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“No hay un 'efecto llamada', hay un 'efecto salida', de gente que huye de la muerte”

El 'Aita Mari', en el puerto de A Coruña

Marcos Pérez Pena

A Coruña —

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En los años 2017 y 2018 más de 5.000 personas murieron ahogadas en el Mediterráneo intentando llegar a Europa, un promedio de más de seis cada día. La mayor parte de estas muertes tuvieron lugar en el Mediterráneo central, frente a las costas de Libia. Ante la pasividad de los gobiernos europeos, varias ONG desplazaron hasta el lugar barcos para intentar salvar la vida de estos náufragos y náufragas y llevarlas a un puerto seguro. Así lo hicieron desde España el Open Arms y el Aita Mari

La llegada al poder en Italia del M5S y de la Liga Norte bloqueó los puertos italianos a las personas rescatadas y a pesar de que en un primer momento el Gobierno de Pedro Sánchez permitió que el Open Arms desembarcara en España varios grupos de refugiados, este mes de enero el Ejecutivo dio un giro a su política, impidiendo incluso la salida del Open Arms y del Aita Mari hacia el Mediterráneo central.

El Aita Mari, un antiguo atunero con base en Euskadi, lleva dos meses litigando con el Gobierno español para conseguir que le permita partir. La embarcación, gestionada por la ONG Salvamento Marítimo Humanitario, zarpó hace unos días de Pasaia (Guipúzcoa) para recorrer distintas ciudades, comenzando por A Coruña, en las que denunciará el bloqueo impuesto por el Ejecutivo y demandará un cambio de postura de las instituciones europea hacia el rescate y acogida de las personas refugiadas. En estos dos meses 152 personas han muerto ahogadas en las costas libias y otras 6 pateras han sido devueltas en caliente al territorio de este país africano en permanente situación de conflicto.

Durante su estancia en el puerto coruñés la tripulación del Aita Mari, en cooperación con las entidades que componen la plataforma Acampa pola Paz, llevará a cabo actividades de información y concienciación, comenzando por una concentración convocada este jueves 21 a las 20 horas ante la Delegación del Gobierno y una charla que tendrá lugar el viernes 22 a las 19.30 horas en la Casa Museo Casares Quiroga.

“Queremos denunciar la pasividad de la UE ante las muertes en el Mediterráneo Central. Van ya dos meses desde que el Gobierno de Pedro Sánchez decidió denegarnos el permiso para navegar. Y en este tiempo ha seguido habiendo muertes en la zona”, recuerda Marco Martínez, capitán del barco. “Sin barcos de rescate en la zona, las pateras siguen haciéndose a la mar. La guerra y la miseria los empujan a tomar esta dura decisión. No es un efecto llamada, es un efecto de salida. La gente huye del Estado Islámico, de la pobreza y de países en los que no se respetan los derechos humanos. La gente huye de la muerte, y si hubiera otro continente más cerca irían a él, pero es Europa lo que les queda más cerca”, dice.

Martínez rechazó los argumentos legales empleados por el Gobierno central para denegarles el permiso para partir, como ya han hecho jueces, fiscales y otros expertos. “Dicen que no contamos con certificados para navegar con más de 20 personas. Pero una cosa es el despacho [la tripulación y pasajeros permanentes del buque] y otra los náufragos que el barco puede transportar. Nosotros podemos transportar 120 náufragos a 74 kilos por persona”, explica. “No hablamos ni siquiera de inmigrantes, hablamos de náufragos, que tienen el derecho a ser rescatados según la legislación internacional”, destaca el capitán.

Marco Martínez señala que “en estos días que estaremos en A Coruña queremos recordar la relación entre políticas migratorias y muertes en el Mediterráneo”. “El Gobierno español tiene el deber de presionar a Italia y la Malta para que faciliten esta operación en vez de mirar para otro lado, algo por lo que ya ha sido felicitado por Matteo Salvini”, apunta

“Desde Salvamento Marítimo Humanitario reclamamos rutas seguras y una política migratoria europea responsable. Reclamamos la corresponsabilidad de todos los Estados miembros de la UE para dar una respuesta solidaria y conjunta al fenómeno de las personas desplazadas. Para que nadie se vea obligada a meter a sus hijos en una barca rumbo a la muerte”, afirma el capitán del Aita Mari. “Nosotros representamos los valores de la Unión Europea: fraternidad, igualdad y legalidad y la defensa de los derechos humanos. Pero parece que los países de la UE han abandonado estos valores que deberían regir sus acciones”, concluye.

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