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Sobre este blog

En este espacio se asoman historias y testimonios sobre cómo se vive la crisis del coronavirus, tanto en casa como en el trabajo. Si tienes algo que compartir, escríbenos a historiasdelcoronavirus@eldiario.es.

El coronavirus desde el punto de vista de un celador español en un hospital inglés

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Jacinto Sánchez

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Me llamo Jacinto y soy celador en un departamento de emergencias de un hospital de Reino Unido. Me gustaría contaros cómo estamos viviendo el confinamiento desde el extranjero, cómo estamos tratando de acabar con el virus en un hospital desde el punto de vista de un celador.

Una semana antes del estado de alarma en España, mi mujer (también española, y enfermera en el hospital) y yo teníamos un viaje exprés de cuatro días desde el Reino Unido a España, para visitar a la familia y poder asistir al concierto de Amaral en Madrid. Conforme se acercaba la fecha decidimos no viajar por miedo al cierre de fronteras y no poder volver a nuestra casa y trabajo en el Reino Unido. Tras ello, las aerolíneas empezaron a cancelar los vuelos y el concierto se pospuso.

Después hemos tenido que cancelar tres viajes distintos. Eso nos ha llevado a darnos cuenta de lo “cómodo” y “sencillo” que nos parecían los viajes prescindibles. Aunque por desgracia esto también nos ha separado aún más de nuestra familia. Estábamos acostumbrados a hacer una visita a nuestros padres y hermanos cada tres meses, pero la situación ha hecho que no los hayamos podido visitar desde antes de Navidad. Por ello, Skype está conectado cada día que no trabajamos para hablar con nuestros familiares en España.

En cuanto a la lucha contra el coronavirus en tierras inglesas, lo estamos haciendo de una manera bastante distinta que a España. Cuando se declaró la emergencia nacional en el Reino Unido, los departamentos de emergencias dejaron de atender a cualquier paciente con síntomas del COVID-19 salvo situaciones excepcionales. Por ello, pasamos de tener unos 750 pacientes diarios a alrededor de 250 en el hospital donde trabajamos. Desde aquel momento, la comunicación entre personal clínico, directores de departamentos del hospital y personal de apoyo (como puedo ser yo) ha sido muy caótica e incluso nula.

Al principio de la epidemia había ciertos directores de departamento que si veían a un celador con mascarilla por el pasillo le echaban la bronca, nos decían que solo se podía usar en la habitación del paciente. ¿Y llevando a un paciente por el pasillo no? O nos decían que no eran necesarios ciertos EPIs (equipos de protección individual), aquí llamados PPE.

Pero viendo que el número casos de coronavirus no ha parado de subir decidieron dividir el departamento en dos y aumentar las medidas preventivas a través de dos códigos: red [rojo en inglés] para pacientes con síntomas de coronavirus y blue [azul en inglés] sin esos síntomas. Eso ha llevado a aumentar el departamento, que ya estaba escaso de personal, a casi el doble y siendo completamente imposible poder llenarlo debido a que no hay suficiente personal, ni clínico, médico o de apoyo.

Desde mi punto de vista, como celador, tengo muchísimo apoyo de mis compañeros y personal directo del hospital, como enfermeras, doctores o limpiadores. Pero en esta crisis, ese apoyo no se ha producido desde los directores o desde el propio NHS [siglas del National Health Service, el sistema sanitario público en Reino Unido]. Siempre pidiéndonos que no usemos los EPIs demasiado porque no había, poniéndonos desprotegidos ante los pacientes, o dando la cara ante situaciones bastante dudosas por parte del equipo directivo, como dejar pacientes en pasillos, porque estaban a punto de pasar el límite máximo de cuatro horas en emergencias establecido nacionalmente.

Como celador me encanta hablar con los pacientes, dentro de la limitación de un idioma que no es nativo para mí y muchas veces hay que explicarles situaciones como esas. 

En cuanto a la vida social, el Reino Unido ha optado por un confinamiento menos restrictivo que en España, cosa que se nota en los número de afectados, con cifras similares y sin contabilizar a los fallecidos en residencias o fuera de hospitales, que sí se incluyen en España. Se nos está permitido salir a hacer ejercicio durante una hora, pero estas restricciones cada uno se las toma como quiere, puesto que he visto gente leyendo un libro o parejas en los parques.

Un saludo, y llevad cuidado.

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