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La hija de Carlos Fabra, conocida por el ¡que se jodan!, no seguirá en el congreso

Andrea Fabra, en el Congreso de los Diputados.

Voro Maroto

La larga carrera política de Andrea Fabra parece tocar a su fin. Fuentes del PP valenciano dan por seguro que la hija del que fuera omnímodo presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, no repetirá como diputada en el Congreso.

Su actividad parlamentaria ha sido irrelevante y carece de apoyos de en el partido, donde todos dan por sentado que su larga carrera política (fue senadora y lleva desde 2008 ocupando un escaño por Castellón en el congreso) se debe al respaldo de su padre, ahora en la cárcel por fraude fiscal.

Sin el manto protector del cacique de Castellón, Fabra carece de apoyos en el partido, donde su marido también tenía influencia. Juan José Güemes, exconsejero de sanidad de Madrid con el PP, abandonó la política en 2000 para liderar luego el intento de privatización de la sanidad madrileña.

Licenciada en derecho, Fabra reiteró el lunes su disposición a seguir trabajando con el PP, pero el partido no la quiere. Su apellido, antes garantía de influencia, ha caído en desgracia. Su alejamiento de Castellón –reside en Madrid- y que desobedeciera las órdenes de su partido y pidiera el indulto para su padre, tampoco han ayudado.

Fabra participa en hipotecas por valor de 1.7 millones de euros. Excepto un breve periplo en Telefónica, casi todos sus ingresos han venido de sueldos públicos. Fue asesora parlamentaria del PP (1997-1999), senadora (2007-2008) y luego diputada (2008-2015).

En el congreso protagonizó una de las polémicas más sonadas de los últimos años cuando dijo, en medio de un debate sobre el desempleo, “¡que se jodan!”. Fabra pidió disculpas por su expresión y negó que fuera referida a los parados. Este vídeo recoge la escena.

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