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Angelo Gordon, buscagangas inmobiliario y candidato a quedarse con Room Mate tras la quiebra

Room Mate Óscar, plaza Pedro Zerolo | ROOM MATE

Cristina G. Bolinches

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Una firma de inversión que, hasta ahora, ha dado pasos con cuentagotas en España se perfila como principal candidata a hacerse con el control de la cadena hotelera Room Mate. La empresa gestionada por Kike Sarasola solicitó el pasado viernes su concurso de acreedores voluntario, ante los problemas financieros que afronta y con la justificación de que tiene acordado el rescate por parte de una firma de inversión, que garantizaría la continuidad del negocio.

De momento la compañía no ha dado nombres. Tampoco a los representantes de la plantilla, que desconocen quién estaría detrás de hacerse con la batuta de la empresa con el beneplácito de Sarasola, el empresario que ejerció de casero de Albert Rivera e Isabel Díaz Ayuso, y que posee el 60% del accionariado. Sin embargo, hay una sociedad de inversión, candidata a tomar el control, que repiten diferentes fuentes: Angelo Gordon.

Se trata de una firma de inversión especializada en operaciones de deuda corporativa –muchas veces de empresas con problemas financieros– y en la compraventa de activos inmobiliarios. Una firma que, en las últimas semanas, también ha acaparado informaciones en Estados Unidos por ser uno de los acreedores del grupo cosmético Revlon que –salvando las distancias– vive una situación similar a la de Room Mate.

Sobre el papel, el negocio hotelero y el cosmético tienen poco que ver. La similitud está en los problemas que afrontan ambas empresas: la estructura accionarial y las exigencias de devolver la deuda a sus acreedores. “Nuestra compleja estructura de capital ha limitado nuestras opciones de navegar las cuestiones macroeconómicas”, aseguraba hace unos días, Debra Perelman, consejera delegada de Revlon, dueña de marcas como Elizabeth Arden o de los perfumes comercializados bajo el nombre de Britney Spears o de Christina Aguilera, entre otros.

Revlon se ha tenido que enfrentar en los últimos meses a los problemas globales en la cadena de suministro, como consecuencia de la pandemia. Mientras, Room Mate lleva meses de tensiones accionariales con Sandra Ortega, que hasta ahora ha tenido el 30% del capital; y capeando el efecto de la pandemia en el turismo. También, con tensiones de deuda –más de 100 millones de euros– y una petición fallida de rescate a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), que no ha respaldado a la hotelera. Room Mate asegura que se ha visto “fuertemente golpeada por la grave pandemia y por los litigios judiciales que mantiene la accionista Sandra Ortega con los bancos financiadores de Room Mate”.

En esos caminos muy paralelos, Revlon ahora tiene que negociar con sus acreedores, entre los que está Angelo Gordon. Lo hará bajo la supervisión de una autoridad judicial, porque se ha declarado en quiebra voluntaria. Mientras, en España, un juzgado de lo Mercantil de Madrid también tendrá que revisar las finanzas de Room Mate y, si finalmente se concreta una toma de control de Angelo Gordon o de otra firma, dar el visto bueno a la propuesta de futuro que diseñe para la hotelera española, que no dispone de hoteles en propiedad, lo que recorta las opciones para vender activos y adelgazar el negocio.

Una firma que aterrizó en Europa en la crisis financiera

La firma estadounidense, bautizada con los apellidos de sus dos fundadores, John Angelo y Michael Gordon, se creó en 1988. En Europa, la trayectoria de la firma es relativamente corta. Desembarcó en el negocio inmobiliario de este continente en 2009, en plana crisis financiera. Desde entonces, asegura, ha invertido cerca de 5.000 millones de dólares en la región, con sedes en Londres, Ámsterdam, Frankfurt y Milán

La compañía ha descartado valorar a elDiario.es si tiene o no interés en hacerse con el control de Room Mate o desglosar cuáles son sus prioridades respecto a España. Lo que sí explica son sus ejes como inversor. 

La firma con sede en Nueva York asegura que sus inversiones suelen estar centradas en activos donde sus accionistas carecen de capital, paciencia y experiencia a la hora de mejorar su liquidez y mejorar su valor. “Identificamos ineficiencias en el mercado inmobiliario”, asegura al hablar de este negocio. Es decir, se fija en activos con problemas donde ve capacidad de revalorización y de reposicionamiento, sean de deuda o de 'real estate'. 

Hasta ahora, sus operaciones en España han sido limitadas y la firma tampoco las comenta. Que hayan trascendido, ha sido dueño de un inmueble en la madrileña Gran Vía, en el número 30, que vendió en 2018 por 75 millones de euros a otra firma de inversión, Thor Equities, que lo ha convertido en viviendas de lujo. 

También en Madrid, este año, ha adquirido un inmueble de oficinas cerca del aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid-Barajas. Sin embargo, su operación más relevante hasta el momento no es en la capital, sino en Bilbao. En 2018 compró Torre Bizkaia, la antigua sede del BBVA, por 85 millones de euros. Un edificio de 21 plantas, donde tiene como inquilinos a la Diputación Foral de Bizkaia y al gigante de la moda 'low cost' Primark. La venta de este edificio se activó a principios de este año por 150 millones de euros, aunque la firma estadounidense tampoco confirma este movimiento. 

Al margen de sus operaciones inmobiliarias, en el mercado español, Angelo Gordon ha figurado entre los tenedores de deuda de empresas como el grupo de medios de comunicación Prisa o la aceitera Deoleo. Al hablar de deuda corporativa, la firma de inversión suele poner el ojo, como se ve también en el citado caso de Revlon, en empresas que atraviesan problemas financieros. Por ejemplo, es el principal accionista de la compañía tecnológica Sungard, que en abril de este año volvió a pedir la protección del Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos –que le permite seguir operando pero bajo supervisión judicial– ante la imposibilidad de afrontar su deuda. 

En cuanto a quién mueve los hilos de la firma, cuenta con dos consejeros delegados: Josh Baumgarten, procedente del gigante de la inversión inmobiliaria Blackstone; y Adam Schwartz, que lleva en la firma desde el año 2000. También sigue en la empresa, como presidente del consejo asesor, uno de sus dos fundadores, Michael Gordon. Su socio, John Angelo falleció en 2016. Entonces, la prensa estadounidense lo destacó como uno de los representantes de la élite neoyorquina, que vivía en el edificio Dakota, junto a Central Park; y que, entre sus mejores amigos, estaba el exconsejero de Disney, Michael Eisner. Fue este, según contó el diario británico 'Financial Times', quien presentó a Angelo a su mujer Judy Hart, quien compuso la sintonía de la serie 'Cheers'.

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