El hospital público de Santiago obligó a embarazadas a entrar solas a las ecografías pese a que Galicia permite un acompañante
El Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS) ha impedido a mujeres embarazadas entrar con otra persona a pruebas como las ecografías pese a que Galicia permite que vayan con un acompañante. Varias afectadas han presentado quejas por escrito en el hospital y han recurrido también a la Valedora do Pobo. Critican la “arbitrariedad” porque unas sí han podido tener a su lado a otra persona y otras, no. Los responsables del área sanitaria alegan que unas obras de acondicionamiento han causado estos problemas y que, desde el próximo lunes, ninguna gestante tendrá que ir sola.
El Diario Oficial de Galicia (DOG) del pasado 26 de enero autorizó la presencia de “una persona acompañante por usuario/a en el caso de menores, mayores dependientes o mujeres gestantes”, pero siguieron dándose casos de embarazadas que se vieron obligadas a entrar solas en las consultas, según recoge Europa Press. La presidenta de la Asociación Galega de Matronas (AGAM), Isabel Abel, que ejerce en el Hospital do Salnés, señala que “ahora mismo no habría motivo para prohibir la presencia de acompañantes”, pero advierte de que “en muchos sitios siguen sin dejarles”. “No sabemos los motivos”, agrega.
María Porto, responsable de un grupo de Facebook que comparte información para mujeres gestantes con el nombre de Embarazadas Galicia, denuncia que han sido “las grandes olvidadas de esta crisis sanitaria” y que “se han sentido solas”. Varias embarazadas han coincidido en señalar que las autoridades sanitarias han utilizado la pandemia como excusa “para muchas cosas”. Algunas relatan sus experiencias con un embarazo en curso al inicio de la pandemia. Una mujer que fue atendida en A Coruña explica que, con la pandemia, le prohibieron a su marido acompañarla y él no volvió a poder entrar en la consulta hasta que al feto le detectaron una anomalía.
Otro caso citado por Europa Press es el de una mujer que se preguntaba si era normal tener que ir sola a las pruebas para comprobar si el feto evolucionaba bien. Se lo preguntó a una compañera de trabajo y ella le dijo que el DOG recogía que tenía permiso para ir acompañada. Aun apelando a esta orden en el Clínico de Santiago, tuvo que entrar sola. El hospital dice que la “aleatoriedad” se debe a las diferencias entre instalaciones y a unas obras para adaptase a la COVID-19. Está previsto que estos trabajos terminen este fin de semana y que desde ahora todas las embarazadas puedan ir con un acompañante, han indicado fuentes del CHUS.
La matrona Isabel Abel afirma que estas situaciones han desembocado en un fenómeno de “turismo obstétrico”: en lugar de recibir atención en el centro sanitario que le corresponde por su lugar de residencia, algunas embarazadas piden ser asistidas en otro hospital. AGAM anima a las gestantes afectadas a presentar quejas ante el Servizo Galego de Saúde (Sergas). Una de las mujeres que lo hizo en el área de Santiago explica que recibió como respuesta cartas “tipo” en las que se le indicaba que la reclamación había sido aceptada y que se investigaría.
Por su parte, la Valedora do Pobo ha confirmado que investigan las denuncias presentadas por las embarazadas y ha remitido la respuesta oficial ofrecida por la Consellería de Sanidade, que achaca “las prohibiciones puntuales en centros concretos” a problemas con las medidas de seguridad sanitarias, como el aforo y el espacio interpersonal.
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