Los escándalos se saldan sin coste electoral
Ningún escándalo ha pasado factura electoral a los partidos que se han visto implicados en ellos, ya sea por declaraciones altisonantes o por casos que se dilucidan en el juzgado por presuntos fraudes. En este sentido, el PNV es el partido con más frentes abiertos, pero ha salido bien parado de todos ellos. Por ejemplo, en Leioa con el 'caso Pinasolo', que se resume en un supuesto trato de favor por parte del Ayuntamiento, dirigido por el PNV, a dos empresas para que se llevaran una obra de casi 60 millones de euros. El PNV ha cosechado un incontestable triunfo y ha repetido los nueve concejales que ya tenía, seis por encima de la siguiente fuerza más votada, que ha sido la coalición EH Bildu.
Otro tanto ha opcurrido con el 'caso Bidegi', donde se juzgan los sobrecostes y los pagos por trabajos no realizados en la construcción de la AP-1 por parte de la Diputación de Gipuzkoa cuando, precisamente, Markel Olano, el previsible diputado general, era quien mandaba. Los jeltzales han conseguido un escaño más que EH Bildu, que prácticamente desde que empezó a gobernar en 2011 'destapó' el caso. Incluso la Diputación de Álava se sumó en la recta final de la campaña a las presuntas acusaciones de sobrecostes y de pagos por trabajos no realizados. La victoria del PNV ha sido contra pronóstico, ya que partían de una desventaja de ocho junteros con relación a EH Bildu. Por añadidura, los jeltzales recuperan gran parte del poder municipal que perdieron hace cuatro años en Gipuzkoa.
Y en Álava se ha repetido la historia. El PNV también ha ganado en el territorio sin dejar que la alargada sombra del 'caso De Miguel' le afecte. El 'caso De Miguel' hace referencia a una trama organizada de cobro de comisiones ilegales que afecta a una veintena de personas relacionadas, en mayor o menor medida, con el PNV. El auto judicial del juez que lleva el asunto irrumpió en plena precampaña y a partir de ahí, el PNV puso un cordón sanitario. Un caso que lleva cinco años dando titulares en contra del PNV, pero que no le ha impedido ganar en el territorio.
Al alcalde de Vitoria, Javier Maroto, la escandalera sobre el fraude en las ayudas sociales lejos de minarle le ha aupado. A pesar de que toda la oposición se unió en su contra, que se creó una plataforma (Gora Gasteiz) para movilizar a la sociedad vitoriana y a las constantes polémicas con SOS Racismo, la conclusión es que el candidato a la reelección ha salido victorioso. Al menos si se atiende a la lectura de los resultados, en los que Maroto es el más votado e incluso cosecha más votos que en las elecciones anteriores.
Y siguiendo con las polémicas con SOS Racismo a cuenta de la presencia de inmigrantes, otro alcalde que ha salido reforzado ha sido Josu Bergara (PNV), en Sestao. Su enfrentamiento con SOS Racismo por la supuesta negativa a empadronar extranjeros en el municipio se ha saldado con la victoria de Bergara. La Audiencia Provincial de Bizkaia ha desestimado las reclamaciones de SOS Racismo y la ciudadanía le ha otorgado 13 concejales, cinco más de los que tenía. La realidad es que han sido el resto de partidos los que han pagado la factura electoral: el PSE ha perdido cinco concejales (de ocho a tres), Bildu uno (de tres a dos) y el PP otro (de dos a uno).