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Los portavoces de Els Verds desmienten las acusaciones de maltrato de los militantes expulsados

Representantes de Verds-Equo

Laura Martínez

Los dirigentes de la formación ecologista Verds-Equo han tratado de poner fin al revuelo causado por ocho militantes expulsados que recientemente han acusado a sus líderes de mobbing político, acoso laboral e incluso de usar la violencia “física y verbal”.

En una rueda de prensa conjunta, los portavoces y miembros de la formación verde Juan Ponce, Cristina Rodríguez, Julià Álvaro, Carles Arnal y Giuseppe Grezzi, han desmentido las acusaciones de los exmilitantes, que han calificado de “ridículas”. “Nuestros puestos de confianza pueden contarse con los dedos de las manos” ha ironizado Rodríguez, en referencia a las declaraciones de los expulsados.

Los dirigentes lamentan “tener que llegar a esta situación” dada la polémica creada recientemente cuando los expulsados de la formación acusaron a Álvaro y otros dos destacados miembros de Verds-Equo de diversos maltratos, tras haber reclamado procesos de transparencia en la toma de decisiones.

Álvaro, secretario autonómico de Medio Ambiente y principal blanco del grupo disidente, no descarta tomar medidas judiciales. El número dos de la consellería considera que las acusaciones no tienen fundamento ninguno e insta al grupo de exmilitantes a aportar las pruebas que consideren oportunas.

Por su parte, Rodríguez y Arnal, niegan que sus dimisiones se produjeran por la persecución política o los insultos que alegan los militantes, sino que obedecieron a decisiones personales.

En vista de las graves acusaciones de los militantes que en su día constituyeron la “Plataforma por la Transparencia”, la cúpula de els Verds ha explicado el procedimiento desde la constitución del gobierno del Botánico hasta la designación de cargos en la consellería de Medio Ambiente. Uno por uno, los dirigentes han ido desmontando las denuncias, explicando los procedimientos de nombramiento de cargos -de cuatro, dos independientes al partido- y el procedimiento sancionador.

En un principio la plataforma se constituyó por desacuerdo en la toma de decisiones del partido por 12 personas, de las que finalmente 8 fueron expulsadas por no respetar las decisiones del partido aprobadas por consenso y votación en diferentes mesas y Ejecutivas. Posteriormente, denunciaron persecución política y acoso por parte de la actual cúpula del partido ecologista y llevaron el caso a la dirección federal de Equo, que no tiene potestad sobre la formación de Els Verds.

Al respecto, los dirigentes exponen que todas las decisiones impugnadas se llevaron a órganos del partido y se tomaron tras deliberación y votaciones, en las cuales la plataforma quedaba en “clara minoría” y así consta en las actas.

Para Grezzi, líder de la formación en la provincia de Valencia, el revuelo puede responder a una batalla por el interés personal, dado que, según el también concejal de movilidad sostenible, los afiliados ni siquiera pagaban las cuotas del partido y quisieron sumarse al proyecto en vísperas de las elecciones para buscar un lugar en la consellería o el Ayuntamiento. 

Asimismo, consideran que los exmilitantes no siguieron una vía constructiva para canalizar sus críticas a la formación -“lógicas”, según los portavoces, dado que “un partido es un lugar de debate, acuerdo y desacuerdo”-, sino que han optado por el conflicto y dar “munición a quien quiere enfrentarse al gobierno del cambio”.

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