El auténtico hombre orquesta es tecnológico y lleva los instrumentos en su ropa
Lo típico: estás en el autobús, aburrido porque te queda media hora para llegar a tu destino cuando, de forma instintiva, tus manos se van a tus piernas y empiezan a golpear rítmicamente los pantalones como si fueran una batería. Es un acto reflejo que todos hemos vivido alguna vez, cuando no teníamos nada que hacer o cuando estábamos nerviosos. A veces simplemente se nos ha pegado una canción, la tenemos todo el tiempo en la cabeza, y seguimos su pulso con nuestro cuerpo.
A los que se dedican profesionalmente a la música les sucede aún más a menudo. De repente, dos bolígrafos o dos palillos chinos se convierten en dos improvisadas baquetas y la música empieza a fluir en cualquier parte: en una cena informal con los amigos, en una reunión de trabajo (aunque esto no es recomendable) o en la interminable cola del supermercado.
De esto se percató el percusionista Tyler Freeman, que un día estando de risas con sus amigos, compañeros de profesión, tuvo la genial idea: ¿y si existieran unos pantalones que de verdad sonaran como una batería? Dicho y hecho. Así empezó el proyecto DrumPants, una aventura en la que ya lleva seis años embarcado.
Primero fue una broma, luego un proyecto de final de master, luego una herramienta educativa para mostrar a los adolescentes las virtudes de la programación y la producción musical y finalmente lo que es hoy en día: un nuevo exponente del 'wearable computing', la tecnología que se lleva puesta.
No se parece a las Google Glass o a los relojes inteligentes, pero también tiene su miga. Básicamente, Drumpants es un kit de sensores que se instalan bajo la ropa y que registran esos golpecitos rítmicos que marcas sobre tus pantalones (u otra parte de tu vestimenta) para convertirlos en sonido. Viene con más de 100 instrumentos configurados de antemano: tambores, sintetizadores, guitarras, pianos... Y, por supuesto, puedes añadir tus favoritos porque está basado en 'software' libre.
El instrumento que suena cuando golpeas uno de los sensores lo determinas a través de una caja de control, que es suficientemente pequeña y ligera para que la puedas llevar encima. ¿Y por dónde sale el sonido?, te estarás preguntando. Pues aquí hay diversas opciones: puedes mandarlo a tus auriculares, a un pequeño altavoz portátil que te venden por separado, a tu ordenador vía USB (compatible a partir de Windows 7 y Mac OS X 10.7) o por Bluetooth a la 'app' de DrumPants (para iOS 7 o Android 4.3), que permite configurar el resultado, o compartirlo en formato MIDI con otras aplicaciones de producción musical.
Y no solo de música vive el hombre orquesta, porque las opciones que ofrece este invento son prácticamente ilimitadas. También puedes usarlo para controlar juegos y aplicaciones a través de tu cuerpo. Por ejemplo: dos palmaditas en el muslo, disparar al malo; un golpecito en el pecho, reproducir un vídeo de YouTube; toquecito en el brazo, cambiar de diapositiva. Y así hasta donde alcance tu imaginación.
Pero antes de que esta monada esté disponible en el mercado, sus creadores necesitan financiación y han recurrido para ello al 'crowdfunding' a través de Kickstarter. De momento llevan casi 6.000 dólares y tienen otros 30 días para llegar al objetivo de 35.000, que no va a ser tarea fácil. Veremos si lo consiguen.