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Euskadi no acepta el plan de Sanidad y dejará en el 20% el aforo de los estadios en los primeros partidos de fútbol de agosto

Vista aérea del estadio de San Mamés vacío, en Bilbao

Iker Rioja Andueza

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Euskadi no acepta la propuesta salida este miércoles del consejo interterritorial que sienta al Ministerio de Sanidad y a las comunidades autónomas para dejar en el 40% el aforo permitido en los estadios de fútbol en los partidos de agosto de la nueva temporada 2021/2022, que arranca a mediados de mes. La consejera vasca de Salud, Gotzone Sagardui, fue la única que no apoyó este plan (se abstuvo). Aunque la ministra Carolina Darias trató de rebajar las discrepancias a una cuestión “competencial”, lo cierto es que el Gobierno de Iñigo Urkullu tiene unas medidas en vigor más restrictivas que quiere mantener y que dejarían en un 20% el aforo máximo en los recintos al aire libre. El efecto práctico se verá el sábado 14 en Mendizorroza, cuando 3.968 aficionados y no 7.936 puedan acceder a ver al Deportivo Alavés contra el Real Madrid.

“De momento se queda como está hasta que sean revisados los aforos en conjunto con todas las medidas y en función de la incidencia”, explican fuentes del Ejecutivo vasco. Insisten, además, en que “no hay una fecha encima de la mesa” para una próxima reunión de la mesa de crisis de la emergencia sanitaria, un órgano conocido como Labi y que aprobó su último paquete de medidas el 22 de julio con vigencia indefinida, incluidas las referidas a la presencia de público en eventos deportivos. Todo irá “en función de los datos” y no de las necesidades de la competición futbolística. En Euskadi se hace constar que la tasa de incidencia es aún “muy alta”, por encima de 800 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días y con 71 de 72 municipios de más de 5.000 habitantes en alerta roja por alta transmisión comunitaria.

La tendencia de la última ola es descendente después de que hace una semana se alcanzaran máximos de toda la pandemia, pero los números están todavía muy alejados de las previsiones del panel de indicadores de seguimiento de la pandemia que manejan las autoridades vascas (el denominado 'Plan Bizi Berri' en su cuarta revisión) para permitir más aficionados en las gradas. En un nivel 2 (tasa entre 60 y 150) se podría pasar de un 20% de público a un 30% y para supuestos de entre un 30% y un 50% como el que prevé el Ministerio de Sanidad tendría que darse una situación de menos de 60 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días que no se han dado nunca ni en Euskadi ni en ninguna de sus provincias o capitales desde hace más de un año.

En los dos primeras jornadas del campeonato de Primera División hay cuatro partidos programados en estadios vascos. Son dos en Vitoria, el del Deportivo Alavés contra el Real Madrid -que ya había activado el reparto de entradas atendiendo al 20% fijado por las autoridades autonómicas- y otro la semana siguiente con el Mallorca, uno en Bilbao (Athletic-FC Barcelona) y un cuarto en Donostia (Real Sociedad-Rayo Vallecano). Los aforos quedarían en 3.968 seguidores como máximo en Mendizorroza, 10.657 y no 21.315 en San Mamés y 7.900 y no 15.800 en Anoeta. Eso sí, se tiene que cumplir esta otra disposición fijada en el decreto autonómico: “Siempre que sea posible, se establecerán sectores independientes de menos de 1.000 personas, con puntos de acceso y zonas de paso independiente”.

También colisiona el plan estatal en lo relativo al baloncesto, ya que se fija un 30% de público cuando en Euskadi la regulación vuelve a ser del 20% o bien de 800 personas si el recinto tiene menos de 5.000 butacas. Sin embargo, los clubes vascos no arrancan sus competiciones en agosto y, en la práctica, no tiene afección.

No es la primera ocasión en que el aforo en partidos de fútbol se sitúa en el centro de la polémica. La consejera Sagardui ya protestó formalmente (y halló comprensión en Darias) cuando se planteó la entrada de seguidores en la final de la Copa del Rey disputada en Sevilla entre dos equipos vascos, Athletic y Real Sociedad. Asimismo, estaba previsto que la sede española de la Eurocopa pospuesta de 2020 fuese Bilbao pero finalmente los encuentros de la selección se marcharon precisamente a Sevilla. Se estableció entonces que no podría haber público sin un 60% de la población vacunada, con más de un 2% de ocupación de las camas de UCI o con tasas de incidencia por encima de 40, condiciones diferentes a las reguladas en la actualidad.

Las discrepancias de fondo, eso sí, no ocultan que sí hay una diferencia “competencial”. Y no es tampoco la primera. Euskadi ya puso pie en pared cuando el consejo interterritorial pretendió fijar en mayo unos criterios comunes que habrían supuesto el cierre de la hostelería en un momento en el que se había iniciado la desescalada tras el final del segundo estado de alarma. Más recientemente Urkullu también demandó a Pedro Sánchez una vuelta atrás en la nueva regulación de las mascarillas en exteriores para hacerlas obligatorias en todo caso. A finales de julio, el lehendakari describió que tenía un “estado de ánimo no positivo” hacia la forma de “cogobernanza” aplicada por el Gobierno central.

En nuestros especiales interactivos, se pueden consultar todos los datos sobre la evolución de la pandemia en Euskadi, sobre los positivos y fallecidos en todas y cada una de las residencias de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa y el avance día a día de la campaña de vacunación. También tenemos mapas con los brotes más destacados.

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