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Los dueños de Meliá atesoran 67 millones en una firma controlada desde Curaçao, Gibraltar y Panamá

Gabriel Escarrer, vicepresidente y consejero delegado de Meliá e hijo del fundador.

Antonio M. Vélez / Raúl Sánchez

Cinco años después de beneficiarse de la amnistía fiscal de Mariano Rajoy, la familia Escarrer, principales accionistas de Meliá Hotels, la mayor empresa del sector en España y la única que cotiza en el Ibex 35, ha visibilizado su presencia al frente de un entramado societario que conecta Luxemburgo con los paraísos fiscales de Curaçao (Antillas Holandesas), Gibraltar y Panamá.

La red confluye en una firma luxemburguesa que atesora desde su creación activos de más de 67 millones de euros. Varias de las sociedades se crearon en 1998, en plena ofensiva de Estados Unidos contra la cadena mallorquina por su creciente presencia en Cuba, tras la aprobación de la Ley Helms-Burton.

Estas sociedades no son las mismas que afloraron durante la investigación de Los Papeles de Panamá hace más de un año.

Según documentación oficial, el fundador y presidente no ejecutivo de Meliá, Gabriel Escarrer Juliá, fue nombrado el pasado 8 de mayo responsable de la “gestión ordinaria” de Horus Trading SARL, una firma luxemburguesa constituida el 5 de junio de 1998 y que desde ese año acumula activos de más de 67 millones de euros. A cierre de 2016, Horus contabilizaba 67.014.835,76 euros, de los que el 99,9% eran activos financieros.

La firma, con cero empleados, nunca ha especificado qué activos tiene (acciones, bonos, propiedades...). Acogiéndose a la legislación luxemburguesa, argumenta que mencionarlo “sería seriamente perjudicial para las participaciones mantenidas”, según señala año a año en sus cuentas.

Esta firma es distinta a la también luxemburguesa Majorcan Hotels Luxembourg, una de las sociedades con las que la familia canaliza su participación en Meliá, que salió a Bolsa en julio de 1996. En concreto, Majorcan Hotels Luxembourg (controlada a través de una sociedad en Holanda) tiene algo más de un 5% del grupo. El paquete de los Escarrer en Meliá ronda el 75% del capital.

Horus nombró consejero a Gabriel Escarrer Juliá el 29 de noviembre, mes y medio después de que el 12 de octubre, en una reunión en Nassau (en el paraíso fiscal de Bahamas), los administradores de paja y testaferros de la sociedad panameña Akita Investment dimitieran de sus cargos y la sociedad pasase a ser administrada por toda la familia al completo. Escarrer Juliá fue nombrado presidente de Akita; su esposa, Ana María Jaume Vanrell, vicepresidenta, y los seis hijos de ambos se convirtieron en consejeros: Gabriel (actual primer ejecutivo de Meliá), Sebastián, María Mercedes, Ana María, María Antonia (también secretaria) y María Magdalena Escarrer Jaume (consejera delegada).

Akita Investment fue constituida en Panamá en diciembre de 1988, el año en el que Meliá desembarcó en Cuba, un mercado por el que siguió apostando en la década siguiente tras la aprobación, en 1996, de la ley Helms-Burton, pese a las persistentes amenazas de represalias comerciales por parte de Estados Unidos. Cuba era y es un mercado estratégico para el grupo, que hoy es la hotelera española con más presencia en la isla en la que sólo el Gobierno puede conceder la explotación de los establecimientos. Actualmente explota allí 29 hoteles y tiene otros tres en construcción.

La panameña Akita está relacionada con la luxemburguesa Horus a través de su principal accionista, una sociedad de Curaçao (en el paraíso fiscal de Antillas Holandesas) denominada Farewell Corporation NV que se constituyó el 3 de marzo de 1998. Farewell está administrada por Akita y desde 2005 controla el 63,2% de las acciones de Horus. El resto de los títulos de la firma luxemburguesa que ahora administra Gabriel Escarrer está en manos de la firma de Gibraltar Yang Resorts LTD, también constituida en marzo de 1998.

'Marca España'

Gabriel Escarrer Juliá, que en marzo pasado fue nombrado en una ceremonia presidida por los reyes de España “Embajador Honorario de la Marca España en reconocimiento a su labor pionera en la expansión internacional de la hotelería española”, fundó hace más de medio siglo Meliá Hotels, un gigante del sector con un valor bursátil de unos 3.200 millones, más de 300 establecimientos y 83.000 habitaciones.

El fundador de Meliá, que el pasado 2 de marzo cumplió 82 años, ha delegado todo el poder en la cadena hotelera a su hijo Gabriel Escarrer Jaume, vicepresidente y consejero delegado de Meliá, que el pasado 24 de mayo amenazaba con dejar de invertir en España ante la, a su juicio, elevada presión fiscal que soporta: “Estamos en 41 países de cuatro continentes, y es en España donde más impuestos pagamos”, lamentó el ejecutivo, que dijo que imponer nuevos gravámenes es un “modelo perdedor” y deslizó que, si no le bajan los impuestos, “no quedará más remedio que destinar recursos a otros lugares”.

A preguntas sobre este asunto, fuentes de Meliá señalan que este entramado societario “incumbe al patrimonio familiar” y aseguran que todas estas sociedades “están plenamente regularizadas y declaradas”.

Se trata de firmas diferentes a las que salieron a la luz en mayo de 2016, cuando Los Papeles de Panamá, publicados en España por El Confidencial y La Sexta, revelaron que los Escarrer habían mantenido sociedades opacas desde 1985 hasta 2012, cuando se acogieron a la amnistía fiscal, para cambiar divisas, hacer préstamos y pagos millonarios o vender acciones de la división internacional de Meliá.

Esa investigación sacó a la luz las sociedades opacas que mantenía para la familia el despacho Mossack Fonseca, que no fue el despacho que registró la panameña Akita, cuyo representante es otro conocido bufete del país centroamericano, Arias, Fábrega & Fábrega. Los Papeles de Panamá destaparon, entre otras, la existencia de una sociedad de los Escarrer llamada Trust 29 en el paraíso fiscal de Jersey. Sus directores eran Jurgen Mossack y Ramón Fonseca, dueños del bufete panameño, y servía como “fideicomiso para la administración de los bienes de Gabriel Escarrer Juliá”. Estaba ligada a una cuenta del BBVA en Suiza con un saldo de entre 10 y 12 millones de euros.

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