El “Gobierno a la valenciana” se deja ver en Madrid
De aparecer en las declaraciones públicas de los políticos a aparecer con rostro y voz en el Congreso de los Diputados. “El Gobierno a la valenciana” que reclama Pablo Iglesias para España se ha dejado ver hoy en Madrid con Ximo Puig (PSOE) y Mónica Oltra (Compromís) a la cabeza.
El debate parlamentario para la toma en consideración de la reforma del Estatuto valenciano ha conseguido hoy que ese “Gobierno a la valenciana”, como ejemplo de unión de partidos para encarnar el cambio, según el líder de Podemos, fuera una presencia de carne y hueso.
En la tribuna de invitados, durante el debate, se han sentado el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y la vicepresidenta, Mónica Oltra, así como el máximo representantes de Les Corts Valencianes, Enric Morera, y consellers del Gobierno autonómico.
Cuando PSOE, Podemos y Ciudadanos se acercan al día en que se reúnan a tres por primera vez -el próximo jueves-, la presencia física de los máximos dirigentes de la Generalitat se ha seguido con lupa por los informadores y por los propios diputados.
De hecho, la confluencia de parlamentarios en el hemiciclo durante el debate ha sido considerable, lo que ha llamado la atención de los representantes de Les Corts Valencianes, Jorge Bellver (PPCV), Manuel Mata (PSPV) y Fran Ferri (Compromís), los mismos que acudieron al Congreso en septiembre del año pasado para discutir exactamente lo mismo.
Entonces, cuando los diputados autonómicos tomaron la palabra, el hemiciclo se encontraba prácticamente vacío.
Ferri, de hecho, ha empezado así su intervención: “La ciudadanía decidió -el pasado 20 de diciembre- dar voz a nuevos representantes” en el Congreso de los Diputados, lo que se ha traducido en un cambio de actitud, a su juicio: “En septiembre, muchos prefirieron el Bar Manolo -contiguo a la Cámara- antes que asistir a este debate, entre ellos, Mariano Rajoy”.
“Era un hemiciclo -ha continuado- casi vacío, el símbolo perfecto de lo que pasaba cuando venían los valencianos aquí”.
Aparte de una mayor expectación, el “Gobierno a la valenciana” ha generado mensajes políticos cruzados, los de quienes lo ven como representación del cambio que demandan los ciudadanos y los de quienes lo consideran el gabinete de “un PSOE maniatado por Podemos”, en palabras de Bellver.
En su intervención, el diputado autonómico del PP ha señalado que la Generalitat valenciana no sólo ha provocado “más déficit, más impuestos y más deuda”, sino que además es “un repelente de inversiones”.
Algo parecido ha afirmado tras el debate la presidenta del PPCV, Isabel Bonig: “Tenemos en Valencia un tripartito que basa su acción de gobierno en el odio y en el rencor, solamente en levantar las alfombras y los cajones del PP y en espantar a los inversores”.
Una impresión completamente opuesta ha mostrado la diputada de Podemos Ángela Ballester, para quien “el Gobierno a la valenciana” es un Gobierno “de progreso”, pero no sólo: “Es la imagen que queremos para el Gobierno de España”.
Preguntado por lo que significa un “Gobierno a la valenciana”, el propio presidente, Ximo Puig, ha sido claro: “Es sobre todo diálogo y capacidad de sumar, capacidad de entender las diferencias y de poner siempre el interés general de la Comunitat por encima del partidismo”.
Obviamente, es el “modelo” que Puig quiere para España, tal y como ha reconocido.
Y en términos similares se han expresado otros políticos valencianos presentes en el Congreso, miembros de los partidos que hacen realidad ese “Gobierno a la valenciana”.
Como el también socialista Manuel Mata, para quien, en el Congreso, los partidos “están forzados a encontrar soluciones de progreso” desde “la mayoría que hay”.
Adhesión y rechazo. En estas coordenadas se mueve hoy, políticamente, “el Gobierno a la valenciana”.
En una semanas se resolverá si sigue entre esos extremos o no.
