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El fiasco de Silvia Clemente mina el mensaje de regeneración de Ciudadanos a mes y medio de las elecciones generales

Silvia Clemente en la sede de Ciudadanos en Castilla y León, escucha a José Manuel Villegas

Laura Cornejo / Carmen Moraga

Ciudadanos no calculó los daños. El fichaje de Silvia Clemente en Castilla y León parecía una buena idea. Su líder, Albert Rivera, repetía que el partido estaba buscando talento a izquierda y derecha.

Consejera durante más de 15 años en el Gobierno de Juan Vicente Herrera, presidenta de las Cortes de Castilla y León durante los últimos cuatro, aclamada por los medios de comunicación en la región a los que había regado de ayudas públicas, Ciudadanos tanteaba a una política experta. De eso hace aproximadamente un mes y medio. 

Las primarias del pasado sábado evidenciaron que han fallado todas las previsiones. Los militantes habían incendiado los chats y foros internos cuando vieron publicada en eldiario.es la fotografía de la entonces presidenta de las Cortes aparecía en un bar junto al secretario de Comunicación, Pablo Yáñez. Hubo intentos de desmentir la información, hasta que el diputado Franciso Igea, indignado, convocó a la prensa y anunció que concurría a primarias porque Clemente no implicaba la regeneración que el partido prometía. Confirmaba así lo que la dirección había callado y las propias dudas de la militancia.

Un día después, el secretario general del partido, José Manuel Villegas, presentaba a Silvia Clemente en sede de Ciudadanos en Valladolid. Demostraba que el aparato tenía su propia candidata.

Ni siquiera cuando la Justicia confirmó lo que este diario había adelantado -que la sucesora de Clemente en Agricultura actuó como debía anulando una de las subvenciones que la Consejería  concedida por ella a su marido y que los expendientes sobre las ayudas desaparecieron de los archivos de la Junta- la dirección de Ciudadanos dejaron caer a Clemente. Y todo en medio de un levantamiento de parte de la militancia.

Las primarias siguieron su curso con el guión previsto. Con Clemente escapando de los medios de comunicación escoltada al principio de la campaña por José Manuel Villegas y al final por Juan Carlos Girauta.

El sábado se proclamó la victoria de Clemente. La dirigente que unas semanas atrás recorría los pueblos de Castilla y León en actos itinerantes de Las Cortes regionales iba a ser la cara en el cartel con el que Ciudadanos pretendía a enfrentarse al PP, su partido de las últimas dos décadas. 

Los datos participación arrojaban una cifra del 70% y una victoria por 35 votos, 561 votos frente a 526 en el recuento telemático. Y Clemente se apresuró a celebrar su victoria. Su rival pidió el acta de las votaciones. Los números no cuadraban. La revisión de los certificados de voto hizo sospechar a Igea de que se produjo un tongo. Denunció el pucherazo a la comisión de garantías del partido. En los altos despachos de Ciudadanos cundió el desánimo. La reclamación surtió efecto: se detectaron 82 votos falsos, un pucherazo a favor de Clemente perpetrado desde un mismo ordenador, con decenas de votos a las tres de la madrugada de un sábado. El esperpento se había adueñado de la organización de Rivera. 

Fue Villegas, el primero que había apadrinado la candidatura de Clemente -que se valió de una excepción para poder optar a la consulta interna saltándose la antigüedad que requieren los estatutos- el que tuvo que salir a comunicar la mala noticia. No es que no hubiese ganado la candidata de la dirección, es que se había detectado un fraude en las elecciones internas. 

El número dos de Rivera lo atribuyó este lunes a “errores humanos” y a las prisas. Villegas se limitó a explicar que “una vez que los afiliados han hablado, Francisco Igea es el candidato de todo el partido”, y con el que todos se volcarán para “ganar las elecciones en Castilla y León y poder encabezar allí el cambio”. Sobre el futuro de Clemente, Villegas apenas aclaró que eso no se ha estudiado, y la felicitó por su “valentía” y su decisión de participar en las primarias.

A los pocos minutos Clemente volvió a hablar a través de un comunicado escrito, la forma de relacionarse últimamente con los medios de comunicación. Llamó a trabajar todos juntos y dio a entender que sigue a disposición del partido. 

Fuentes de la dirección siguen defendiendo que su fichaje ha sido positivo porque “aporta experiencia” mientras restan importancia a las informaciones sobre su anterior gestión y que chocan con el mensaje de regeneración que siempre ha defendido Ciudadanos. El argumentario de Ciudadanos para la crisis hace repetir a sus portavoces que “en otros partidos los afiliados votan y la ejecutiva hace luego el cambiazo, como pasa con el PSOE”. Lo dijo Villegas a mediodía. Y lo repitió Albert Rivera durante una entrevista en el Telediario de TVE al cerrar la jornada. El líder de Ciudadanos recitó tan de carrrerilla la respuesta que llegó a decir que PP y PSOE tienen prohibidas la celebración de primarias (sic).

Rivera ha defendido que se siente orgulloso del ganador de las primarias pero ha lanzado un aviso: si Igea tiene el 51% de los votos, Silvia Clemente ha conseguido el 47%. Y argumentó que la llegada de la polémica dirigente del PP que desde la Junta ha repartido ayudas por 1,9 millones de euros a las empresas de su marido, la misma que sabía que no tenía ya hueco en las listas del PP, es un síntoma de que populares y socialistas están perdiendo apoyos mientras Ciudadanos los recibe.  

En el partido, entretanto, tratan de capear el temporal como pueden. El principal valedor de Clemente, Villegas, intentó en la rueda de prensa dar la cara por la nueva dirigente y achacó los 82 votos “nulos” simplemente a “un error humano por las prisas por hacer el recuento”. “Hubo precipitación. Fue un día muy intenso y había muchas otras elecciones primarias para recontar y ofrecer cuanto antes los resultados”, se disculpan los dirigentes de Ciudadanos. 

Que se sepa nadie va a abrir una investigación para saber por qué alguien de madrugada y desde un mismo ordenador trató de urdir un fraude en la votación interna. De hecho, en público el partido se niega a hablar de “pucherazo” y alude a una “incidencia”. Alegan que esos “errores” en el reparto de votos también habrían sido detectados por la Comisión de Garantías en el caso de que no los hubiera denunciado el equipo de Igea. “El partido ha actuado con la máxima transparencia”, afirman las mismas fuentes.

Según reconocen fuentes del partido, los 82 votos de más emitidos no salieron de los afiliados por lo que están investigando si ha sido “un error del sistema” o ha habido intencionalidad para cambiar los resultados y favorecer a Clemente. ¿De dónde salieron entonces?. Dicen que eso es precisamente lo que están investigando.

A última hora de la tarde de ayer, Clemente seguía siendo una opción del aparato de partido, que trata de buscarle acomodo mientras su rival, Igea, se resiste a llevarla en la lista. Luis Garicano, principal apoyo de Igea y el cerebro económico del partido también es muy claro: Clemente no tiene hueco en la lista de las europeas, es más: para el economista seriá “una provocación” que alguien insinuase algo así. En la entrevista en TVE, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, tampoco se ha arrepentido de captarla: “Estamos abiertos al talento”, insiste.

Silvia Clemente no se cae del proyecto, de momento, pero la gestión de su fichaje deja ya una primera víctima colateral: el secretario de Comunicación de Ciudadanos, Pablo Yáñez, presentó su dimisión a última hora de la tarde del lunes. Yáñez, un político de escaso recorrido más allá de los meses que fue diputado por Salamanca hasta que las segundas generales de 2015 le dejaron fuera, es el 'muñidor' del fichaje de Clemente. Es el que aparece en la foto que se tomó en enero de este año. A él le achacan todo el fallo de estrategia. De momento, solo eso.

La crisis estalla a Ciudadanos a solo mes y medio de las generales en plena campaña por reivindicarse como el partido de la regeneración frente al PSOE y PP.  En la entrevista de TVE anoche, una cita que el equipo de Rivera llevaba muchos días esperando para tratar de frenar la sangría en las encuestas, las primeras preguntas fueron sobre el fiasco de Silvia Clemente, un asunto del que le costará escapar a Ciudadanos.

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