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El Defensor del Pueblo pide al Gobierno el “acceso inmediato” al sistema de acogida de los solicitantes de asilo desatendidos en Madrid

Solicitantes de asilo desatendidos en Madrid junto al Ministerio de Trabajo antes de presentar quejas formales

Clara Giménez Lorenzo

Ha comenzado la Campaña de Frío y muchos solicitantes de asilo continúan durmiendo a las puertas del Samur Social de Madrid y dependiendo de la solidaridad vecinal para resguardarse de las bajas temperaturas. Dos semanas atrás, varias familias acogidas en la parroquia San Carlos Borromeo interpusieron quejas ante el Ayuntamiento, pero nada ha cambiado. Este martes, una veintena ha llamado a las puertas del Ministerio de Trabajo, avalados por el Defensor del Pueblo, quien pide que accedan inmediatamente al sistema de acogida y se les asigne “un recurso adecuado a sus necesidades”.

Tras haber recibido varias reclamaciones sobre la situación de calle de decenas de solicitantes de asilo en Madrid, el Defensor del Pueblo ha solicitado a la Secretaría de Estado de Migraciones “el acceso inmediato al sistema de acogida para solicitantes y beneficiarios de protección internacional”, según la respuesta de la institución recibida por varios ciudadanos afectados el pasado 22 de noviembre. En este sentido, Francisco Fernández Marugán ha recordado al Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social la recepción de estas personas está recogida en la Directiva 2013/33 de la Unión Europea.

“Hemos ido a todos los lugares”, dice desesperado Cristóbal Recinot, procedente de El Salvador, de donde cuenta que se tuvo que marchar por la extorsión de las maras. “Ayer fuimos a Cruz Roja a solicitar una plaza de emergencia y no nos hicieron mayor caso”.

Cristóbal llegó a principios de noviembre y durmió durante diez días en la calle hasta ser acogido en San Carlos Borromeo, donde cada noche duermen entre 20 y 30 personas de origen mayoritariamente latinoamericano, aunque también hay nacionales de Georgia, Siria o Yemen.

El caso más extremo es el de Julio Aponte, un venezolano que lleva cuatro meses durmiento en la parroquia con su mujer e hijos, a la espera de que se le otorgue una plaza en el sistema, donde supuestamente ya ha entrado tras recibir luz verde en la entrevista de asilo. Cuenta que la semana pasada le llamaron diciendo que por fin habían asignado plaza, pero resultó ser una equivocación. “Como ser humano, llega un momento que uno decae, mi fuerza son los niños”, dice.

La respuesta institucional

También hoy, por primera vez desde el comienzo de esta situación, el párroco de San Carlos Borromeo se ha reunido con la Secretaria de Estado de Migraciones, Consuelo Rumí, quien según Javier Baeza ha propuesto crear “un teléfono directo” entre los solicitantes de asilo y Migraciones para agilizar los trámites en los más casos más vulnerables, como son las familias con niños. También ha dicho, según el párroco, que los lugares propuestos para acoger solicitantes “no están en condiciones”. De momento, el único centro abierto de los siete que propuso el Ayuntamiento es el de Cercedilla, cuyas plazas ya se han llenado. “La respuesta nos ha dejado un poco fría”, dice Baeza.

Desde Migraciones solo confirman que Rumí y Baeza “han quedado en estar en contacto para intercambiar información” y que la Secretaria ha explicado al párroco que el Ministerio está “haciendo un gran esfuerzo para atender una situación como la actual, con un incremento cada vez mayor del número de solicitantes de asilo, y que vamos a seguir trabajando para atender a aquellos sin recursos en situación de vulnerabilidad”.

En la noche del lunes, varias familias volvieron a quedarse a las puertas del Samur Social, coincidiendo con la huelga de 24 horas convocada por la plantilla, que denuncia sus precarias condiciones laborales y su agotamiento psicológico ante la falta de recursos para responder a esta emergencia social. Una situación, tal y como indican los solicitantes en su queja, en la que no pueden “hacer frente a la subsistencia más básica”, pues necesitan al menos ayudas de emergencia para “cubrir las necesidades de protección, abrigo y alimentación”.

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