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Una ruta para salvar l'Horta

La ruta del despilfarro en su visita al barrio de Orriols. / @rosadg_

Jordi Castro

La revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) impulsada por el gobierno de Rita Barberá a escasos meses de las elecciones sigue desencadenando protestas ciudadanas, esta vez en forma de ruta. La “Ruta per l'horta amenaçada” es un recorrido impulsado por el colectivo periodístico Xarxa Urbana por diferentes zonas de huerta que están amenazadas por el plan o que ya han sido afectadas por urbanizaciones anteriores, como Campanar, Alboraia o La Punta, y que pretende dar voz a afectados y asociaciones contrarias al PGOU.

“Hacemos la ruta para evidenciar lo que puede ocurrir si no cambia esta política centrada en el ladrillo con el objetivo de seguir especulando”, asegura la periodista Teresa Galindo, una de los promotores de la ruta, que reconoce estar sorprendida con un plan que quiere seguir urbanizando en una ciudad con decenas de miles de viviendas vacías. “Detrás de la destrucción de la huerta está la especulación con los amigos constructores del PP”, añade Miguel Ángel Ferrís, otro de los impulsores del recorrido.

La primera parada de la ruta, celebrada el pasado 18 de abril, fue la Alquería del Rey de Campanar, una alquería medieval del siglo XVI expropiada para una supuesta ampliación del Bioparc que todavía no se ha llevado a cabo 15 años después. Los antiguos propietarios de la alquería denunciaron la situación de abandono de este edificio, declarado Bien de Relevancia Local, y relataron el drama que supuso para los vecinos perder su casa y sus tierras. “Además, nos enteramos de la expropiación por la prensa, ni nos avisaron”, lamentó Concha Aguilar, antigua propietaria del inmueble. La ruta recorrió otras zonas históricas de la huerta de Campanar que han sido destruidas bajo el gobierno del PP como la zona del Camí del Pouet, un camino rural histórico que tenía más de una docena de alquerías medievales.

El recorrido también se centró en las zonas que están actualmente amenazadas por la actual revisión del plan, como la zona del Racó de l'Anell. En esta parte de la huerta cercana a Tavernes Blanques el PGOU prevé la construcción de varios viales, rotondas y 600 viviendas. Representantes vecinales alertaron de que estas construcciones afectarían a la docena de alquerías históricas del Racó, al sistema de irrigación ancestral y en general a unas tierras muy fértiles donde se cultiva la xufa valenciana.

La ruta finalizó en otro de los puntos negros del urbanismo del Ayuntamiento en la huerta: la Zona Altamente Logística (ZAL) de La Punta. Más de una década después del derribo de casas, campos y barracas centenarias la ZAL sigue siendo un enorme solar vacío de cientos de miles de metros cuadrados. Los vecinos fueron expulsados por una supuesta ampliación del puerto que nunca llegó. “Me gustaría que Rita Barberá diese una explicación de por qué está ahora todo eso vacío y que dijese a todos los valencianos que se han equivocado”, aseguró durante la ruta Salvador Segarra, uno de los vecinos de La Punta afectados por el proyecto.

Los vecinos de La Punta reivindicaron en el recorrido que se vuelvan a cultivar las tierras afectadas por el proyecto de la ZAL y pidieron una normativa que proteja la huerta por ley y que impida su recalificación de forma permanente.

La izquierda se compromete a proteger la huerta

La ruta contó con representantes políticos de los principales partidos de izquierda de la Comunitat, entre ellos los candidatos a la alcaldía de Valencia Joan Ribó (Compromís), Jordi Perís (València en comú) y Amadeu Sanchís (EUPV), y el concejal del PSPV Vicent Sarrià. Todos los grupos se comprometieron a emprender medidas para defender la huerta si consiguen gobernar tras las elecciones de mayo.

“Los partidos que hemos intentado evitar que Rita Barberá continuara con la depredación masiva del cinturón de huerta de la ciudad tenemos un último reto porque puede ser que antes de las elecciones haya un último intento por consolidar la destrucción de la huerta”, aseguró el socialista Vicent Sarrià durante la ruta, que además criticó que el Plan de Acción Territorial de la Huerta, un plan ya redactado que protege legislativamente la huerta, “esté en un cajón de la Generalitat”.

Por su parte, el candidato de la formación València en Comú Jordi Perís también criticó el urbanismo “depredador, abusivo y con intereses económicos que no sabemos a quién han beneficiado” y se comprometió a recuperar la memoria histórica de todas las personas que han sufrido “deportaciones forzadas y abusivas” en la ciudad.

En la misma línea Pere Fuset, miembro de Compromís, aseguró que uno de los compromisos del partido es “incluir la huerta en la ciudad y ponerla en valor como parte de nuestra cultura y nuestra identidad”. “La huerta es un paraje único en el mundo y hay que hacer que sea rentable, no solo legislar para evitar amenazas”, añadió.

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