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El centro penitenciario de Picassent registró 1.130 incidentes “graves” en 2020

La prisión de Picassent, en València.

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València —

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El Centro Penitenciario de Picassent registró, entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2020, un total de 1.130 incidentes “graves o muy graves”, entre ellos 16 agresiones o intentos de agresión a trabajadores, según un informe del sindicato Acaip-UGT.

Este colectivo detalla que, entre los sucesos, más destacados figuran 16 agresiones o intentos de agresión a funcionarios con lesiones de diversa gravedad, a consecuencia de los cuales, incluso, “varios de los trabajadores agredidos tuvieron que permanecer de baja médica”.

El sindicato se refiere a “puñetazos en la cara, patadas, mordiscos, arañazos son algunos de los métodos utilizados por los internos para agredir a los trabajadores”.

Como ejemplo cita que el 26 de enero de 2020, cuando se realizaba el cacheo de una celda, los dos internos ocupantes de la misma “se abalanzaron contra los funcionarios que lo realizaban”. Apuntan que el jefe de Servicios fue empujado contra la pared, a otros trabajadores se les propinaron patadas y puñetazos. Además, a esos internos se les requisó un objeto punzante, una jeringuilla y sustancias tóxicas.

Otros incidentes relatados por Acaip ocurrieron el 23 de marzo, cuando las funcionarias de servicio acompañaban a una interna clasificada en primer grado al patio y esta les agredió con el palo de una escoba por lo que las dos funcionarias “han tenido que permanecer varias semanas de baja laboral por las lesiones sufridas”, o el 18 de noviembre, cuando un interno arrojó lejía contra un funcionario cuando le abría la puerta de la celda.

Acaip recalca que en estos momentos hay en el Centro Penitenciario de Valencia un total de 42 presos que tienen antecedentes de agresiones a trabajadores penitenciarios. Según los datos facilitados, han tenido lugar un total de 186 casos de amenazas graves, coacciones o insultos graves a trabajadores.

Asimismo, aseguran que hasta en 19 ocasiones los internos se han resistido de forma activa y violenta al cumplimiento de órdenes o de la normativa interior del centro, la mayoría de estos hechos se producen en el departamento de Enfermería o en el que aloja a los internos clasificados en primer grado.

El informe señala, por otra parte, que se ha producido un plante o desorden colectivo y dos intentos más, en los que algunos internos intentaban que otros protagonizaran incidentes graves o no entraran en sus celdas. Uno de ellos fue secundado por los internos.

El sindicato denuncia igualmente que ha habido una evasión mientras un interno era trasladado en ambulancia al Hospital General y hasta en 341 ocasiones los internos se han resistido de forma pasiva al cumplimiento de órdenes o de la normativa interior del centro. Además, se han contabilizado 154 agresiones entre internos, de mayor o menor gravedad, alguno de los cuales ha sufrido lesiones de importancia y se han denunciado un total de 45 casos de amenazas y coacciones graves de unos presos sobre otros.

Al menos en 65 ocasiones, continúan desde el sindicato, se ha producido un deterioro grave de mobiliario o dependencias del centro, en varios casos por incendios provocados de forma voluntaria por los internos, teniendo estos que ser rescatados por los funcionarios; se han encontrado un total de 193 objetos prohibidos por la normativa vigente (varios “pinchos”, teléfonos móviles, y diversos tipos de drogas); se han producido 66 casos de autolesiones por parte de los internos; dos suicidios; 10 internos que se han declarado en huelga de hambre y dos de ellos también en huelga de sed.

Además, se han detectado 11 casos de intoxicaciones graves por consumo de drogas, u otras sustancias; se han denunciado 10 casos de sustracción de objetos personales de internos por otros compañeros de internamiento; y 18 presos han quebrantado su condena al no regresar de permiso.

Problemas “endémicos”

En opinión de Acaip, este establecimiento penitenciario sigue presentando unos “problemas endémicos”. En este sentido, hacen notar que es “uno de los centros del Estado que mayor número de internos e internas muy peligrosos acoge, pese a que dispone de menos medidas de seguridad y una peor estructura que otros más modernos para albergarlos, por lo que no reúne las condiciones necesarias de seguridad para albergar a este tipo de internos, que son los que protagonizan los incidentes más graves, sobre todo las agresiones a trabajadores”.

En esta línea, estiman que “el déficit en materia de personal del centro continúa aumentando, puesto que en los últimos cuatro años se ha perdido más de un 30 por ciento de la plantilla” y alertan de que en la actualidad “faltan más de 100 trabajadores sobre el número mínimo que debería haber según la Relación de Puestos de Trabajo del Centro”. Este déficit -prosiguen- es más acuciante en los puestos que están en contacto directo con los internos y en personal facultativo.

Finalmente, mantiene que es “habitual que un sólo funcionario tenga que hacerse cargo de más de 140 internos, estando por debajo de los servicios mínimos que se imponen por la administración en caso de huelga”.eld

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