La reforma laboral funciona
Cuando se cumplen cinco meses desde la aprobación de la Reforma Laboral, sus efectos positivos sobre el mercado de trabajo resultan incuestionables, tanto en términos cuantitativos como cualitativos, pese a las dificultades e incertidumbres provocadas antes por la pandemia y ahora por la guerra de Ucrania.
Frente al modelo de inestabilidad laboral anterior y un ajuste del mercado de trabajo centrado en los despidos y en el abuso de la contratación temporal, la alternativa aplicada durante la pandemia (previa concertación entre el gobierno y los agentes sociales), supuso un auténtico cambio de paradigma orientado a minimizar el ajuste externo, consistente en expulsar del mercado de trabajo a los más precarios, aplicando mecanismos regulatorios de ajuste interno y fuerte inversión pública que garantizaban el mantenimiento del empleo y del tejido productivo, lo que supuso que en medio de una profunda recesión la caída de la ocupación fuese muy inferior a la del PIB y su recuperación más rápida.
Por su parte, el nuevo marco normativo (reforma laboral) y socioeconómico (Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia) derivado, respectivamente, del diálogo social y el impulso gubernamental, está impulsando una fuerte reactivación a pesar de la difícil coyuntura actual, desmintiendo en la práctica los augurios catastrofistas de sus críticos que primero despreciaron el potencial protector de los ERTEs tanto para empresas como para los trabajadores y tratan ahora de ignorar los excelentes datos que aporta el mercado de trabajo, en un patético intento de evitar que la realidad desmienta sus prejuicios ideológicos clasistas.
Sin embargo, los datos de afiliación a la Seguridad Social están en máximos históricos, el paro bajó de los tres millones por primera vez desde 2008 al tiempo que el salario mínimo interprofesional ha seguido creciendo hasta los 1.000 euros y la reforma laboral (negociada) está revirtiendo los aspectos más lesivos de la anterior norma (impuesta) y comienzan a superarse los desequilibrios históricos de nuestro mercado laboral (precariedad, paro, temporalidad, brecha de género…).
A nivel nacional, la población afiliada se situó en mayo en 20.232.723, lo que representa no sólo la recuperación del empleo inicialmente perdido durante la pandemia sino la creación de casi un millón más de puestos de trabajo (tabla 1).
Por lo que se refiere a la Comunidad Valenciana, la afiliación a la Seguridad Social se ha incrementado durante el mes de mayo en 12.006 personas, consolidándose en niveles superiores a los dos millones (2.038.839), lo que supone un total de 114.047 personas ocupadas más que las registradas antes de la pandemia (incremento del 5,9%, superior a la media nacional).
La cifra de contratos registrados en mayo ha sido de 1.640.595 en cómputos estatal, de los que 730.427 (el 44,5% del total) han sido indefinidos (tabla 2), un porcentaje muy alto que consolida el impacto favorable de la reforma laboral en la materia. En los cinco primeros meses del año se han firmado 2,5 millones de contratos indefinidos, más que en todo el año 2021
Durante el pasado mes se registraron 164,227 nuevos contratos laborales en nuestra Comunidad, de los que casi la mitad (48,4%) fueron indefinidos. Entre enero y mayo de 2022 se han suscrito un total de 769.569 nuevos contratos en la Comunidad Valenciana, 123.063 más que en el mismo período del año anterior.
En tan sólo cinco meses se habría producido un auténtico cambio de tendencia en materia de contratación: mientras que para el conjunto de la población asalariada entre 2015 y 2021 la tasa de temporalidad era del 29% y el 71% de los trabajadores tenían contrato indefinido (68% de contrato ordinario y 3% como fijos discontinuos), en 2022 la temporalidad ha descendido ocho puntos y el 79% de los trabajadores disponen de contrato permanente (74% indefinidos ordinarios y 5% de fijos discontinuos)
Así pues, el dinamismo del empleo está siendo compatible con una mejora de la calidad del mismo, que se manifiesta en un fuerte incremento de la contratación indefinida, que en nuestra Comunidad triplica ya ampliamente los datos de 2021, hasta alcanzar los 261.097 contratos indefinidos en los cinco primeros meses del año en curso (tabla 3), la mitad de los cuales lo son a jornada completa.
Más allá de la frialdad de los datos estadísticos, dicho cambio de tendencia afecta ya positivamente a la cotidianeidad de cientos de miles de ciudadanos que acceden, en muchos casos por primera vez, a un contrato fijo que les permite reducir las incertidumbres y angustias de la precariedad, reforzar su autonomía y aspirar a una vida digna fruto de su trabajo. Especialmente importante resulta este cambio para los más jóvenes que han sido, por generaciones, los más afectados por la temporalidad y son ahora los más beneficiados del auge de la contratación fija: entre los menores de 30 años el porcentaje de trabajadores con contrato indefinido ha subido en más de 20 puntos, pasando del 39 al 60 por cien.
Por su parte, los ERTE-COVID finalizaron el pasado 31 de marzo tras dos años en vigor y tras haber sostenido más de 3,6 millones de empleos. Desde el 1 de abril las empresas pueden acogerse a la nueva modalidad de ERTEs establecida por la reforma laboral (Mecanismo RED) o a las ya existentes con anterioridad (ETOP o fuerza mayor), por lo que los trabajadores en situación de ERTE han seguido disminuyendo, previa reincorporación a sus respectivas empresas, confirmando la eficacia de esta medida regulatoria impulsada por el Gobierno para garantizar la continuidad de las empresas y la defensa del empleo.
Desde el inicio de la pandemia el importe total transferido por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) a los trabajadores en ERTE ha ascendido a 16.155.302.076 euros a nivel nacional, de los que 1.402.412.894 corresponden a la Comunidad Valenciana.
Mientras que en el momento más álgido de la pandemia (mayo de 2020) los ERTE protegían el empleo y los salarios de 354.454 trabajadores valencianos (lo que representa el 23,9% de los asalariados), en la actualidad tan sólo permanecen en dicha situación 2.319 personas (tabla 4).
Finalmente, el paro registrado a nivel nacional baja de los tres millones por primera vez desde noviembre de 2008 (tabla 5), hasta situarse en 2.922.991, acumulando un descenso interanual de 858.259 personas (-22,7%), mientras que en la Comunidad Valenciana el ritmo de reducción, con ser importante (-82.554 desempleados menos que en mayo de 2021) está resultando más lento (-18,9%).
Si bien las incertidumbres del momento, cuyo principal indicador es la inflación creciente, pueden complicar la actual fase de recuperación, el cambio de tendencia en el mercado de trabajo representa ya una realidad tan positiva como esperanzadora que sólo quienes desprecian cuanto ignoran pueden cuestionar.
- Pere J. Beneyto es coordinador territorial del SEPE en la Comunidad Valenciana.
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