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La funcionaria que derrotó a Jaime Botín en la pelea por un Picasso

Expertos examinan el Picasso 'Cabeza de mujer joven' tras ser incautada en Calvi (Córcega) en 2015

Peio H. Riaño

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No es un mecenas pero ha enriquecido el patrimonio español por delinquir. Jaime Botín, exbanquero y expresidente de Bankinter, sacó ilícitamente del país el retrato de una mujer que Pablo Picasso hizo en 1906, a pesar de que el preciado lienzo había sido declarado inexportable y de que el Ministerio de Cultura le advirtió —ante su insistencia de disponer de su propiedad sin contar con la Ley de Patrimonio Histórico— que ese cuadro no podía abandonar el país de ninguna manera. El hermano de Emilio lo sacó por mar y la Guardia Civil lo agarró en el puerto de Calvi, en Córcega (Francia), en el año 2015, donde portaba el Picasso en su velero Adix.

El banquero alegó durante todos los recursos a las sentencias que fue acumulando en su contra que lo quería llevar a Suiza para protegerlo. La verdad era distinta: su pretensión era ponerlo a la venta en una subasta. La condena por el delito de contrabando de bienes culturales elevó la multa a 91,7 millones de euros y tres años y un día de cárcel. Botín evitará la prisión porque padece una enfermedad “incurable”, según el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.

¿Y el cuadro? Tal y como aclara el artículo 29 de dicha ley, un bien declarado inexportable por Cultura pasa a pertenecer al Estado español en el mismo momento en el que abandona el país de manera ilícita. En pleno verano de 2015 un pequeño camión esperaba a pie de pista en la base de Torrejón al avión que transportaba Cabeza de mujer joven, tras una operación de diez horas. Los agentes del grupo de Patrimonio Histórico de la Guardia Civil y personal técnico de Cultura llegaron a las once de la mañana a Córcega, con destino a una de esas playas de arena blanca y fina donde estaba el Adix. La orden de Cultura estaba ratificada por la Audiencia Nacional y Botín ignoró todas las prohibiciones. El retrato valorado en 26,2 millones de euros estaba en buen estado. Lo incautaron e introdujeron en el embalaje metálico (de 100 kilos) hecho a medida para el lienzo.

El final feliz

Así llegó al Museo Reina Sofía ese verano y desde entonces ha permanecido en los almacenes aguardando el final de estos cinco años de litigio. Ahora Cultura ha decidido que este museo será el responsable de conservar, custodiar y exhibir la joya que viene a ocupar un hueco esencial para entender el Guernica. El final feliz de esa cabeza de la joven muchacha anónima, que pintó Picasso en Gósol (Cataluña) y anunció la llegada del cubismo un año después, en 1907, con Las señoritas de Avignon, empezó a escribirlo Paloma Esteban, entonces conservadora jefa de pintura y dibujo 1981-1991 del Museo Reina Sofía y vocal de la Junta de Calificación, valoración y exportación de bienes del Patrimonio Histórico Español del Ministerio de Cultura. Hoy, jubilada.

La obra maestra evitó el mercado negro gracias a ella. Fue la responsable de escribir el informe en contra de la petición de Christie's, que en nombre de su cliente Jaime Botín reclamó en diciembre de 2012 sacar el cuadro del país. La Ley obliga a hacerlo a los bienes con más de cien años de antigüedad. Paloma Esteban redactó el informe que negó la salida, sin saber que el dueño era un Botín desde que lo adquirió en 1977. Este periódico ha tenido acceso a dicho texto, en el que puede leerse que sin los descubrimientos que realizó Picasso en unos meses, en la localidad leridana, no hubiera visto la luz el movimiento más innovador y más relevante del siglo XX.

“Los hallazgos llevados a cabo en ese momento influirán decisivamente no solo en el cubismo, sino también en la evolución posterior de la pintura del siglo XX, pudiendo ser considerados incluso como una de las claves del arte de nuestros días”, escribió Esteban por orden de la Junta. Concluía que no existe otra obra semejante a Cabeza de mujer joven en el territorio español, ni siquiera en los museos monográficos dedicados al artista. El informe lleva fecha del 16 de diciembre de 2012 y los miembros de la Junta de Calificación, valoración y exportación de bienes aceptaron el punto de vista de la experta en Picasso.

David contra Goliat

Cuenta Esteban a este periódico que unos meses antes de que llegara el dichoso informe del cuadro de Botín había iniciado el proyecto de una exposición titulada: Picasso 1906: de Gósol a la gestación del Cubismo, por petición del director del museo, Manuel Borja-Villel. Ya tenía todas las obras y los préstamos, ya había pasado por el Reina Sofía la especialista del Museo Picasso París para conocer el diseño de las salas y había dado su visto bueno, y la dirección detuvo la muestra en 2016. Al parecer, no había dinero. Una vez jubilada Paloma Esteban, Manuel Borja-Villel ha rescatado la idea de Esteban y será el comisario de la exposición dentro de los fastos del 50 aniversario de la muerte de Pablo Picasso, en 2023.

Las diligencias previas en el juzgado de primera instancia de Madrid se celebran en febrero de 2017. El juez llama a Paloma Esteban para que defienda su informe y en ese momento se entera de que el dueño del cuadro es Jaime Botín. De esa vista no guarda un buen recuerdo por culpa del abogado del exbanquero. El letrado trató de restar autoridad al escrito y acorraló a la conservadora. “Allí nadie dio crédito. Me llamó de todo, cuestionó mi autoridad y lo pasé fatal por lo violento que fue. Dijo de todo lo que se le pasó por la boca”, recuerda. Ese día no estuvo presente el dueño del cuadro. También cuenta el buen trato que tuvo con ella el abogado del Estado del Ministerio de Cultura, Edmundo Bal, ahora diputado de Ciudadanos.

En julio de 2019 se celebró el procedimiento abreviado. Ese día sí estuvo presente el acusado de exportación ilícita. Lo tenía delante, le vio el cogote durante el proceso. Pero lo que más le impresionó en esa jornada fue la presencia del nuevo abogado de Botín, Javier Gómez Bermúdez, ponente en los juicios del 11-M. “Una personalidad. Yo lo vi y sudé tinta. Pero fue educadísimo y amabilísimo en sus preguntas. Hasta que la jueza paró y dijo que ya estaba clarísimo todo”, dice. En ese momento se dio cuenta de lo que estaba pasando: “Yo enfrentándome a ese Goliat”, explica la historiadora. Reconoce que ha pasado miedo, que las presiones le han hecho temer a todo pero que nada le hizo dudar. Esta es la historia de una trabajadora de alto rango del Estado que defendió el patrimonio cultural español de los intereses privados.

Una vida para Picasso

Paloma Esteban llegó al Museo Reina Sofía antes que el Guernica. Era 1990 y la nombraron Jefa de colecciones, cargo que disfrutó bajo las direcciones de María Corral y José Guirao, hasta el año 2000, cuando llegó Juan Manuel Bonet. “Recuerdo el vestido que llevaba el día en que llegó el Guernica, en julio de 1992. No hay nadie en España que haya tratado a Picasso como yo, en exposiciones, investigaciones y catálogos”, indica. Tampoco olvida los intentos de compra de obra de Picasso que, tras documentarlos, resultaban falsos. De la familia Picasso con quien más relación ha tenido es con Claude, hijo del pintor y Françoise Gilot. Le ayudó con los préstamos de la exposición Picasso. Las grandes series cuando nadie quería dejar cuadros. “Se subió a un avión, llegó al museo y se puso a llamar a todos los coleccionistas para que prestaran”, cuenta.

Su vida ha sido Picasso y lo ha defendido hasta en los tribunales, por eso le duele no formar parte de los fastos del 50 aniversario. Desde la Comisión del mismo indican a este periódico que en el comité científico están las instituciones, la familia Picasso y la especialista Carmen Giménez, que será comisaria de las exposiciones de Málaga, Bilbao y la del Museo del Prado sobre la relación con el Greco.

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