La enciclopedia jamás contada

“Vivim d’una paraula que nosaltres no hem dit

i n’esperem una altra que tampoc podem dir.

Som nascuts a una vida que no hem encés nosaltres

i n’esperem una altra que no s’ens muira mai.

No és nostra la primera ni l’última paraula.

Ni nostra la llum última“.

Antoni Ferrer. L’Eliana, 2016-2020

Entre las deudas que tiene el País Valenciano con Joan Fuster (Sueca, 1922-1992) está la Gran Enciclopedia de la Región Valenciana. Rigor y criterio en los contenidos de esta obra fueron los dos principios que en ningún momento abandonó Fuster. A sus seguidores, más ilustración. A sus detractores, todavía más conocimiento. Es un planteamiento que se repite frente a diversos personajes que han sido determinantes en la configuración cultural e intelectual en la historia reciente del territorio valenciano y sus habitantes: Teodoro Llorente Olivares, Martín Domínguez Barberá, Manuel Sanchis Guarner o Lluís Vives. Nutrida nómina de valencianos comprometidos con su tierra. Para contribuir a valorarlos, Joan Fuster sabía que era imprescindible un trabajo duro, intenso y prolongado. No lo podía llevar a cabo la Universidad ni el racimo de entidades culturales y anecdóticas, ni convenía que recayera sobre los políticos ni en las instituciones oficiales. Únicamente pudo llevarlo a cabo la iniciativa privada de quien estuviera dispuesto a lanzar el proyecto y desarrollarlo. Con dinero y voluntad sólo tampoco. Hacía falta conocimiento, convicción y capacidad para trabajar con la mirada puesta en el esfuerzo común de bastantes para el bien de todos. Se necesitaba la recopilación de datos e información que explica la existencia de un pueblo sobre sus signos de identidad con el fin de posibilitar su interpretación.

Nosaltres els valencians

La Gran Enciclopedia de la Región Valenciana está ligada al trabajo de supervisión y asesoramiento que aportó Joan Fuster desde sus inicios y a lo largo de ocho años de publicación. En la única referencia biográfica sobre Joan Fuster en la que se menciona la participación en este proyecto editorial es en el trabajo de Francesc Pérez Moragón y Salvador Ortells recientemente editado: “Joan Fuster. D’un temps, d’un país (1922-1992)”. Joan Fuster fue una persona con mentalidad enciclopédica–hombre enciclopédico– que vivió obsesionado por recopilar y ordenar toda la información posible sobre la historia, la cultura y la vida de los valencianos. El País Valenciano que no tuvo una “Renaixença” política y cultural consistente, tiene notables lagunas en aspectos fundamentales para estudiar, analizar e interpretar dilatados períodos de su historia. Cuenta con abundante material disperso y con la labor de notables experiencias singulares que requieren estudio y la valoración sistematizada de estas experiencias que forman parte del acervo cultural valenciano y por consiguiente, del conjunto español y europeo en el que se integra y con el que se complementa. La publicación angular de “Nosaltres els Valencians” por parte de Fuster en 1962 evidencia su vocación de relatar acontecimientos y puntos de vista que provocaran el interés y la polémica sobre el pasado con la perspectiva de futuro colectivo de los valencianos. Libros como “Una historia de violencia. La Transición valenciana (1975-78)” escrito por Borja Ribera y recientemente editado por Tirant Humanidades, responde a la inquietud de análisis y retrospección que difundió Joan Fuster. Precisamente ilustra su portada con una imagen del grave atentado que sufrió en su casa el escritor de Sueca.

Multidisciplinar

Desde este pequeño gran libro de Joan Fuster, otras iniciativas, de las que fue protagonista, desvelan su inquietud multidisciplinar. Fuster a mediados del siglo XX se encuentra con un País Valenciano desorientado que carece de los elementos fundamentales para construir la urdimbre cultural, económica, intelectual y social, imprescindible para que una sociedad pudiera tomar conciencia de su papel en el mundo moderno. La puesta en marcha de la Sociedad Bibliográfica Valenciana S.A, con Fuster como animador, es un buen ejemplo. La publicación de la primera “Estructura Econòmica del País Valencià” bajo los auspicios del Banco de València y de su presidente Joaquim Reig i Rodríguez, es otra muestra. La aparición de publicaciones ( Dos i dos, Qué y Dónde, València Semanal) y gabinetes de estudio e iniciativas (Sigma 2- Notícia del País Valencià) constituyen eslabones de voluntarismo que acabaron sucumbiendo por la falta de un sustrato económico y empresarial que correspondía y corresponde a la burguesía valenciana, de cuya existencia nunca se supo ni en concepción ni en voluntad de ser y ejercer.

30.000 ejemplares 

He leído referencias a la publicación de la Gran Enciclopedia de la Región Valenciana al hilo de la monomanía por las efemérides. No es cierto que este proyecto editorial se iniciara en 1973 ni tampoco que diera sus primeros pasos en 1969. Fue en el verano de 1970 a consecuencia de un encuentro casual entre quienes después seríamos los coordinadores de la obra que se editó, primero por fascículos y después en doce volúmenes, hasta 1978. Fueron más de ocho años de trabajo intenso. María Teresa Más Ivars, hija del editor, Manuel Más Capó, y yo habíamos coincidido en la Escuela de Periodismo de la Iglesia –la única forma de conseguir la titulación sin pasar por la Escuela Oficial de Periodismo, órgano de la dictadura–. El propietario de la editorial, Manuel Más, entabló relación profesional con los responsables de una iniciativa que les pareció trasladable a València: la Gran Enciclopedia Asturiana. Aquella experiencia  había alcanzado aceptación tanto por el público asturiano como en su extendida diáspora de la emigración por Europa y en el continente americano. Así se fraguó el proyecto editorial más relevante del País Valenciano y con mayor tirada impresa y vendida sobre temática valenciana. La tirada inicial fue de 25.000 ejemplares que posteriormente se amplió con 5.000 más.

Falla la burguesía

Con mirada retrospectiva la Gran Enciclopedia de la Región Valenciana, alumbrada cinco años antes de la desaparición del dictador, Francisco Franco, surgió a modo de iniciativa integral y autosuficiente promovida por un empresario de Benissa, Manuel Más Capó. No salió de los círculos poderosos del entorno de Vicente Iborra Martínez o Silvino Navarro Vidal, ni de los cementeros Serratosa o Carpi, ni de los aceiteros Casanova, de los inmobiliarios Noguera, de los florecientes molinos de harina y arroz o de los exportadores con raíces citrícolas. Una vez más las apuestas arriesgadas y decididas por los valores valencianos provinieron de las comarcas, las villas y los pueblos que revitalizan las coordenadas para dotar de consistencia las raíces valencianas con posibilidad de afianzar a la sociedad para aventuras posteriores. Joan Fuster lo vio y apostó por el proyecto, que sin ser lo que él hubiera preferido, tuvo el acierto de arrancar, funcionar con dignidad y llegar a buen puerto con la culminación de la publicación. Aún hoy, en el siglo XXI, no se ha producido una experiencia similar ni equivalente en su desarrollo y ambición.

Publipress 

En septiembre de 1970 tuve un accidente de coche –in itinere– camino de Gijón, comisionado para conocer y seguir el desarrollo de la enciclopedia asturiana que sirvió de modelo a la experiencia valenciana. Las consecuencias me mantuvieron más de diez meses fuera de circulación. En la puesta en escena y lanzamiento participó la agencia de publicidad Publipress de Vicent Ventura. La empresa de comunicación publicitaria más significativa y relevante con socios de la talla del escultor Andreu Alfaro, el fotógrafo Francesc Jarque, Luís Torres, Alfredo Benavent, Josep La Roca o el economista Manuel Girona (después presidente de la Diputación de València). A este último, a propuesta de Ventura, se le encomendó la redacción de los textos de las comarcas valencianas, que fue una de las aportaciones estructurales más importantes y novedosas de la Enciclopedia, de acuerdo con una división comarcal lógica y racional que hasta entonces no existía.. La Enciclopedia aportó a Joan Fuster la remuneración que necesitaba el escritor de Sueca para pagar los gastos de su casa durante los ocho años que trabajó para este proyecto. Los jefes de redacción que mantuvieron la relación con Joan Fuster, en visitas semanales a su casa en Sueca, fueron Francesc Pérez i Moragón y F. Xavier Blai i Messeguer. A los que reemplacé en los últimos años de la Enciclopedia en la conexión entre la redacción de la obra, con más de doce redactores y el director efectivo de contenidos (Joan Fuster) que propusieron y elaboraron cerca de treinta asesores y especialistas temáticos junto con un centenar de colaboradores de la máxima solvencia que escribieron las voces y entradas de la Enciclopedia.

Fin de un sueño editorial

El papel desempeñado por Joan Fuster en la Enciclopedia valenciana fue cardinal y constante a lo largo de los ocho años de publicación. Al finalizar el recorrido de los 12 tomos que componen la colección, propuse la prolongación del esfuerzo editorial iniciado con apéndices de ampliación de información y contenidos que completaran la ardua labor realizada. La recopilación documental hubiera podido completarse mediante la publicación de enciclopedias temáticas que habrían proporcionado continuidad a la labor cultural y editorial desarrollada. En 1978 se dio por finalizado el proyecto y quedó truncada la posibilidad de crear los cimientos de la sociedad editorial más ambiciosa y sustancial del País Valenciano a lo largo de su historia. Fue la única empresa capaz de desarrollar todo el ciclo editorial completo por sus medios y sin salir de sus instalaciones: concepción, documentación, ilustración, fotografía, maquetación, coordinación, gestión, redacción, pre-impresión, estampación a cinco colores, encuadernación y distribución. Todo un hito en la edición y las artes gráficas valencianas que se malogró después del intento de fusión con la Editorial Mondadori, en un encuentro, celebrado en el Parador de Turismo de Xàbia, entre los responsables de Mas Ivars Editores y la multinacional editora italiana.