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Miles de personas, a la intemperie tras el incendio del campo de refugiados de Moria

Residentes de Moria duermen en la calle cerca del campo de refugiados que fue casi completamente destruido por el incendio que se produjo el miércoles por la noche.

EFE / Desalambre

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Miles de personas han pasado la noche a la intemperie en los alrededores del devastado campo de refugiados de Moria, a la espera de ser trasladadas a nuevas carpas o a los tres barcos que acogerán provisionalmente a las que se han quedado sin techo. Las carreteras que rodean el campo, en el que hasta ayer malvivían casi 13.000 personas, están repletas de familias que con lo poco que les ha quedado se han instalado en la calzada sin poder comer ni beber nada desde el martes por la noche.

El Gobierno griego ha reconocido este jueves que la operación de dar cobijo a los miles de refugiados que se han quedado sin techo tras el incendio “no se logrará en una noche, sino que tardará días”. El portavoz del Ejecutivo, Stelios Petsas, ha evitado dar una cifra de personas que se han quedado sin techo del total de las casi 13.000 que había en Moria y se ha limitado a señalar que “son muchas mas” de las alrededor de 3.500 que calculaban un día antes.

A últimas horas de la tarde del miércoles dos nuevos incendios se desataron en zonas del campo que no habían ardido hasta ese momento, menos de 24 horas después del primer fuego que asoló la mayor parte de este centro. Familias que se habían quedado allí porque sus carpas no se había incendiado salieron corriendo para escapar de las llamas y acabaron junto a las miles de personas que lo habían perdido todo la noche anterior. Según los medios locales, las fuerzas policiales que han acordonado todos los alrededores del campo para evitar que los migrantes se desplacen hasta la capital, Mitilene, y emplearon gases lacrimógenos en varias ocasiones durante la noche para repeler a gente que intentaba salir.

Mientras tanto, se está retrasando también el comienzo de las labores de las maquinas que deberán crear un área en el que instalar nuevas carpas, debido al bloqueo organizado por vecinos de la isla que se resisten a que se construya un nuevo campo y piden el traslado de los refugiados a la parte continental. Pese a todo, el portavoz se ha mostrado confiado en que las primeras personas podrán dormir ya hoy bajo techo, bien sea en carpas o en el ferri que ha atracado en el noroeste de la isla.

Este ferri es una de las tres embarcaciones organizadas por el Gobierno para alojar a unas 1.000 personas pertenecientes a grupos vulnerables. Los otros dos barcos, de la Armada griega, todavía no han zarpado hacia Lesbos y según ha indicado un portavoz del ministerio de la Marina a Efe, todavía no han recibido la orden de hacerlo.

Según Petsas, entretanto se ha podido restablecer ya el reparto de víveres y agua. Este jueves por la mañana, las autoridades griegas han trasladado al continente a más de 400 niños y adolescentes no acompañados.

En marzo pasado, el Gobierno griego, en un amago de descongestionar el saturado campo que por entonces contaba con cerca de 20.000 habitantes, embarcó a 400 personas en un barco de la Armada que luego las transportó a otros campos del norte del país. La operación duró días.

Según el Ejecutivo, en el gran incendio que destruyó el 80% del recinto interno de Moria se quedaron sin techo unas 3.500 personas. El resto, vivía en carpas en el olivar que lo rodea, que hasta ayer por la tarde no había sido totalmente devastado. Por ahora no hay informaciones sobre las consecuencias de este segundo incendio que se propagó en dos frentes por el olivar.

El campo llevaba una semana en cuarentena tras la aparición de un primer caso de COVID-19 en un refugiado somalí y la detección posterior de 35 personas que habían entrado en contacto con él. El incendio estalló precisamente después de que las autoridades comunicaran a estas personas que debían ser aisladas. Según ha informado el ministro de Migración, Notis Mitarakis, hasta el momento las autoridades solo han dado con ocho de estas 35 personas. El resto está mezclado al parecer entre el resto de la población que huyó del campo.

Aún se desconoce cómo se originó el fuego. El Gobierno heleno cree que fue intencionado. Las organizaciones humanitarias llevan años advirtiendo de las pésimas condiciones de vida en Moria, así como de la desesperación de sus residentes, atrapados en las islas como consecuencia del acuerdo migratorio entre la UE y Turquía firmado en 2016 para frenar las llegadas por mar.

“El incendio es consecuencia de ”unas condiciones inhumanas y de desesperación, de llevar al límite a muchísimas familias. Llevamos años avisando de que esto es insostenible, es una situación intolerable, y ha explotado a través del fuego“, ha dicho a elDiario.es Mario López, responsable de salud mental de Médicos Sin Fronteras en Moria. ”Las terribles condiciones en Moria han provocado una increíble presión sobre la gente que vive allí y a tensiones dentro del campamento y con otros residentes de la isla. Grecia y Europa han sabido esto durante años, pero no han actuado“, ha afirmado a este medio Evelien van Roemburg, responsable de la campaña europea de migración de Oxfam.

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