La Asociación Española Contra el Cáncer de València alerta de que la COVID ha retrasado 1 de cada 5 diagnósticos de cáncer
La Asociación Española Contra el Cáncer de Valencia (AECC Valencia) ha alertado este jueves de que el colapso hospitalario provocado por la covid-19 durante la primera ola ha implicado que uno de cada cinco pacientes (un 21 %), no se ha diagnosticado o fue diagnosticado tarde.
La asociación ha presentado este jueves, con motivo del Día Mundial Contra el Cáncer, el informe “Impacto de la pandemia en las personas afectadas por cáncer”, que advierte además de que la crisis sanitaria ha aumentado el malestar emocional, con un incremento de la ansiedad y la depresión, entre los enfermos de cáncer y ha empeorado la situación económica en los pacientes con menos recursos.
La Comunitat Valenciana es la tercera con mayor número de personas a las que se han diagnosticado un cáncer en situación de vulnerabilidad social en 2020, mientras que cerca de 34.700 enfermos valencianos (la mayoría mayores de 60 años) están atravesando la enfermedad solos, lamentan desde la asociación.
AECC ha impulsado una campaña para reclamar un “acuerdo contra el cáncer” que permita dar una respuesta común a esta situación “de emergencia” y hacer frente a las desigualdades en el acceso a programas de prevención, tratamientos y resultados de investigación.
El presidente de AECC Valencia, Tomás Trénor, ha lamentado que los pacientes con cáncer son los “grandes damnificados” de esta crisis sanitaria al sufrir dos pandemias: “la covid y la silenciosa que es el cáncer”.
Trénor ha explicado que la presión hospitalaria que generó el coronavirus en la primera ola provocó retrasos en los diagnósticos, pero también, aunque en menor medida, en los tratamientos de enfermos de cáncer. Un situación que actualmente no está tan “desorganizada”, precisa.
El vicepresidente de la asociación, Antonio Llombart, ha señalado que esta situación preocupa especialmente en regiones en las que ya era baja la participación en pruebas de cribado, como es el caso de la Comunitat Valenciana.
Según ha indicado Llombart, el Instituto Nacional de Estadística contabiliza a más de 698.300 valencianos de entre 50 y 69 años que no se han realizado el test de heces, lo que supone que un 55,1 % de la población de riesgo no se ha efectuado una prueba que permite la detección precoz del cáncer de colon.
Por lo que respecta a las citologías para el diagnóstico de cáncer de cuello de útero, la Comunitat es la tercera autonomía, por detrás de Andalucía y Cataluña, con mayor número de mujeres que nunca se han realizado esta prueba, sumando un total de 640.100 mujeres.
A largo plazo, esto supone un menoscabo en el diagnóstico y, como consecuencia, una reducción significativa de la supervivencia en cáncer, además de un incremento notable del coste de la enfermedad a medida que los tumores avanzan de fase, advierte.
En cuanto a los tratamientos de quimioterapia y radioterapia en los hospitales, se redujeron un 9,5 % y un 5 % respectivamente en los momentos más duros de la pandemia.
Helena Alloza, gerente de AECC Valencia, ha señalado además que la situación provocada por la pandemia también ha incrementado el malestar emocional de las personas con cáncer, que va en ascenso.
Durante el confinamiento, uno de cada tres pacientes con cáncer sufrió síntomas de ansiedad y depresión, y en noviembre de 2020 esta cifra se hacía extensible a un 41 % de los pacientes en España.
Los más susceptibles a padecer estos trastornos son los menores de 30 años, con diagnóstico reciente, en situación de desempleo o con ingresos inferiores a 1.100 euros, a los que se les hace difícil gestionar la información en medio de la covid, ha explicado Alloza.
Uno de los problemas asociados al malestar emocional es la soledad no deseada: un 40 % de las personas con cáncer se han sentido solas en este tiempo de pandemia.
Así lo ha relatado Cristina Gómez, de 32 años, enferma de cáncer de mama a la que le realizaron una masectomía al inicio del confinamiento, en una operación muy complicada, tras la que no pudo recibir visitas cuando “lo que más deseaba en el mundo era que vinieran a verme después de salir viva de esa operación” y cuyo tratamiento de radioterapia se tuvo que retrasar.
“En esta tercera ola me siento un poco apartada, tengo muchas dudas, tengo muchos miedos y me gustaría ir a ver a mi oncólogo o a mi enfermera para poder comentarle los problemas que pueda tener con la tranquilidad de que no me vaya a pasar nada”, ha señalado, una situación emocional que está superando con ayuda de una psicóloga de la asociación.
El Observatorio Nacional del Cáncer advierte asimismo de que en la Comunitat Valenciana 34.673 pacientes viven solos, y la mayoría con una edad superior a los 60 años.
Además, dos de cada cinco valencianos (el 41,66 %) con cáncer y sin trabajo no reciben prestación por desempleo resultándoles difícil hacer frente a los gastos que implica la enfermedad, entre 100 y 300 euros al mes por núcleo familiar.
Alloza ha indicado que el servicio de Atención Social de AECC Valencia se encuentra con pacientes de entre 50 y 60 años que están más preocupados por alimentarse bien o seguir pagando gastos básicos que por las propias consecuencias de los tratamientos.
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