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El videojuego maldito que es una carta de amor al horror que se encuentra en Internet

Captura del videojuego ‘oneway.exe: Module 1.0’

Elena Crimental

24 de diciembre de 2025 21:10 h

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Los sueños de la tecnología producen monstruos. Criaturas aterradoras que habitan entornos digitales. Pesadillas construidas de píxeles, capaces de atravesar la realidad y anidar en los imaginarios colectivos. Al amparo de Internet ha surgido un género basado en la viralidad del material original: los creepypastas. Como sucede con cualquier leyenda urbana, la difusión es clave para la existencia de estos relatos de terror, construidos sobre el lenguaje nacido en la red. Por eso, su relación con los videojuegos es tan estrecha.

En el estudio Disordered Media conocen el atractivo de los espacios virtuales abandonados. En su videojuego oneway.exe: Module 1.0 las mansiones marchitas con entidad propia ceden el protagonismo a seres virtuales que toman consciencia. El punto de partida de este llamativo debut consiste en investigar el videojuego de terror inacabado UNTITLED.exe, pues sus archivos esconden un macabro secreto. Para descubrirlo hay que moverse por la interfaz de un ordenador y escarbar entre conversaciones viejas y programas desfasados para averiguar qué pasó con los tres desarrolladores de ese título maldito.

Hay un punto metatextual, ya que detrás de oneway.exe: Module 1.0 también se encuentra un diminuto equipo, encabezado por los fundadores de la desarrolladora, el matrimonio formado por el programador Bugs Ray y la escritora Spider Ray. Junto a ellos trabajan cinco amigos, un grupo pequeño que ha hecho posible esta obra repleta de personalidad y de cariño hacia un Internet que ya no existe. A través de una mezcla de exploración de entornos en 3D, resolución de puzles y navegación por foros olvidados se convierte en el homenaje perfecto a un género moderno.

Arqueología del ‘creepypasta’

La novela epistolar está estrechamente relacionada con el terror por cómo esa aparente veracidad de los textos encontrados añade una capa de inquietud a las historias, que parecen más reales por la manera en que se cuentan. No es casualidad que clásicos como Frankenstein o Drácula optaran por la narración mediante cartas. Más adelante, el metraje encontrado adapta el formato al cine y, aunque sus primeros ejemplos se encuentran a partir de los 60, florece unas décadas después, en el momento en que la tecnología de vídeo se populariza y comienza a estar al alcance de la mayoría. Así, el found footage, precisamente por el aire amateur que le otorga el tipo de grabación y el bajo presupuesto al que se asociaba en un inicio, cautiva a las audiencias.

Captura de una de las escenas del videojuego que rinde homenaje a la historia del ‘creepypasta’

El creepypasta es tan solo la evolución lógica, un heredero nacido al cobijo de un Internet primigenio donde, en vez de las grandes compañías monopolizando las redes sociales, reinaban la interacción anónima en espacios más de nicho y los documentos compartidos libremente. De ahí a que muchos de los relatos más famosos del género partan de videojuegos malditos, mensajes escondidos en CD o cadenas de mails embrujadas. Donde el metraje encontrado muestra lo oculto gracias a la tecnología, el creepypasta cuestiona esa mediación tecnológica, y las consecuencias de que se haya implantado en los hogares.

El lenguaje también se adapta, pues el relato en primera persona surge en chats y la cámara al hombro da paso al glitch. Todo ello está presente en oneway.exe: Module 1.0, que crea una atmósfera opresiva dentro de archivos corruptos. Y es que el videojuego abandonado, núcleo de la historia, parece tener entidad propia. Por eso, hay que navegar por él siendo consciente de que adentrarse en los secretos de su creación será adentrarse en la historia online de los 2000. El matrimonio detrás de la idea se conoció precisamente en línea hace diez años, y se nota que esta historia nace de un interés común. Sorprende, de hecho, que tan poca gente haya sido capaz de crear un videojuego así de cuidado, que combina múltiples estilos de animación, tiene una ambientación sonora envolvente y una estupenda banda sonora de Marcy Nabors (Deltarune), lo que da como resultado lugar un título muy inmersivo.

Aunque abre con una secuencia en un oscuro pasillo y en sus primeros compases toca huir de una criatura, estos lugares comunes dejan paso a un amplio espacio virtual. De esa manera, la supervivencia se alterna con la investigación y la resolución del rompecabezas. Para ello han recreado con precisión distintos elementos digitales populares de entonces, desde foros en los que todo el mundo usa seudónimos hasta blogs estilo MySpace; pasando por mascotas de escritorio, la invasión de los pop-ups y la estética gótica otaku del portal creativo DeviantArt. También mezclan los sustos del jumpscare con la inquietud que emana del entorno, y la confusión de no saber si el mensaje de error que salta está ocurriendo en la realidad o es parte del videojuego, un detalle en el que por desgracia ha influido el hecho de que el lanzamiento haya tenido algunos problemas iniciales, al publicarse oneway.exe: Module 1.0 con bugs [fallos de programación] que dificultan la jugabilidad.

Captura de la escenografía del videojuego ‘oneway.exe: Module 1.0’

El resultado es una obra que recuerda a UFO 50 en su meta narrativa, pero que se enfoca solo en el horror. Cada uno de los ocho personajes principales tiene su propia ruta, que a su vez se inspira en un género de terror diferente. Es fácil captar referencias a otros videojuegos, ya sea en las mecánicas o en los diseños. Pero, además de encontrar guiños a Resident Evil o Five Nights at Freddy's, hay alusiones a conocidos creepypastas, como Sonic.exe —que parte de un disco maldito del videojuego protagonizado por el erizo azul—, y, por supuesto, Slenderman, una historia tan famosa que ya es parte de la cultura popular. Eso es precisamente lo que busca oneway.exe: Module 1.0: realizar una arqueología del pasado para reivindicar las historias que allí nacieron.

Nostalgia por un pasado aterrador

Oneway.exe: Module 1.0 combina las pruebas consistentes en encontrar claves de seguridad entre fotografías de adorables gatitos con el horror que irradia una imagen que se corrompe. Sin duda, manejan el lenguaje de la red. Esa fascinación por el material perdido se aprecia hasta en su página web, que oculta un juego de realidad, es decir, una historia inmersiva fragmentada, que en este caso amplía el lore del propio videojuego. Pero su amor por el medio hace que cierta nostalgia permee en la obra, que sexualiza a sus monstruos y quiere honrar el pasado. Desde Disordered Media aseguran que su debut une “los peores aspectos de tu nostalgia” por ese espacio online, pero no deja de ser una “carta de amor”, como ellos mismos la definen, por “el horror que se encuentra en Internet”.

Conocer más sobre los creadores ficticios repletos de sueños permite entender cómo se pervierten sus frustraciones hasta volverse monstruosas. Pero funciona más como homenaje que como reivindicación

El videojuego habla de cómo la red se ha convertido en un espacio de desahogo, con lo bueno y lo malo que eso conlleva. Por ejemplo, conocer más sobre esos creadores ficticios repletos de sueños permite entender cómo se pervierten sus frustraciones hasta volverse monstruosas. Pero funciona más como homenaje que como reivindicación, más en la línea de Doki Doki Literature Club!, videojuego conocido por utilizar los códigos del horror online para romper la cuarta pared; que a Vile: Exhumed, que expone la violencia que sufren las mujeres a través del uso del gore en la interfaz de un ordenador de principios de los 2000. Pese a que oneway.exe: Module 1.0 no sea subversivo, muestra un cariño genuino y un respeto profundo por todas esas historias aterradoras que les han precedido.

Por ello, resultará especialmente cautivador para quienes están familiarizados con aquel pasado, su lenguaje y los encantos del creepypasta. Para quienes desconozcan este legado virtual será un ejercicio interesante, de asomarse a un mundo extraño y fascinante, pero al mismo tiempo puede resultar complicado avanzar por sus diferentes escenarios, sobre todo porque por ahora no cuenta con localización al español. Otro problema es que su lanzamiento se ha visto empañado por algunos errores de programación que todavía están solucionando. Es más, a la hora de escribir esta crítica, una de las rutas todavía no se puede completar. Por suerte para Disordered Media, ya cuentan con un pequeño fenómeno fan, que se ha dejado embrujar por su universo. Quizá, como con un buen creepypasta, su historia se acabe difundiendo, y el legado de ese videojuego maldito perviva en el tiempo.

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