Sin escenarios ni recintos abiertos: un festival de 40 grupos en los bares de Mérida

Sin escenarios ni recintos al aire libre, sin concentraciones de público en un único espacio; tampoco luces móviles ni altos decibelios y sin necesidad de desplazarse al extrarradio. Así es el peculiar festival de música y cine de Mérida (CINEBEAT), donde el público va de bar en bar, de local en local, para ver a los 40 grupos programados en su segunda edición.

Este certamen se caracteriza por “romper” con lo viene siendo habitual en la mayoría de los festivales musicales, donde el público permanece en un recinto cultural y son los grupos los que van pasando por el escenario.

“En CINEBEAT, el público es el que se mueve por los locales de ocio del centro de Mérida para escuchar a los grupos”, explica su director, Ángel Briz, que afronta esta segunda edición -este fin de semana- con el reto de mantener el éxito de la primera, la cual fue incluida por el Observatorio de la Cultura como uno de los diez mejores eventos novedosos del país.

“Hemos roto el molde de los grandes recintos y, a la vez, hemos recuperado el sonido directo en los locales”, expone con orgullo este emeritense sumergido en el mar de cultura y la difusión de esta desde bien pequeño. Su padre -también Ángel Briz- es un referente y un sempiterno cuando se habla de cine y música en la ciudad.

Cualquiera que acuda a este festival tiene la oportunidad de iniciar su recorrido musical a las 15,00 horas y finalizarlo a las dos de la mañana sin interrupción alguna. “Es un 'non stop', ya lo aviso”, añade en tono irónico, pero muy real.

Tampoco puede ser catalogado por una determinada temática musical. CINEBEAT es “una 'thermomix' de estilos”, una caja de pandora de acordes bien trabajados y programados, pues aglutina rock -en su amplia gama-, pop, folk, flamenco, hip-hop y indie, entre otros marcos.

Cuarenta artistas y grupos, como 'Bulo', componentes de la banda de Robe; los internacionales 'Black Maracas'; 'Srta. Trueno Negro', del que forma parte el batería Roberto Escudero -con Los Planetas en alguna gira- y 'Martín Mostaza', nombre artístico de Fermín Solís, cuya novela gráfica 'Buñuel en el laberinto de las tortugas' fue llevada al cine cosechando numerosos premios, son algunas de las píldoras.

También estarán 'Alfredo Expósito y Los Terlenca' y 'Ama', que vuelven a tocar después de muchos años; 'Julia's Mimeman', 'Asina Önde', 'Balarrasa', 'Bambikina', 'Bolsa de Moscas', 'Chloe Bird', 'Cecilia Zango', 'Fônal', 'La Mendinga', 'Niño Índigo', 'The Buzzos' y 'Zalake' son otros de los grupos presentes en esta II edición.

Salvo alguna excepción, todos los artistas guardan relación con Extremadura, ya sea porque han nacido aquí o se han asentado en las provincias de Cáceres y Badajoz, o simplemente mantienen un vínculo cultural constante con esta tierra.

“Hay mucho talento. Hay mucha gente que empieza que necesita un local o un festival para darse a conocer, por eso apostamos por este modelo como trampolín para muchos de ellos”, expone Briz, que ha pasado de buscar grupos, como ocurrió el año pasado, a tener que rechazar “muy buenas propuestas” en esta segunda edición por falta “de horas y días”.

“Se trata de un festival que se centra en dar oportunidades al nuevo talento juvenil extremeño, pero sin descuidar las bandas consagradas, algunas otras históricas y algunas que ya estaban fuera del circuito desde hacía años. Recuperar ese pequeño patrimonio cultural es una de la idiosincrasia de este festival”, afirma Briz.

Además, se suma otro potencial, el económico y laboral, pues los bares incorporan más personal para atender al público y el propio festival debe dar respuesta a las cuestiones técnicas relacionadas con los conciertos.

A esta amplía oferta musical, con 17 grupos más con respecto a la pasada edición, se suman nueve proyecciones cinematográficas y un certamen de vídeoclips.