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Euskadi proyecta un Memorial con víctimas del GAL y de la Guerra Civil “complementario” al que Interior construye en Vitoria sobre ETA

Minuto de silencio en una reunión del Consejo de Gogora

Iker Rioja Andueza

El Instituto de la Memoria del Gobierno vasco (Gogora) tiene ya muy avanzado el proyecto para construir un Memorial en Bilbao, un espacio expositivo “propio” y “permanente” con un triple objetivo: “no excluir ninguna forma de terrorismo, violencia o vulneración de derechos humanos” ocurrida en Euskadi desde 1936, “no legitimar” ni “minimizar” ninguna de ellas y “no diluir” lo ocurrido para garantizar una “no repetición”. Según la documentación a la que ha tenido acceso este periódico, el nuevo espacio -al que previsiblemente se le dará luz verde el próximo martes- diferenciará en cuatro salas el terrorismo de ETA, la “represión ilícita” -por el GAL y similares-, la Guerra Civil y la dictadura franquista y, por último, la “resistencia democrática”. Se da la circunstancia de que el Ministerio del Interior ultima ya la apertura en Vitoria de otro centro Memorial ceñido a las víctimas del terrorismo donde la condena de ETA tiene un “lugar destacado”, aunque también se recogerá la historia de los GAL o de los Grapo. Gogora aspira a que ambos espacios sean “complementarios”.

El informe sobre el nuevo Memorial reconoce que “la estructuración de los espacios de la exposición permanente de Gogora es una cuestión sumamente delicada” porque hay “aspectos sensibles que son intensamente discutidos”. Pero incide en que la ley de creación del Instituto de la Memoria autonómico, de 2014, ya fijaba “cuatro experiencias traumáticas” en el último siglo en Euskadi y apuesta por no excluir ninguna de ellas. Se trata de “la Guerra Civil, la dictadura franquista, el terrorismo de ETA y los contraterrorismos ilícitos”. El Memorial, pues, “tiene que incluir a todas ellas desde una perspectiva integral”. Eso sí, Gogora puntualiza “no se puede aceptar que se utilice la teoría del conflicto” o “del enfrentamiento entre bandos” para “minimizar ninguna forma de terrorismo o violencia”. Es decir, remarca que “la existencia de otras vulneraciones de derechos humanos” y su reconocimiento y denuncia, como fue la Guerra Civil y la posterior dictadura, no son un “pretexto” para justificar el surgimiento de ETA.

Sobre ETA, el proyecto del nuevo centro de Gogora incide en que los cuatro ámbitos temáticos “quedarán clara y físicamente distinguidos” y contarán con un “tratamiento propio y autónomo”. Explica a grandes rasgos que en cuanto a la “memoria sobre ETA” se harán “referencias a sus distintas ramas”, a las “consecuencias de su trayectoria” y a las víctimas. Gogora asume la existencia de otro proyecto paralelo con un enfoque diferenciado en Vitoria y se fija como objetivo “evitar la duplicidad con el Centro Memorial [del Gobierno central] y promover su complementariedad”. “En este espacio se hará referencia a las distintas etapas de ETA, a su presencia ininterrumpida durante seis décadas y a la manera en que la sociedad vasca y sus instituciones se enfrentaron a este terrorismo teniendo en cuenta que, desde 1968, esta organización fue la principal causante de las violaciones del derecho a la vida en nuestro país”, detalla el informe.

A modo de “multicines” -con mucho material audiovisual e interactivo- y con la voz y el holograma de una “mujer de avanzada edad que tiene una visión retrospectiva y vivida de toda una vida” que hará de guía, se establecerán cuatro salas. La primera de ellas la ocupará el material sobre ETA.

La segunda explicará la “represión ilícita” de “organizaciones terroristas como el Batallón Vasco Español, el GAL o similares” junto al testimonio de las víctimas pero también los casos de violencia policial reconocidos en la reciente ley autonómica cuestionada por partidos como el PP y sindicatos policiales al interpretar que equipara la actuación de las Fuerzas de Seguridad del Estado con la de ETA. La tercera sala recogerá la Guerra Civil y la posguerra, por un lado, y el franquismo, por otro. El primer ámbito será “menos extenso” ya que el Museo de la Paz de Gernika se especializará en el bombardeo de 1937 y se pretenden también “evitar duplicidades”. Finalmente, la cuarta y última sala será un espacio “para la reflexión y participación”: serán “testimonios de resistencia democrática frente a la injusticia y a la vulneración de derechos humanos, así como hitos institucionales y sociales constructivos que, a pesar de todo, jalonan nuestra historia en los últimos cien años.”

El objetivo de Gogora es que los visitantes, a la salida del Memorial, se hagan preguntas (“¿Qué cambiaría de lo que hice o no hice? ¿Qué habría hecho yo? ¿Dónde me habría colocado”? y adquieran un “compromiso con los derechos humanos” y con el “pluralismo” de la sociedad vasca: “Al visitar esta exposición no te plantees sólo qué le pides tú a la memoria, sino también qué te pide a ti la memoria”. De alguna manera, el proyecto museístico dará continuidad al trabajo de la exposición itinerante Memoria Plaza.

Este nuevo Memorial estará en Bilbao. Gogora tiene claro que “la mejor opción” es “vincular la exposición permanente al edificio” que hace las veces de sede del Instituto de la Memoria, ubicado en la calle de María Díaz de Haro. Dentro del edificio no hay espacio, ya que la planta baja no reúne las condiciones adecuadas y los expertos consultados han desanconsejado ubicar un proyecto semejante en las plantas altas. Sin embargo, se ha optado por construir el nuevo museo en el patio interior de la manzana. El Ayuntamiento de Bilbao ya ha dado luz verde a las dudas urbanísticas que suscitaba la operación y una empresa especializada ya ha garantizado su viabilidad.

El informe de Gogora incluye dos simulaciones del nuevo espacio, que se define como una arquitectura “liviana”, “versátil” y que podrá ser “fácilmente renovable”. De lo que no se habla en ningún momento es de presupuestos. Sin embargo, en el proyecto de presupuestos que aprobará el Gobierno vasco en las próximas semanas se reservará una primera partida de 100.000 euros, el 4,8% del total de que dispondrá el Instituto de la Memoria en 2020 (2.083.000 euros). Está previsto destinar más fondos (140.000 euros) a dar continuidad a la exposición itinerante.

Este 'dossier' -que está fechado en junio de este año- será presentado este martes a los miembros del Consejo de Administración de Gogora, en el que se sientan miembros de todos los partidos políticos vascos y otros vocales. El lehendakari, Iñigo Urkullu, de quien dependen directamente las políticas de Derechos Humanos y que ha presidido en varias ocasiones las reuniones de Gogora, ha puesto el consenso que suscita este organismo como ejemplo positivo frente a la ponencia de paz del Parlamento Vasco, que se inició coja ante la ausencia del PP al considerar que EH Bildu no condenaba a ETA y que lleva meses en 'stand by' ante las exigencias crecientes de partidos como PNV y PSE-EE a la izquierda abertzale.

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