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Los retos del Ayuntamiento de Castellón en el ecuador del pacto progresista: aprobar la ordenación urbana y abrazar los fondos europeos

La alcaldesa Amparo Marco, acompañada por los portavoces de Compromís, Ignasi Garcia, y de Podem, Fernando Navarro.

Lucas Marco

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El acuerdo de Fadrell, el pacto por el que el PSPV-PSOE, Compormís y Podem gobiernan en el Ayuntamiento de Castelló bajo la batuta de la alcaldesa socialista Amparo Marco, llega al ecuador del mandato con razonable buena salud. Marco ha valorado la legislatura con la pandemia de la COVID-19 como gran reto inesperado. “En el primer año de mandato nos encontramos con una crisis sin precedentes en la historia reciente y la gestión ha supuesto un desafío enorme para el Ayuntamiento”, reconoce la primera edil en declaraciones a este diario.“ La emergencia sanitaria ha sido la prioridad absoluta y hemos reorientado todos los esfuerzos a paliar los efectos sociales y económicos con ayudas directas e indirectas que ascienden a 12,5 millones de euros desde el inicio de la pandemia”, agrega Amparo Marco. 

En esa tesitura ha coincidido el portavoz de Compromís, Ignasi García. “Después de un año marcado por la crisis económica y social provocada por la pandemia, en Compromís estamos centrados en la gestión para avanzar en la recuperación económica de nuestra ciudad”, asegura Garcia, quien remarca la aprobación del Plan General como un “revulsivo económico para la creación de puestos de trabajo”.

El concejal morado Fernando Navarro, representante de la tercera pata del Pacto de Fadrell, ha valorado la primera etapa “marcada por la pandemia” y ha destacado “la presencia de Podem-EUPV en el gobierno de coalición que ha permitido fijar el rumbo de izquierdas acordado en el Acord de Fadrell y ha reforzado las políticas más sociales y verdes”.

“En estos dos años hemos situado retos fundamentales para la ciudad; en transición ecológica hemos impulsado los trabajos para iniciar el plan de reactivación agraria y hemos puesto en valor nuestra biodiversidad con el proyecto de Rutas del Agua y en vivienda hemos incrementado por primera vez desde 1984 el parque municipal y hemos respaldado a los inquilinos en su lucha contra los fondos buitre”, señala Navarro. “Son cuestiones que sin la presencia de Podem-EUPV en el Gobierno no se habrían llevado a cabo”, afirma el portavoz, quien pide al gobierno de coalición para la segunda parte del ecuador “valentía” para afrontar la recuperación.

Navarro se convirtió, tras la crisis desencadenada antes de la pandemia por la gestión de las fiestas de Castellón, en una suerte de artífice del proceso de paz entre socialistas y valencianistas. Los tres partidos progresistas crearon una comisión interna para solventar las diferencias en la gestión aunque la crisis sanitaria que se desencadenó tras el encontronazo entre los tres socios ha barrido las diferencias sobre la gestión de la Fiesta de la Madalena.

La última divergencia, a cuenta de la gestión del agua, se saldó en tablas: Podem propuso una moción para remunicipalizar el servicio, históricamente prestado por la empresa Facsa, y la alcaldesa Amparo Marco se alió con los grupos municipales conservadores —PP, Ciudadanos y Vox— para tumbar la propuesta. Sólo con los votos favorables de la formación morada y de Compromís, la iniciativa fue rechazada.

Sin embargo, más allá de los pequeños encontronazos, Marco vislumbra el inicio de la segunda mitad del mandato como el comienzo de la recuperación. “Iremos avanzando en los objetivos que nos propusimos al llegar”, dice. La alcaldesa ha destacado el Plan General, cuya “parte estructural” se aprobó recientemente en el pleno municipal para obtener el visto bueno definitivo de la Generalitat Valenciana.

“El nuevo planeamiento”, abunda Marco, “supone recuperar la seguridad jurídica para atraer inversiones a nuestra ciudad después de casi una década con un ordenamiento del PP anulado por los tribunales. El Plan General será la herramienta básica del desarrollo de Castelló para los próximos 20 años, diseña una ciudad más sostenible y más amable para las personas, y destierra el modelo urbanístico depredador”.

El concejal de Compormís también incide en su negociado de Reciclaje y Residuos Urbanos. “En los últimos meses se ha triplicado la recogida de reciclaje en Castellón, especialmente de materia orgánica”, explica Garcia. “La recogida de orgánica da impulso a la economía circular, que es el modelo de futuro por el que apostamos en Compromís”, apostilla.

“Desde que llegamos al Gobierno municipal, primero con el Pacte del Grau y ahora con el Acord de Fadrell, hemos trabajado para cambiar el paradigma de ciudad”, destaca la alcaldesa socialista, quien alude a los retos de Castelló: el cambio climático, con el acuciante problema de la contaminación del polígono del Serrallo; el acceso a la vivienda, con los fondos buitres acechando a los vecinos del Raval Universitari, o la igualdad. La primera edil ha presumido de haber situado a la capital de La Plana “como modelo de referencia en gestión de fondos europeos, movilidad sostenible y Agenda Urbana”. “Por fin se conoce esta capital en términos positivos y ese cambio reputacional también nos beneficia como ciudad”, concluye Marco.

Con la vuelta del exalcalde popular de Castellón Carlos Fabra a los juzgados y las vacaciones de verano a la vuelta de la esquina, la ciudad y el equipo progresista del Acuerdo de Fadrell afrontan la segunda mitad de este mandato con una salud en términos políticos a la que no ha afectado demasiado la pandemia.

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