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A más ingresos, más votos: así funcionan las votaciones en la SGAE

Efectivos policiales en la sede de la SGAE durante los registros realizados en la operación policial

Vanesa Rodríguez

El escándalo de la “rueda de las televisiones” estallaba, tras años de ser sobradamente conocido en la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), a las puertas de la celebración de su Asamblea. Este jueves, la entidad someterá a votación las cuentas de 2016. Pero el resultado significará mucho más: será un sí o no a la gestión, un sí o no a la actual presidencia de José Miguel Fernández Sastrón, un si ganan o pierden los representantes de la “rueda”. Y no está claro quién ganará la batalla, a pesar de la investigación judicial que ha puesto de relieve el fraude en los derechos de autor de los programas nocturnos de televisión.

En esta Asamblea General Ordinaria pueden participar todos los socios con derecho a voto, que son unos 20.000 de los más de 117.000 que hay en la entidad. Solo tienen derecho a voto aquellos que alcanzan cierta recaudación. Hay miles de socios –la mayoría– que no votan porque no llegan al mínimo, y otra parte –los que más recaudan– que pueden acumular hasta un máximo de 30 votos por persona. El número de votos es proporcional a los ingresos.

El fraude de la “rueda de las televisiones” hacía que socios completamente desconocidos como autores tuvieran mucho poder en cuanto a número de votos en la SGAE, ya que acaparan bajo su nombre una gran recaudación lograda con este sistema. La “rueda” generaba grandes ganancias con música “de baja calidad” o de dominio público con falsos arreglos que se emitía de fondo o en programas de madrugada en connivencia con las cadenas.

De esta manera, los falsos autores copaban la lista de los que más recaudaban en derechos de autor y consecuentemente, acaparaban los votos. Además, ponían a nombre de familiares y testaferros derechos musicales, con lo cual acababan controlando las decisiones en la sociedad, según confirman varias fuentes cercanas a la SGAE a eldiario.es.

Entre los 18 detenidos por la trama de los falsos arreglos musicales, tres de ellos, socios de la SGAE, quedaron este miércoles en libertad bajo fianza de 100.000 euros. Los tres imputados son el pianista gaditano Manuel Carrasco, el compositor Fernando Bermúdez y el productor Rafael Tena, hermano del fallecido cantante Manolo Tena. Carrasco y Bermúdez son socios fundadores de la productora musical Eurodelta Music, dedicada a la selección de composiciones musicales para la edición de vídeos musicales y cuya implicación en la trama fue adelantada por Vertele en 2013.

Según fuentes jurídicas citadas por Europa Press, el juez Ismael Moreno les imputa delitos de corrupción en los negocios, estafa y organización criminal. Está previsto que el resto de detenidos en esta trama vaya pasando a disposición judicial en los próximos días.

Si pagan a tiempo los 100.000 euros de fianza, podrían llegar a la Asamblea y participar en la votación. Y aunque es poco previsible que se presenten allí, no significa que si no están, no voten.

La votación en la Asamblea, que se celebra a puerta cerrada, puede ser presencial, por voto electrónico o el socio puede delegar sus votos, según explican fuentes de la SGAE.

De este modo, aunque los detenidos en la trama no asistan a la votación, podrían haber delegado sus votos, con lo que la Asamblea seguiría estando copada por los defensores de la “rueda de las televisiones”.

A vueltas con la “rueda”

Según cuentan fuentes cercanas a la SGAE, el actual presidente, José Miguel Fernández Sastrón, preparaba modificaciones para poner ciertos límites a la “rueda de las televisiones”. Los implicados en la rueda planeaban tumbar sus cuentas en la Asamblea para evitar que se pusiera fin al chollo de la rueda. La operación contra los implicados en el fraude estallaba, tras cuatro años de investigaciones, a dos días de que se celebrara el encuentro.

La entidad ya había intentado en varias ocasiones acabar con el problema. Cuando se conoció el escándalo en 2013 y el entonces presidente Antón Reixa denunció estas prácticas, se abrieron algunos expedientes, pero todo quedó en nada.

Reixa llegó a un acuerdo con algunas televisiones para que el “retorno” (el dinero que les llegaba de vuelta por derechos de autor que gestionaban tras haber pagado por el uso del catálogo de la SGAE) tuviera un máximo del 30%, pero el resto de televisiones lo demandaron ante Competencia.

Además, durante un año, se cambiaron las tablas de recaudación para que la franja nocturna no tuviera tanto valor. Pero el cambio fue revertido por la oposición de los participantes de la “rueda” que acababan controlando la entidad.

La actual junta directiva estaba esperando ahora un laudo de la OMPI (Organización Mundial de la Propiedad Intelectual) para que mediante un arbitraje pusiera limites en estas franjas horarias. Las mismas fuentes recuerdan que el mismo Sastrón estuvo señalado como uno de los principales defensores de la trama, por lo que creen que estos cambios que pretendía impulsar eran un mero “lavado de cara”.

La votación en la Asamblea se celebrará a puerta cerrada. Según el orden del día, se someterán a voto las cuentas anuales y el balance de gestión. Fuentes de la SGAE señalan que, aunque se tumben las cuentas, no se esperan consecuencias a corto plazo. 

Pero hasta que se conozcan los resultados puede que pasen horas. Es previsible que el turno de “ruegos y preguntas”, dada la coyuntura, se alargue. Más de uno tendrá algo que decir ante la enésima guerra desatada en la entidad a cuenta de la “rueda”. Y es que según reconocen varios socios de la SGAE, “los que pierden con todo esto son los músicos de verdad” a los que este entramado les acabó robando el voto y la voz.

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