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Un viaje por la crisis de Europa en seis películas del Atlántida Film Fest

Póster de 'Ni jueza ni sumisa', una de las películas más destacadas del Atlántida Film Fest

Francesc Miró

Desde que iniciase su andadura como el primer festival de cine online de nuestro país, el Atlántida Film Fest ha crecido y evolucionado en múltiples sentidos. Ha sacado lustro a la ventana de distribución de Internet, otorgando el prestigio que se le conceden a otros eventos culturales con sede física en nuestro país. Pero por ello, no ha renunciado a poder exhibir su iniciativa de forma desdigitalizada: es la tercera vez que la organización proyecta su programación durante una semana en Palma en un marco cultural que este año se celebra del 25 de junio al 1 de julio.

Desde hace dos años, además, el festival organizado por el portal de VOD Filmin tiene como eje temático de su programación un concepto tan sencillo como amplio: Europa. De esa forma, todas las películas de su selección se pueden estructurar en torno a un discurso tan amplio en voces como en miradas sobre la realidad del viejo continente hoy.

Este año se podrán ver online un total de 83 películas del 25 de junio al 25 de julio divididas en cinco secciones: Memoria histórica, con obras de ficción y documental sobre el pasado reciente europeo, Generación, que acoge películas protagonizadas y realizadas por talentos jóvenes, Muros y fronteras, que reflexiona sobre el calado cultural de los movimientos migratorios que se suceden aquí y en nuestros países vecinos, Identidad, retrato del colectivo LGBTIQ+ en la Europa de hoy y Política y controversia, en torno al cine de debate actual. De todas ellas rescatamos algunos de los títulos más interesantes.

Holiday

Holiday

A su paso por Sundance, más de un espectador puso el grito en el cielo por el retrato de la violencia que ofrecía, sin tapujos en lo verbal ni en lo visual, la realizadora sueca Isabella Eklöf. Sin embargo, la mayoría no dudó en recalcar la solidez formal que subyacía en una película que parecía surgida por combustión espontánea: se trata de su debut en la dirección. La realizadora había trabajado, no obstante, en films como Déjame entrar –la original de Tomas Alfredson- o Border, que este año se ha llevado el premio a Mejor Película de Un Certain Regard en Cannes. Eklöf apunta a ser uno de los nombres del cine cine sueco hoy.

Holiday narra la historia de Sascha, la novia de un peligroso narcotraficante. Aunque entre ellos existe una tensión poco ortodoxa, todo va más o menos bien. Un día, sin embargo, la joven empieza a fijarse en otro gánster durante unas lujosas vacaciones en la Riviera Turca.

Júlia y la fábrica de zapatos

Júlia y la fábrica de zapatos

Con el cortometraje Les silences des Machines, Kostia Testut y Paul Calori se hicieron un nombre en el panorama francés por su insólita mezcla de referentes. Los mismos que vuelven a explotar en el musical Júlia y la fábrica de zapatos. A saber: la sensibilidad del Jacques Demy de Los paraguas de Cherburgo o Las señoritas de Rochefort, la habilidad formal del René Clair de French Cancan y el discurso de la aguerrida Agnès Varda pasado por un filtro de Instagram. Lo curioso: que la mezcla lejos de ser indigesta resulta deliciosa.

Julie acaba de entrar a trabajar en una prestigiosa firma de zapatos francesa cuando el dueño de la fábrica amenaza con cerrar para trasladar el taller a china. Las trabajadoras de la fábrica organizan huelgas y manifestaciones mientras Julie se debate entre defender a sus compañeras o respaldar al patrón.

Blue my Mind

Blue my Mind

Tras convertirse en la sensación suiza de la temporada y hacerse con los premios gordos de la academia de cine helvética, llegó a San Sebastián para competir en la sección de Nuev@s Director@s, dónde se fue de vacío por dividir sobremanera a su público. El primer largometraje de la escritora y actriz Lisa Brühlmann se nos plantea como un coming of age bañado en mala uva, una habilidad narrativa prodigiosa e, incluso, un toque fantástico tan desconcertante como sugestivo.

Blue my Mind sigue las desventuras de Mia, una joven adolescente que se acaba de mudar a los suburbios de Zurich dónde no conoce a nadie. Allí tendrá que lidiar con la falta de comprensión parental, las transformaciones de su cuerpo, las ansias de ser otra persona, su despertar sexual y ciertos comportamientos que se le escapan de las manos.

McKellen: tomando partido

McKellen: tomando partido

Antes de que Sir Ian McKellen saliese públicamente del armario durante un debate en la BBC, antes de que fuese nombrado caballero, antes de que se convirtiese en Gandalf o en Magneto, fue activista por los derechos LGTB. El que es uno de los más grandes actores británicos vivos empezó en pequeños teatros londinenses en los sesenta, interpretó los más grandes papeles shakesperianos en los setenta y en los ochenta ya era una estrella mundial, pero siempre estuvo en primera línea de manifestaciones y luchas sociales. No muchos recuerdan que fue uno de los principales impulsores de la derogación del Artículo 28, con el que el Gobierno de Thatcher perseguía cualquier asomo público de la homosexualidad.

Este documental retrata su lucha por la visibilización y normalización, su labor como cofundador de Stonewall, una de las organizaciones LGTB más influyentes de Reino Unido, y su dilatada carrera como actor. Un retrato que aúna compromiso político con artístico, en torno a un personaje que es claro ejemplo de dignidad en una industria cada vez más abyecta.

Ni jueza ni sumisa

Ni jueza ni sumisa

Con las formas de un reality norteamericano de bajo fuste, la narrativa reflexiva pero mordaz de un Foster Wallace belga y el humor más esquinado imaginable, Yves Hinant y Jean Libon han conseguido un documental único. Una obra de no ficción tan cercana al surrealismo como a la comedia negra.

Anne Gruwez es una prestigiosa jueza belga que investiga el asesinato de dos prostitutas en un barrio de clase alta de Bruselas. Sin embargo, el caso de su vida lleva dos décadas sin poderse resolver y va camino de vaciar por completo los recursos de su despacho. Por ello, compagina su labor con casos de abusos, trapicheos, violencia machista e incluso infanticidios. Ni jueza ni sumisa sigue su día a día como investigadora y como parte fundamental de un organismo que personifica lo peor de la sociedad belga contemporánea.

Lyubov: amor en ruso

Lyubov: amor en ruso

Nuevo acercamiento cinematográfico a la obra de la gran Svetlana Alexievich tras la poderosa adaptación de Las voces de Chernóbil que Pol Cruchten dirigió en 2016. Esta vez, la Nobel de Literatura se convierte en voz narrativa y escribe este documental que, más que adaptar el tono de su obra, se convierte en una nueva vía de exploración formal de la misma.

A medio camino entre la descarnada crítica de la Rusia contemporánea de Loveless y la capacidad de sátira del cine de Roy Andersson o Ulrich Seidl, Lyubov: amor en ruso parte de una sencilla pregunta: ¿Cómo se vive el afecto en tiempos de represión y persecución? Decenas de historias que exploran la psique y la inteligencia emocional de un país profundamente contradictorio.

La cara oculta del mundial

La cara oculta del mundial

Oportuno documental que funciona como arma de doble e incluso triple filo. Mientras nos habla de la Copa Mundial de la FIFA 2022, los abusos y precariedad de los campos de trabajo de los que construyen las instalaciones para el evento en Qatar, el documentalista Adam Sobel mira a quienes se niegan a ver el destino de miles de personas migrantes en Europa, y quienes defiende los resultados de determinadas políticas de inmigración mientras celebra por todo lo alto el presente Mundial.

Su mirada nos sitúa en un Qatar en el que una cámara grabando la construcción de un campo de fútbol puede ser un arma política y discursiva, pero también en el que el fútbol se significa mucho más allá de los grandes eventos. El deporte consigue movilizar y a la vez alienar de sus problemas a los trabajadores que compiten en una liga propia en la que ellos son las estrellas.

Daha

Daha

El debut en el largometraje del realizador turco Onur Saylak, que adaptaba el best seller homónimo de Hakan Günday, supuso un revelación para le cine turco actual. También resultó ser una de las películas más comentadas de la pasada edición de Karlovy Vary y, a su paso por el festival de Valladolid, se hizo además con el premio FIPRESCI.

Daha cuenta la violenta transformación de Gaza, un chaval de 14 años que ha crecido a base de golpes en una ciudad costera del mar Egeo. Intentando alejarse de su brutal padre, empieza a trabajar para la mafia en el tráfico de refugiados hacia Europa. Aunque se repite a sí mismo que es algo temporal, el ambiente de delincuencia le absorberá cada vez más. Un drama sin medias tintas tan hábil en su discurso como perturbador en su retrato de la falta de humanidad.

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