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Los expertos instan a padres y docentes a prevenir a los niños sobre el uso de móvil y las nuevas tecnologías desde los siete años

Dos jóvenes utilizando el móvil en un parque

elDiariocv

Valencia —

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Actualmente, el 90,4% de menores de entre 9 y 16 años dispone de teléfono móvil y el 92,2% tiene ordenador o tablet propios, dispositivos que les permiten estar conectados entre 3 y 4 horas al día. En este contexto de uso generalizado de nuevas tecnologías con conexión a Internet, los expertos instan a padres y docentes a prevenir el uso de nuevas tecnologías desde los 7 años, ya que entre el 65% y el 80% de los menores reconocen que sus progenitores no aplican medidas frecuentes de control parental. Éstos son algunos de los datos que se extraen del informe sobre dependencias a las nuevas tecnologías, financiado por la Diputación de Valencia y elaborado por E-value.

El ‘Estudio del uso de las tecnologías de la información y la comunicación en menores de la provincia de València’ se ha presentado esta semana en la jornada ‘Diptic’, en la que han participado los profesionales que han elaborado el estudio, como son el asesor técnico de E-Value, Víctor J. Villanueva; la periodista y especialista en marketing online, Susana Lluna; o el catedrático de Psicología Básica de la Universitat de València, Mariano Chóliz, entre otros.

Este proyecto, enmarcado en el Programa Provincial de Drogodependencias de la Diputación, surge por la detección de una incidencia de “comportamientos negativos en cuanto al uso de las nuevas tecnologías en edad infantil y adolescente, ya que antes este trabajo se centraba en el abuso de sustancias y dejaba fuera estas nuevas realidades a las que hay que prestarles atención”, explicaba la diputada de Bienestar Social, Mercedes Berenguer.

En el estudio han participado niñas y niños de 15 municipios “de todo tipo, rurales, urbanos, semiurbanos… con tal de tener variedad y el máximo rigor sobre cómo están les afectando realmente estas nuevas dependencias”, ha explicado Berenguer, quien ha señalado, además, que “la tecnología por sí misma es positiva, por ello hay que conocerla para evitar estos riesgos e impulsar intervenciones educativo-preventivas que permitan dar respuesta eficaz a las necesidades y retos que ésta plantea en la población más joven”.

Educación y prevención

“Menos prohibición y más educación”, ha señalado la periodista Susana Lluna, quien ha destacado la parte positiva de las nuevas tecnologías si se educa a los niños utilizarlas “con unos valores”, ya que “las competencias en TIC son fundamentales a la hora de incorporarse al mercado laboral”. “Somos los padres quienes tenemos la responsabilidad de ver qué tipo de contenidos consumen, qué tipo de aplicaciones usan, qué amigos tienen, etc., no se trata de control, sino de supervisión”, ha añadido.

La edad media de inicio del uso del móvil es de 10,3 años, nivel que baja a 9,4 años en el caso de ordenador y tablet y a 8,7 años, en consolas, según se relata en este estudio, realizado con una muestra compuesta por 1.061 alumnos de 5.º y 6.º de Primaria y de 1.º, 2.º, 3.º y 4.º de Secundaria (ESO) de centros escolares de 15 municipios con menos de 20.000 habitantes de la provincia de València.

Ante esta nueva realidad, los especialistas que se han encargado de la elaboración de este informe, que analiza los impactos reales, positivos y negativos, del uso y abuso de las TIC por parte de la población infantil y juvenil, advierten de que la intervención preventiva con la población infantil y adolescente es “imprescindible”, dadas “las problemáticas detectadas”, y urgen a que “se anticipe a edades donde no se produzcan todavía situaciones de riesgo”.

Entre las medidas preventivas que pueden adoptar padres y docentes, se apunta el establecimiento de límites y normas en relación al tiempo total y a la franja horaria de conexión a Internet; aportar mayor información sobre posibles usos abusivos y problemáticos; aplicar medidas de seguridad online, así como dar información y formación para evitar o gestionar la exposición a ciberacoso, uso de datos personales, sexting y sextorsión, entre otras prácticas.

Como ha señalado el asesor técnico de E-Value y coordinador del estudio, Víctor J. Villanueva: “Las estrategias de prevención se diseñan teniendo en cuenta que se requiere de enfoques educativos que no demonicen su uso y doten a los adolescentes de una formación tecnológica, que incluya cómo utilizarlas para extraer su máximo rendimiento y cómo evitar un uso inadecuado”.

Cómo usan los jóvenes las TIC

La media de tiempo de conexión al día se sitúa entre 3 y 4 horas: el 43% de jóvenes se conecta entre 1 y 3 horas al día; el 19,4%, entre 3 y 5 horas; el 13,9%, durante más de 5 horas, y el 10,7% se conecta durante todo el día. Es importante apuntar que, entre 9 y 11 años, el 6% se conecta más de 5 horas al día y el 3%, durante todo el día. En cuanto a la franja horaria preferente, es de 14 a 21 horas. Sin embargo, hay un 9,2% de los menores participantes en este estudio se conecta también a partir de las 24 horas casi todos los días.

Respecto a los usos vinculados a relaciones interpersonales, chicos y chicas tienen un patrón de uso similar. Si bien las chicas lo emplean con mayor frecuencia para comunicarse con sus amistades y los chicos para aumentar sus seguidores en las redes sociales. Asimismo, las chicas emplean Internet con mayor frecuencia que los chicos en trabajos académicos, para ver series o partidos y para subir información online. Los chicos, por su parte, puntúan más alto en la realización de descargas online, juegos en red o seguir a youtubers, así como en participación en foros o blogs.

Abusos más frecuentes

En relación al uso problemático de Internet, los resultados muestran una media de 11,1 puntos. Sin embargo, el 25,4% de los adolescentes se identifican a sí mismos como “usuarios problemáticos”, el 26% en el caso de los chicos y el 22,6% en el de las chicas.

Del mismo modo, entre la exposición a riesgos online los más mencionados son el sexting, esto es, la petición de envío de contenidos de tipo sexual; el uso sin permiso de datos personales publicados previamente en redes sociales; el ciberacoso; el contacto a través de redes sociales con una persona que ha utilizado una identidad ficticia; la suplantación de identidad en una red social o ser víctima de sextorsión por parte de una persona con quien ha compartido contenidos íntimos propios y le ha chantajeado con difundirlos.

Entre el total de participantes se observa que el nivel de conocimiento sobre seguridad online es medio-alto. Las chicas muestran un mayor nivel de conocimiento sobre seguridad online que los chicos, pero, sin embargo, éstos cuentan con un mayor nivel de aplicación de medidas de seguridad online.

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