Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

El agua que separa León de Castilla: la provincia leonesa quiere el monopolio del agua de Riaño

El embalse de Riaño, en León.

Alba Camazón

1

El agua del embalse de Riaño lleva décadas siendo un motivo de disputa entre los agricultores leoneses y los regantes del Carrión. Los primeros defienden que las hectáreas leonesas sean prioritarias; y los segundos reclaman que el agua “no es de nadie”. Un tira y afloja al que unos y otros están acostumbrados, pero que se tensa en épocas de sequía. Es el agua que separa León de Castilla. Ahora, la Diputación de León quiere el monopoloio del agua de Riaño en lugar de repartirla con Palencia y Valladolid.

Actualmente, el embalse de Riaño está al 86% de su capacidad, con 559 hectómetros cúbicos embalsados Su gestión depende de la Confederación Hidrográfico del Duero (CHD). El Riaño puede regar hasta 80.000 hectáreas -calcula el leonesista y líder del sindicato agrario UGAL, Matías Llorente-, que se reparte entre León, Palencia y Valladolid. Sin embargo, reivindica Llorente, en León ya hay 80.000 hectáreas de regadío: 40.000 en Payuelos, 24.000 en el Páramo Bajo, 12.000 en la Margen Izquierda del Porma y 5.000 hectáreas en Cea-Valderaduey.

A pesar de no tener competencias en esta materia, la Diputación de León apoyó en el pleno de enero defender el completo desarrollo de los regadíos de Payuelos (está previsto transformar otras 15.000 hectáreas) antes que trasvasar agua a Palencia y Valladolid. “Riaño no es una vaca lechera. Cuando estén todos los regadíos de León desarrollados, el embalse no dará para nada más”, señaló en la sesión plenaria Llorente, que instó a cerrar la aportación de Galleguillos de Campos (León) a la cuenca del río Carrión, que posteriormente llega al Canal de Castilla.

“No hay agua para todos. ¿Se cierra la aportación de Galleguillos de Campos al Carrión o dejamos de hacer los regadíos de transformación de Payuelos? Es la decisión que hay que tomar”, preguntó el líder leonesista y agrario. Ante estos interrogantes, le respondió el portavoz del Grupo Popular, Francisco Castañón: “Nos tiene ahí para defender los intereses del regadío de la provincia de León”.

El presidente de la Junta Central de Usuarios del Carrión, Moisés Fernández, se niega a “enfrentarse” al planteamiento de la Diputación de Leonesa. “De vez en cuando salen con esto, pero luego tampoco hacen mucho énfasis en las reuniones”, explica a eldiario.es. Los regantes palentinos y vallisoletanos defienden que el agua es “de todos” y que ellos pagan por ese trasvase y lo amortizan. Fernández se niega a entrar en “esa guerra” y apela a la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD).

Construcción del embalse

El origen del pantano se remonta a finales del siglo XIX con el diseño de las grandes infraestructuras hidraúlica del país. El régimen franquista retomó el proyecto al aprobar su construcción en 1966 y el Gobierno del PSOE de Felipe González la remató con urgencia en 1987, antes de que entraran en vigor las normas europeas de medio ambiente, que habrían imposibilitado su construcción. Sesenta viviendas fueron demolidas en unos días, y 33 familias desalojadas a la fuerza. El de Riaño fue, desde el principio, un pantano polémico. La zona se militarizó y se destruyeron siete localidades leonesas, además de otras dos de forma parcial. Sólo se salvaron algunos vestigios monumentales, que pueden verse en época de sequía.

El Riaño riega unas 12.000 hectáreas de la zona del Carrión (10.000 en Palencia y 2.000 en Valladolid, aproximadamente). “El acuerdo no va a peligrar y los regantes no están muy preocupados”, explica Blas Donís, de UPA Coag. Nato Meses, de Asaja Palencia, defiende que el agua “no es lo mismo” y lamenta el “déficit histórico en el Carrión”. “Habrá que hacer algo para modernizar la zona del Carrión, el problema está ahí, en que no hay expectativas en el futuro”, arremete el leonesista Matías Llorente, quien añade: “Que inviertan en Carrión, que no han hecho nada”.

Los recursos del sistema Carrión (Palencia) se completan con una aportación adicional del Esla, procedente del embalse de Riaño. Así, el agua se trasvasa del Esla al Cea mediante los dos canales de Payuelos y a su vez, al sistema Carrión a través de Galleguillos de Campos. “El trasvase se plantea como una conducción que deriva agua en función de los volúmenes almacenados en Riaño y la situación de los embalses del Carrión”, explica la CHD. El volumen máximo que contempla la Confederación al Cea-Carrión es de 100 hectómetros cúbicos, aunque “raramente” se superan los 70.

“Los nuevos regadíos deberían revisarse”, sugiere el Plan Hidrológico

Esta polémica surge poco después de que la CHD someta a consulta pública el Esquema Provisional de Temas Importantes para 2022-2027, disponible durante los próximos seis meses. Este Esquema destaca la importancia del regadío como “factor socio-económico que genera dinámicas, fija población, activa la economía y da estabilidad a las zonas rurales”.

El plan contempla un incremento del regadío de 15.752 hectáreas en Payuelos (León) y de 23.174 hectáreas en Armuña (Segovia) hasta 2027. Aquí surgen las complicaciones. “Pese a contar con declaraciones administrativas firmes, estos nuevos regadíos deberían revisarse ante escenarios futuros de reducción de aportaciones con el objeto de que puedan abastecerse con plena garantía”, señala la Confederación, lo que ha sido motivo de queja entre los agricultores leoneses.

La CHD insiste en que no se cuestiona la garantía del regadío que actualmente está en servicio y el que se encuentra en fase de ejecución (sectores VI a XXIV de Payuelos, en León, y Fase I de La Armuña, en Salamanca). La CHD identifica el “déficit” de suministros y “claros fallos de garantía” si se amplía la superficie de regadío prevista en las décadas de 1970 y 1980, una fecha en la que no se tuvo en cuenta el cambio climático.

“El Esquema propone una reflexión sobre el incremento de regadíos más allá de lo que se encuentra en ejecución y proyectado, bajo el punto de vista de la muy probable reducción de aportaciones”, destaca la Confederación, que agrega: “Se trata de estudiar si es posible atender estas demandas adicionales sin afectar a la garantía de disponibilidad de agua de los regadíos existentes y, por tanto, sin poner en riesgo las importantes inversiones realizadas por los regantes para modernizar sus explotaciones”.

La CHD recuerda también las dificultades a las que se han enfrentado los regadíos en los últimos años ante la sequía y escasez en los sistemas del Carrión, Pisuerga, Bajo Duero, con restricciones de uso del agua en otros tantos sistemas. Ante los posibles escollos del futuro, la Confederación plantea la solución “más viable técnica y económicamente” con un nuevo inventario de recursos hídricos “más restrictivo”.

Etiquetas
stats