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Malta impide al Aquarius repostar en su puerto y le obliga a irse a Marsella

El barco "Aquarius", fletado por Médicos Sin Fronteras (MSF) y SOS Mediterranee para rescatar migrantes en el Mediterráneo.

Gabriela Sánchez

A bordo del Open Arms —

Las trabas a las labores de las ONG de rescate se multiplican, lleven o no migrantes a bordo. Médicos Sin Fronteras (MSF) ha denunciado este martes que las autoridades maltesas han denegado la entrada al buque de salvamento Aquarius para repostar. Lo mismo ocurrió sábado con el buque español Open Arms.

La embarcación operada por Sos Mediterranée y MSF tenía previsto llegar al puerto de La Valeta este martes para reabastecerse y cambiar a la tripulación. MSF ha asegurado en un mensaje en Twitter que las autoridades maltesas no les han proporcionado “ninguna explicación”.

La decisión de Malta ha obligado a su tripulación a cambiar de destino. El Aquarius se dirige al puerto de Marsella, como ha informado Sos Mediterranée.

Antes de anunciar el nuevo rumbo, la ONG francesa había mostrado su “perplejidad” por la decisión de Malta. “Se ha denegado la entrada al Aquarius en aguas territoriales maltesas y en el puerto de La Valeta para un simple cambio de tripulación y un reabastecimiento, sin dar una explicación. Estamos perplejos por este hecho y nos estamos dirigiendo hacia el norte, buscando activamente una solución”, ha expresado la ONG en Twitter.

El sábado la tripulación del Open Arms se encontró con la misma sorpresa. La decisión de Malta obligó a la ONG catalana a contratar un buque de carga para transportar a parte del equipo que se encontraba en tierra, así como el material humanitario más urgente.

La negativa obligó al Open Arms a permanecer más de 12 horas prácticamente parados a 12 millas de Malta, justo en el límite de sus aguas. Las trabas de Malta, unidas a las de Italia, tuvieron consecuencias.

Al día siguiente, siete barcas con 1.020 personas se encontraban en peligro en el Mediterráneo. Aunque el centro de coordinación de salvamento de Roma rechazó la ayuda del Open Arms, el buque español acudió a su rescate igualmente. No llegó a tiempo: las autoridades libias interceptaron antes a alrededor de 900 personas, que fueron devueltas al lugar del que huían. Todas ellas podrían haber sido encerradas en centro de detención, incluidos los niños, según ha denunciado la OIM. Al menos 10 personas fallecieron.

A la tripulación del Open Arms, tras haber avistado este domingo una patrullera libia con centenares de migrantes a bordo, se le repetía una pregunta: qué hubiese pasado si no hubiesen perdido 12 horas a las puertas de Malta.

Mientras, a escasas 25 millas de la isla, la embarcación alemana Lifeline permanece con 234 personas a bordo a la espera de un puerto seguro tras ser rechazado por las autoridades de Malta e Italia.

La situación humanitaria del Lifeline es cada vez más preocupante, según ha explicado su tripulación a algunos miembros de la ONG Open Arms. Y la emergencia ha forzado a las autoridades a actuar. Este martes, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, ha afirmado que el Lifeline, que lleva cinco días esperando en el mar, atracará en Malta y una parte de los 234 migrantes rescatados irán a Italia.

Conte ha explicado que el primer ministro maltés le ha confirmado en una conversación telefónica que, una vez en Malta, “se investigará a la embarcación para averiguar su efectiva nacionalidad y si se han respetado las reglas de derecho internacional”.

Con el Lifeline a la espera de un puerto definitivo y el Aquarius rumbo a Marsella ya son dos los barcos de salvamento alejados de la zona de rescate. Las trabas de Italia y Malta cumplen así sus propósitos. “Este viaje de ida y vuelta está lejos de ser ideal. Amplía la distancia recorrida para una simple parada técnica y nos aleja de nuevo de la zona de búsqueda y rescate”, han dicho desde SOS Mediterranée.

La ONG española Open Arms se queda ahora sola patrullando la zona de rescate. Su combustible y suministros de agua y comida también escasean, por lo que pronto tendrán que buscar un puerto donde repostar.

El puzzle vuelve a encajar. “Sin ONG en el Mediterráneo, la UE podrá seguir su plan: devolver a Libia a quienes intentan escapar”, dice Guillermo Gañardo, jefe de misión del Open Arms. “La zona de rescate se quedará sin testigos. Y lo que no se ve, se olvida”.

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