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“Los derechos de los niños son una asignatura pendiente para todos”

Los menores quedan invisibilizados en los procesos de desahucio. Foto: UPV

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La maestra Joana Miguelena acaba de recibir un reconocimiento inesperado por parte de Unicef por su sobre los derechos de la infancia en situación de desahucio en Gipuzkoa. “El hecho de que nunca les viésemos en las movilizaciones [a los niños] o que no se les preguntase sobre qué era para ellos y ellas perder su casa, y de cómo lo estarían viviendo y si se respetaban sus derechos era algo que me preocupaba y a lo que creía que debía dar visibilidad”, explica Miguelena.

“Creo que las niñas, niños y adolescentes son los que se quedan en un segundo o tercer plano de este fenómeno”, recalca en un entrevista con la revista Campusa de la Universidad del País Vasco (UPV). “No se visibiliza que algunas niñas y niños necesitan acudir a tratamiento psicológico, que algunas familias viven sin luz, que necesitan ir al comedor para poder garantizar un plato de comida o que tengan que cambiar de círculo de amistades por no tener el mismo dinero que otros niños y niñas. Más que invisibilizada, la invisibilizamos. Además, la deuda adquirida con la entidad financiera, que no cesa con la pérdida de la vivienda, será la mochila que marcará, en mayor o menor grado, el futuro de esas familias en general, y el ejercicio de los derechos de las niñas, niños y adolescentes, en particular”.

En su opinión, “los derechos de la infancia son una asignatura pendiente de toda la sociedad, no simplemente en un caso de desahucio, sino en muchas otras ocasiones. En los procedimientos judiciales de desahucio, la infancia no está, no se le escucha, ni se considera que la vivienda es un interés superior para ellos y ellas. En las familias también se le intenta ocultar la situación, parece como que infravalorásemos las capacidades de las niñas y niños para poder entender qué está sucediendo. Tienen derecho a saber lo que ocurre y a exigir que se cumplan y se garanticen sus derechos”.

Por otra parte, tampoco entiende cómo el Ministerio Fiscal todavía no ha intervenido en ningún caso de desahucio, queriendo salvaguardar y hacer respetar ese interés superior. “Creo que la falta de reconocimiento e, incluso, de conocimiento de la Convención sobre los Derechos del Niño, como herramienta para garantizar los derechos de las niñas, niños y adolescentes, es un hecho. Creo que no se le da la importancia que tiene a la Convención, siendo esta un tratado internacional de obligado cumplimiento”.

Para su trabajo, Miguelena ha hablado con varias familias que sabían que iban a perder la casa. “Una casa no son dos dormitorios, un salón, una cocina y un cuarto de baño, una casa es un lugar donde construyes parte de tu vida, donde te sientes o debes sentirte segura, donde existe un proyecto común, donde deben respetarse tus derechos e informarte sobre ellos para poder exigirlos. Una casa es una señal de identidad”.

“El gran problema de los desahucios”, añade, “no es que una familia pierda la casa, el gran problema de los desahucios es que la deuda adquirida con la entidad financiera no cesa con la pérdida de la vivienda. El seguir teniendo una deuda con la entidad financiera impide que las familias puedan comenzar una nueva vida desde cero. Esa deuda, y todo lo que conlleva tener una deuda con una entidad financiera [aparecer en listas de morosos, que se intercepte parte de tu sueldo, dificultades para realizar otros contratos de luz, de alquiler, entre otros] es lo que va a marcar el futuro de esas familias y sus oportunidades en él”.

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