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La Generalitat multará con hasta 10.000 euros el acoso sexual en discotecas y fiestas mayores

Trabajadores municipales que atienden casos de acoso en una fiesta mayor de Barcelona

Oriol Solé Altimira

La Generalitat multará distintos tipos de violencias y acoso sexual. El Gobierno catalán ha presentado este miércoles un protocolo que contempla sanciones de entre 100 y 10.000 euros contra el seguimiento obsceno a las mujeres, la injuria sexual, el acorralamiento con finalidad sexual y otras conductas que impliquen una vejación sexual en entornos de ocio. Todas ellas serán constitutivas a partir de ahora de infracción administrativa, al igual que el exhibicionismo obsceno, la masturbación en espacios públicos o abiertos o hacer fotos a partes íntimas.

El protocolo quiere castigar conductas de acoso sexual que no están suficientemente contempladas en el Código Penal. En concreto, el Código Penal castiga el acoso sexual cuando se piden favores sexuales en el ámbito de una relación laboral o docente, pero no en el resto de espacios, como por ejemplo los entornos de ocio –fiestas mayores, festivales, discotecas, etc.

La Generalitat ha reconocido que pese a que algunas de las infracciones están en vigor, la administración ha aplicado pocas multas “por falta de criterios interpretativos y de directrices operativas para su ejecución”. Es precisamente en los entornos de ocio donde la Generalitat quiere focalizar tanto las sanciones como las políticas de prevención.

En este sentido, la Generalitat formará a 13.000 personas para luchar contra las violencias sexuales en entornos de ocio. La conselleria de Interior y el Institut Català de les Dones formará tanto a agentes de los Mossos d'Esquadra como a vigilantes de seguridad privada, controladores de acceso a los locales, camareros y trabajadores de los guardarropa de los locales de ocio. El objetivo, además de la sensibilización, es que todos ellos dispongan de herramientas para intervenir en casos de agresiones, tanto con las víctimas como con los presuntos autores.

El protocolo contempla como “indispensable” que la sala de fiestas tenga una designado un responsable de atención a las víctimas de acoso sexual, así como un espacio concreto en el local donde pueda acudir la víctima y sea atendida con seguridad. También recomienda crear espacios seguros cerca de la barra o la cabina del DJ para garantizar la separación entre el presunto agresor y la víctima.

Según la última encuesta de violencia machista en Catalunya, el año pasado el 20,9% de las violencias sexuales fuera del ámbito la pareja se dieron en espacios de ocio, el 18,3% en el espacio público y el 17,1% en el transporte público. Con estas cifras en la mano, la consellera de Presidència, Elsa Artadi, ha defendido la aplicación del protocolo en todas las actividades de ocio, ya sean promovidas por las administraciones públicas o por empresas privadas.

Artadi ha llamado a hacer un cambio cultural. “No es un hecho aislado, no es que el sistema nos esté fallando, sino que el problema está en el sistema”, ha subrayado, y ha abogado por acabar con el imaginario colectivo en el que persisten valores que subordinan a las mujeres y legitiman la violencia machista.

La Generalitat se suma así al Ayuntamiento de Barcelona, que desde el año pasado, junto a discotecas como Razzmatazz o Apolo y festivales como el Primavera Sound, disponen de un protocolo contra el acoso sexual. Los locales firmantes se comprometieron a abandonar criterios que discriminan por razón de género, como las promociones para a traer a mujeres, que pasan por concederles entrada gratuita o ofrecerles bonificación en la bebida, o las fiestas con código de vestimenta obligatorio.

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