Gipuzkoa, las carreteras asfaltadas con euros
El último escándalo por el que Bidegi ha saltado a la palestra es la querella criminal presentada por la Diputación de Gipuzkoa contra tres ex responsables de esta sociedad pública. Según los análisis realizados, se pagaron 3,4 millones no ejecutados y se les imputan los delitos de malversación de fondos públicos y falsificación de documentos. Los actuales responsables de Bidegi aseguran que en los documentos relacionados con la construcción del tramo Eskoriatza Iparra-Arrasate Iparra (Epele) de la AP1, se observa que las liquidaciones abonadas en junio de 2011 por esta sociedad pública y las cantidades contrastadas hoy en día, no coinciden.
Bidegi Gipuzkoako Azpiegiturak SA se creó en el año 2002 con el objetivo de gestionar el cobro del canon de la autopista AP8, así como la realización de ampliaciones, nuevas construcciones de vías de alta capacidad u otras funciones que pudiera encomendarle la Diputación. En ese momento, el PNV era quien gobernaba esta institución y así ha sido hasta que en el año 2011 llegó EH Bildu. En el año 2007 la Mesa de Contratación de Bidegi adjudicó el cobro de los peajes a una UTE que posteriormente tomaría el nombre de Bidelan. En ese mismo año Aralar, ahora integrada en la coalición abertzale, ya cuestionó esta situación al considerar que existían irregularidades. En este sentido, denunciaron que en el informe técnico que realizó una consultora independiente para esa Mesa de Contratación, esta UTE quedó la tercera en la puntuación. Sin embargo, el PNV le otorgó la adjudicación final del concurso. En los años posteriores Bidegi se dispuso a construir el segundo cinturón de Donostia así como dos tramos de la AP1.
EH Bildu llegó a la Diputación en junio de 2011 y poco después empezó a destapar la gran deuda con la que contaba esta sociedad pública. La diputada de Movilidad e Infraestructuras viarias, Larraitz Ugarte, apunta que cuando llegaron a Bidegi vieron que esta sociedad había firmado una deuda de 900 millones de euros, en vísperas de las elecciones, a finales de marzo. Hasta entonces Bidegi tenía un endeudamiento de 500 millones y se solicitaron 400 millones más, en total 900 millones.
Ugarte señala que además esta deuda “forma parte mayoritariamente de obras que ya se habían ejecutado y que habían supuesto unos sobrecostes impresionantes” de alrededor de un 60% en muchísimos tramos, de la construcción de la AP1 fundamentalmente, pero también del segundo cinturón. Además, detectaron que en junio de 2011, a seis días de ser nombrado Martin Garitano diputado general de Gipuzkoa, se convoca un Consejo de Administración de Bidegi donde se aprueban dos liquidaciones de la AP1, una de 34 millones y otra de 20 millones, por obras que ya se habían finalizado años antes. Desde la Diputación entienden que haya sobrecostes pero, a su juicio, “llama muchísimo la atención las cantitades que hay y fundamentalmente esas liquidaciones dos años después de que fueran abiertas al público esas carreteras”.
Pero, ¿cómo se ha llegado a esta situación? Según Larraitz Ugarte, los responsables de Bidegi en ese momento “inventan una historia” y dicen a los bancos que “van a tener unos incrementos de tráfico exagerados” para obtener más financiación, esto es, que en el año 2012 van a tener entre 120 y 130 millones de recaudación. Esto ha supuesto que a día de hoy se sume un desvío de un 30% en la previsión de ingresos.
Mantenimiento de las carreteras
Por otro lado, Bidelan es la empresa que gestiona el mantenimiento ordinario de las autopistas. Cuando nació esta empresa en 2003, de la unión de Iridium (Grupo ACS), Grupo Campezo y Transitia, tenía un contrato con Bidegi en el que se establecía un sistema de pago vinculado al volumen de tráfico gestionado en Gipuzkoa, en principio la AP8 y posteriormente la AP1. Sin embargo, en 2010 los gestores de esta sociedad renegociaron este contrato con Bidegi y obtuvieron una subida del 7,7%, lo que aseguraba el beneficio de la concesionaria privada. Según la portavoz foral, el argumento para modificar ese contrato es que los tráficos estaban bajando. O sea, “en el 2010 dicen que los tráficos estaban bajando y por ello no se les paga lo suficiente a los de Bidelan y en el 2011 dicen que los tráficos van a subir muchísimo y se endeudan”.
La Diputación fue a interponer una demanda de lesividad contra esa modificación del contrato con Bidelan. Pero finalmente llegaron a un acuerdo con ellos y actualmente la factura anual de Bidelan es tres millones más baja. Ugarte asegura que se ahorrarán unos 17 millones de euros hasta 2018. En Álava se han hecho eco de esta situación y EH Bildu pide que se estudie, incluso en los tribunales, y que se renegocie el contrato que tiene Arabat, empresa pública homóloga de Bidegi que gestiona el tramo alavés de la AP1. La coalición abertzale denuncia que este contrato supone un sobrecoste de tres millones de euros en el mantenimiento de la autopista de peaje.
Situación actual
La diputada de Infraestructuras guipuzcoana viarias reconoce que a día de hoy “todavía existen problemas con el relato”, ya que algunos siguen diciendo que Bidegi es una sociedad solvente cuando en el proyecto de Presupuestos de Gipuzkoa la Diputación ha tenido que poner 8,9 millones de euros, como ampliación al capital social porque “los números no dan”. Ugarte cree que el PNV debe reconocer que Bidegi “se endeudó demasiado, que gestionó a lo grande” y a partir de ahí buscar soluciones entre todos. Eldiarionorte.es se ha puesto en contacto varias veces con el PNV pero no ha obtenido ninguna respuesta del partido jeltzale.
El juntero del PP Iñigo Manrique asegura que llegados a este punto, con 900 millones de euros de deuda, las previsiones de tráfico diseñadas por el PNV fueron “muy optimistas”. Creen que EH Bildu no ha hecho mala gestión de la deuda, sino que llegó “y se encontró con este pastel”, pero aseguran que no ha sabido “buscar la complicidad y las alianzas necesarias entre los grupos” para gestionar la norma integral de financiación de infraestructuras. Desde el PSE Lore Suarez cree que estas infraestructuras “eran necesarias” y para ello había que conseguir financiación. Critica que la coalición abertzale hable de “agujero”, porque esa deuda ha salido de la construcción de infraestructuras y hay que devolverla. A su juicio, “tienen que plantear una solución y no han sido capaces de planteársela”.