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Igual trabajo, peor retribución: las mujeres cobran un 16,2% menos que los hombres

Las mujeres cobran un 16,2% menos que los hombres. EFE

Ana Requena Aguilar

Madrid —

Los sucesivos récord de paro que España bate trimestre tras trimestre y prácticamente mes a mes son noticia recurrente. Pero además de los seis millones de personas en paro, el mercado laboral tiene otros problemas. Por ejemplo, la discriminación salarial, esto es, que hombres y mujeres siguen cobrando diferente por hacer el mismo trabajo: esa brecha fue del 16,2% en 2010, o dicho de otra forma, las mujeres cobran un 16,2% menos que los hombres, según un informe de UGT que publica con motivo del día contra la discriminación salarial.

A esta diferencia del 16,2% se llega si se toma como referencia el salario hora, tal y como hace Eurostart, la oficina estadística europea, según la cual España estaría en la media europea en cuanto a brecha salarial. Sin embargo, si se toma la Encuesta de Estructura Salarial del INE, la brecha llega al 22,5%

El sindicato señala que los complementos salariales, los pagos por nocturnidad o fin de semana, y el pago de horas extraordinarias son elementos “decisivos” en las diferencias salariales. Esta brecha llega al 27,5% si se consideran las cantidades percibidas por pagos extraordinarios en el salario bruto anual, cinco puntos más que la diferencia media. “Consecuencia del cúmulo de estas diferencias, son menores las cotizaciones a la Seguridad Social de las mujeres con incidencia directa en las prestaciones sociales contributivas”, señala el informe. A peor sueldo, peores prestaciones futuras de paro y jubilación.

El tipo de jornada laboral y de contrato tienen también una influencia decisiva en las diferencias salariales. El trabajo a tiempo parcial, peor remunerado y con peor protección social, sigue recayendo mayoritariamente en las mujeres: el 80% de los asalariados a tiempo parcial son mujeres. La Encuesta de Población Activa revela que la mayoría de mujeres con este tipo de jornada la desempeñan porque son ellas las que se encargan también de las tareas domésticas y de cuidado. UGT señala que el empleo a tiempo parcial debe de tener garantías suficientes, también en protección social, y debe estar limitado a situaciones concretas.

El informe desmonta algunos de las razones que tradicionalmente se han ofrecido para tratar de explicar las diferencias de sueldos entre hombres y mujeres. Por ejemplo, la formación: en un momento en el que las mujeres son mayoría en los nieveles educativos más altos, la tesis de que la brecha se debe a su menor formación ya no tiene vigor. De hecho, UGT constata que las diferencias se producen en todos los nieveles educativos, es más, a más formación, más discriminación sarial.

“En España, para alcanzar las retribuciones de un hombre sin estudios (18.110,06), una mujer debe tener un grado de Formación Profesional (17.013,92) o ser diplomada universitaria (19.001,54). Y para percibir un salario equivalente al de una mujer licenciada, un hombre accede a similares retribuciones con un grado de Formación Profesional, ya que las mujeres licenciadas, ingenieras o doctoras, están muy lejos de alcanzar el salario de un hombre diplomado. A pesar del aumento de los niveles de formación de las mujeres, estos no han encontrado su traslado en las retribuciones salariales, encontrándonos en muchos casos con mujeres con una cualificación superior o muy superior a las tareas que desempeñan en sus puestos de trabajo”, afirma el informe.

Tampoco sirven ya para justificar las diferencias las interrupciones en la carrera laboral de las mujeres para tener hijos: a pesar de contar con el mismo número de años de permanencia en el empleo, la brecha salarial perdura. UGT señala que las diferencias salariales tempranas suelen arrastrarse ya a lo largo de la vida laboral.

Otro de lo argumentos frecuentes eran las diferencias entre sectores de actividad y la escasa presencia de mujeres en algunos de ellos. Sin embargo, en sectores fuertemente masculinizados o fuertemente feminizados, como la construcción o la educación, respectivamente, la brecha es menor que en otros segmentos. Por ejemplo, las actividades administrativas, las actividades profesionales, ténicas y científicas, el sector inmobiliario, el comercio o las actividades sanitarias y servicios sociales tienen las brechas más elevadas, superiores incluso al 30%.

Además, en todas las categorías profesionales las mujeres perciben salarios inferiores a los de los hombres: “Constatamos que en la misma categoría profesional, desempeñando trabajos de igual valor, la brecha salarial es muy elevada, recordando que los datos dejan fuera las retribuciones en especie, que aumentarían las diferencias. Pero la legislación no es suficiente como así nos demuestran estos datos. A las dificultades para acceder a los puestos de dirección, hay que añadir que una vez alcanzados, las diferencias entre mujeres y hombres persisten”.

La ganancia anual media de los hombres con contrato indefinido es de 27.676 euros, muy superior a la de las mujeres, que se sitúa en 20.987.000 euros. Hay, además, más hombres con contratos indefinidos que mujeres: el 54,1% del empleo indefinido está desempeñados por hombres, mientras que las mujeres con este tipo de contrato apenas alcanzaba el 46%. Es una diferencia superior a la que se produce en los contratos temporales, es decir, tener un contrato indefinido conlleva mayores diferencias salariales.

Sin embargo, cuando los sistemas de acceso a los puestos de trabajo incluyen criterios más objetivos, la brecha se reduce: en el sector público es del 12,3%, la mitad que en el sector privado. Los sistemas de oposición o de concurso oposición, en los que no se tiene en cuenta la vida personal o familiar de las personas que concurren, garantizan más igualdad en los puestos de trabajo.

La brecha también oscila entre comunidades: mientras que Navarra, Aragón y Asturias presentan las diferencias más acusadas, en Extremadura, Canarias y Baleares, la brecha es menor.

Alemania, una brecha salarial muy elevada

“La brecha salarial está produciendo una brecha social importante. La magnitud de esta discriminación es preocupante no solo por su persistencia, sino también por su repercusiones en las condiciones de vida de las mujeres”, subrayan el informe del sindicato.

En España, la becha ha pasado de ser del 20,2% en 2002 al 16,2% en 2010. La reducción ha ido pareja a la reducción en la Unión Europea: en 2006, era del 17,7% mientras que en 2010 era también del 16,2%.

Uno de los países que suele ser referencia en cuanto a mercado laboral, Alemania, tiene sin embargo una de las diferencias salariales más amplias de la UE: allí las mujeres cobran un 22,3% menos que los hombres. Estonia o Polonia también presentan brechas altas, por encima del 25%. Por el contrario, Eslovenia apenas llega al 1%, mientras que en Polonia e Italia la diferencia salarial ronda el 5%.

En 2010, los salarios bajos afectaron a una de cada seis personas asalariadas en la Unión Europea, de las cuales el 21% eran mujeres y el 13,3%, hombres. En todos los países la proporción de mujeres con bajos salarios es mayor que la de hombres con sueldos pequeños. Los salarios bajos se dan también mucho más entre los trabajadores con contratos temporales y con estudios primarios.

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