Holanda enfría la posibilidad de que el certificado de vacunas sirva para viajar sin restricciones
La idea no termina de despegar. La propuesta del Gobierno griego, secundada por España y vista con buenos ojos inicialmente por la Comisión Europea, parece enfriarse por las dudas de algunos países del norte, como Países Bajos. Este miércoles fuentes del Gobierno holandés descartaban que los certificados de vacunación sirvieran para relajar las medidas en frontera: “No está demostrado que los ya vacunados no contagien”.
Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE se reúnen este jueves por videoconferencia para abordar las medidas de respuesta y coordinación ante la tercera ola de la pandemia del coronavirus. Sobre la mesa está la comunicación de la Comisión Europea, publicada el martes, en la que urge a los países a acelerar los ritmos de vacunación y a poner en marcha los certificados comunes en las próximas semanas, si bien Bruselas no concreta en su documento si esos certificados podrían servir para impulsar los viajes.
El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, propuso la puesta en marcha de un certificado europeo común para las personas vacunadas contra la COVID-19 en una carta enviada a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, así como a los jefes de Estado y de gobierno de la Unión Europea la pasada semana. Mitsotakis adjuntaba en su carta un borrador de certificado elaborado por las autoridades griegas pensado para “facilitar la libertad de circulación de los ciudadanos que han sido vacunados, un certificado que cubriría el embarque en todos los medios de transporte: aéreo, marítimo y ferroviario”.
“Entendemos perfectamente de dónde viene la solicitud del primer ministro griego”, explican las fuentes del Gobierno holandés: “No podemos tener un fracaso en la segunda temporada turística y estamos dispuestos a abordar la discusión. Pero todavía quedan muchas preguntas por responder. En primer lugar, no sabemos si las personas que han sido vacunadas aún pueden ser contagiosas y pueden infectar a otras personas. Los expertos no lo saben. Si ni siquiera sabemos por los expertos que estas personas aún podrían infectar a otras en grandes cantidades, no creo que tenga sentido correr con esto. Así que estamos abiertos a la discusión, los expertos deben trabajar en eso y alcanzar una conclusión en los próximos meses, con suerte, antes de que comience la temporada turística”.
La primera respuesta de Von der Leyen fue: “Es un requisito médico tener un certificado que demuestre que alguien ha sido vacunado. Por lo tanto, doy la bienvenida a la iniciativa del primer ministro griego [Kyriakos Mitsotakis] en relación un certificado de vacunación mutuamente reconocido”. Y añadió: “Lo que se decida, ya sea que se dé prioridad o acceso a determinados asuntos, es una decisión política y legal que debería discutirse a nivel europeo, pero creo que es importante y, como he dicho, deberíamos tener un certificado médico que demuestre que la gente ha sido vacunada”.
El vicepresidente de la Comisión Europea Margaritis Schinas explicaba: “Nadie ha hablado del término pasaporte, esto induce a error. Nosotros usamos el término certificado de vacunación, y lo que decimos es que estos certificados ya existen en las políticas sanitarias, pero vivimos en un momento extraordinario que requiere de medidas extraordinarias, y creemos que es el momento de que se reconozcan en toda la UE e incluso más allá. Hay que ver cómo se pueden desplegar su uso de una manera que abra el viaje y la movilidad siempre respetando unas condiciones estrictas de seguridad. Pero ahora en la Comisión no vamos a determinar su futuro uso. Primero hay que vacunar a una parte importante de europeos y conlleva un debate político de nuestros líderes sobre los parámetros de esta operación, que se celebrará el jueves”.
La comisaria de Sanidad, Stella Kyriakides, añadía: “Los certificados son herramientas sanitarias que nos permiten la farmacovigilancia, hacer un seguimiento a los ciudadanos y registran el historial de vacunación. Es prematuro prever el uso de los certificados para otras cosas que no sean la protección sanitaria. Pero se puede mirar un poco al futuro para ver si se pueden aplicar en las fronteras”.
“Tenemos un entendimiento común de que trabajamos en la interoperabilidad y los estándares comunes de los certificados”, explican otras fuentes comunitarias: “Su uso, ya sea para viajar o para ir a un restaurante, no es para ahora porque hace falta vacunar a un número suficiente de personas y, también, necesitamos más información porque, a nuestro entender, en esta etapa, la vacunación no significa que no se sea portador del virus. Así que, incluso si estás vacunado, es posible que aún se necesite un test”.
En este sentido, la fuente comunitaria pide “trabajar en estándares comunes, queremos evitar una especie de impasse porque la vacunación no sea reconocida por un país en particular y terminar en un callejón sin salida por cuestiones administrativas. No estamos hablando de hacerlo obligatorio o de tener un pasaporte de vacunas. No podemos estar hablando de eso hasta que tengamos más personas vacunadas y tengamos la capacidad de vacunar a todos”.
Lo que se defiende para el reconocimiento de la vacunación también vale para los tests, “evitar una situación en la que los tests no sean reconocidos entre los países”.
Variantes y mutaciones
Los 27 están preocupados por las nuevas variantes, en particular “la británica y la brasileña”, lo cual puede afectar a la ya maltrecha libre circulación en la UE. “Mi propio ministro de Justicia escribió el lunes pasado una carta a sus colegas”, explica una fuente holandesa, “diciendo que, debido a la muy contagiosa mutación británica de la COVID-19, podríamos tener que tomar más medidas que restrinjan temporalmente la libertad de circulación dentro de la UE. La carta que escribió fue bastante similar al documento no oficial alemán que ha estado circulando y que se discutirá en los próximos días con los expertos. Pero si esta mutación británica es tan contagiosa, es posible que tengamos que tomar temporalmente algunas medidas adicionales para reducir su velocidad. No podemos detenerlo, pero tenemos que frenarlo. De lo contrario, la presión y la carga de nuestra atención médica, nuestros hospitales, nuestras unidades de cuidados intensivos será demasiado grande”.
“Lo que está sucediendo con la variante del Reino Unido en Irlanda y en muchos otros países”, explica una fuente comunitaria, “seguro que será algo que se abordará con bastante detenimiento mañana por la noche” en la reunión de los líderes de la UE por videoconferencia.
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