda el abanderado de estos tramos anexos es el que llama a rodear las dos torres de La Caixa en la avenida Diagonal de Barcelona ('Encerclem La Caixa'), una concentración que tiene su origen en el Procés Constituent, un movimiento con 40.000 adhesiones encabezado por la monja Teresa Forcades y el economista Arcadi Oliveres que, como su nombre indica, aboga por abrir un proceso constituyente que permita “al pueblo catalán decidir qué modelo de país desea”.

“El proceso soberanista es una oportunidad para impugnar un modelo social que no nos interesa, el del capitalismo ahora cuestionado”, defiende Neus Forcano, de la comisión de organización del Procés Constituent. Para Forcano, “ahora es el momento para repensar la economía y su repercusión social, para controlar las transacciones financieras, para limitar los sueldos abusivos de los consejeros de los bancos”. Por ello rodearán La Caixa, símbolo del “poder financiero que abusa de su condición y sigue buscando los máximos beneficios para sí mismo en tiempos de crisis”.

¿La Via Catalana sale reforzada o perjudicada?

A muchos de los participantes de la Via Catalana les ha dolido que algunos colectivos quieran aportar sus matices al mensaje suficientemente claro de la ANC: “avanzar en el camino hacia un Estado independiente”. Los detractores de estas iniciativas con contenido social las consideran egoístas. Piensan que estas expresiones añadirán ruido al grito unísono de independencia, por lo que, estratégicamente, creen que restan fuerza a la movilización. El debate se enconó especialmente cuando ICV llamó a rodear La Caixa cuando más incertidumbre había sobre si quedarían suficientes personas para llenar la zona del Ebro.

Sin embargo, quienes organizan convocan estas concentraciones, lo ven de forma diametralmente opuesta. “Mucha no habría participado en la Via por no interesarle el proceso soberanista sin una propuesta social, y de este modo sí lo harán”, expresa Carme Martínez. 'Encerclem La Caixa', con todo, reunirá a 4.000 personas alrededor de la causa independentista. “Es claramente una propuesta inclusiva, reflejo también de la sociedad plural que queremos para el país”, expresa Forcano.

Ante este debate, la ANC lo dejó claro: su objetivo es “sumar el máximo de sensibilidades alrededor del proceso político”, pero asumiendo “como propio” solo el trazado establecido de la Via Catalana, no el de los anexos como el del Procés Constituent o el del Hospital Josep Trueta. Aún así, las distintas iniciativas aseguran haberse puesto de acuerdo con la ANC para llevar a cabo sus propuestas, tanto a nivel nacional como a nivel local, y así lo corroboró la propia Assemblea.

Sucedió al revés con otra reivindicación que trasciende el mensaje de independencia, y que integrará uno de los tramos oficiales establecidos por la ANC: la defensa del Delta del Ebro. La propia ANC local propuso a la Plataforma en Defensa del Delta del Ebro que ocuparan el tramo del puente de Amposta, con el río cuyo trasvase combaten bajo sus pies. Así lo cuenta Manolo Tomàs, de la plataforma.

Tomàs no tiene claro que la independencia paralice el trasvase -no solo el Plan Hidrológico Nacional amenaza el caudal del Ebro, también lo hace el canal Segarra-Garrigues que proyectó la Generalitat-, pero sí cree que al menos en un Estado independiente “se haría una defensa del patrimonio ambiental”. Sea como sea, Tomàs dice que accedieron a participar como plataforma en la cadena humana pero que “todo el protagonismo debe ser por el derecho a decidir y el conjunto de la Via Catalana”.

El colectivo LGTB, en la Glorieta de la Transexual Sonia

Quienes también van a estar en la Via Catalana serán el colectivo de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales, que de acuerdo con la ANC ocuparán el tramo 741, el que pasa por el Parque de la Ciutadella de Barcelona, y aprovecharán para conectarlo con la Glorieta de la Transexual Sonia, dentro del parque. “Justo en ese punto, en 1991, Sonia, una transexual que vivía por la zona, fue asesinada de forma brutal por un grupo de jóvenes de ultraderecha”, recuerda Eugeni Rodríguez, presidente del Observatorio contra la Homofobia.

“Cada 11 de septiembre enviamos un manifiesto en el que explicamos que, al defender una sexualidad libre, también entendemos una sociedad o un país libres”, expresa Eugeni, satisfecho porque esta vez podrá tomar parte de la manifestación en una zona emblemática. El nombre de la Glorieta de la Transexual Sonia, oficial desde su aprobación en el pleno del distrito de marzo, era una “reivindicación histórica” del colectivo.

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