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La OTAN advierte a Putin: “Rusia no tiene poder de veto sobre qué país ingresa en la Alianza”

De izquierda a derecha: Almirante Rob Bauer (Presidente del Comité Militar de la OTAN); Wendy R. Sherman (Subsecretaria de Estado de EE. UU.); el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg); Alexander Grushko (Viceministro de Relaciones Exteriores, Federación Rusa); Alexander Fomin (Viceministro de Defensa, Federación Rusa).

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

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La semana de negociaciones diplomáticas sobre la arquitectura de seguridad europea –sin la UE como tal en las diferentes mesas– no parece mover las posiciones de unos ni de otros. Este miércoles era el día en el que los 30 miembros de la OTAN se han reunido con una delegación rusa formada por Alexander Grushko, viceministro de Relaciones Exteriores, y Alexander Fomin, viceministro de Defensa, en Bruselas.

Los asuntos de debate han sido los mismos que trataron durante ocho horas el lunes en Ginebra la subsecretaria de Estado de EEUU, Wendy Sherman, y el viceministro ruso Sergei Ryabkov: las preocupaciones rusas por la ampliación hacia el Este de la OTAN, que empezó en 1997, y, por contra, la acumulación de tropas rusas en la frontera con Ucrania.

“Solo Ucrania y los 30 aliados decidirán cuándo ese país cumple las condiciones para que ingresar en la OTAN, Rusia no tiene ningún derecho de veto”, ha dicho tras la reunión el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, en respuesta a la exigencia rusa de que no ingresen en la OTAN Ucrania ni Georgia en un futuro: “Cada nación debe elegir su camino y su propio destino. Lo contrario es reintroducir la idea de esferas de influencia, lo cual es un camino muy peligroso. Estamos dispuestos a sentarnos a hablar, pero no a negociar principios”.

“No vamos a cerrar la puerta a nuestra política de puertas abiertas de la OTAN”, ha dicho la subsecretaria Sherman tras la reunión de la Alianza Atlántica: “La OTAN no busca confrontaciones con Rusia, estamos comprometidos con la diplomacia y queremos dialogar con Rusia y hay margen para acuerdos en comunicación, transparencia y control de armas. Pero la escalada militar no crean el mejor ambiente para la diplomacia, y es la situación que tenemos”.

Sherman ha recordado que “Rusia ya invadió Ucrania en 2014 para quedarse con Crimea. Creemos que hay áreas donde trabajar juntos con Rusia, como dijimos el lunes en Ginebra”. Lo mismo ha dicho Sherman: “Es Rusia la que ha creado esta crisis y la que tiene que desescalarla. ¿Por qué quieren llevar 100.000 soldados a la frontera con Ucrania? ¿Un país tan grande, potencia nuclear, se siente amenazado por un país tan pequeño como Ucrania? No vamos a aceptar volver a 1997 ni a aceptar que la OTAN no pueda crecer nunca más”.

“La OTAN no aceptará negociar sus valores fundamentales, como la soberanía o integridad de cada país”, ha insistido el secretario general de la OTAN, quien ha acusado al Kremlin de acumular tropas en Crimea (Ucrania), Moldavia y Georgia sin el consentimiento de las autoridades de estos países. Y ha afirmado: “Esta es una crisis creada por Rusia, es Rusia la que ha llevado 100.000 soldados a la frontera de Ucrania y la que quiere decidir quién entra y quién no en la OTAN”.

El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, que está siendo apartado de las conversaciones por Rusia, ha escrito este miércoles: “Las propuestas rusas contravienen los principios de la arquitectura de seguridad europea. Van acompañados de un refuerzo militar en la frontera de Ucrania y la amenaza de Rusia de emprender acciones militares si no se cumplen estas exigencias”.

Y ha añadido: “La ambición de las autoridades rusas es desafiar el orden político y de seguridad nacido tras la Guerra Fría. Moscú quiere retractarse del pacto OTAN-Rusia de 1997, que alumbró la ampliación de la OTAN a Europa Central y Oriental; y la Carta de París de 1990, que definió los principios para la seguridad europea después del final de la Guerra Fría”.

Este lunes, en Ginebra, Moscú ya avisó: quiere un compromiso por escrito de que la OTAN nunca se amplíe a Ucrania y Georgia. Una garantía “blindada”, “a prueba de balas”, dijo el viceministro de Exteriores, Sergei Ryabkov, tras ocho horas de conversaciones con la subsecretaria de Estado Sherman.

El enviado de Vladímir Putin insistió en los argumentos de su país, recogidos en sendos documentos, enviados a Washington y la OTAN: que Ucrania y Georgia nunca se convertirán en miembros de la OTAN; que Rusia no quiere invadir Ucrania y que no busca intercambiar amenazas de invasión por garantías de seguridad: “No tenemos ninguna intención de invadir Ucrania y, por lo tanto, no hay nada que negociar. Respetamos a Ucrania”. Eso sí, insistió en volver a 1997, cuando la OTAN aún no se había extendido al Este.

Este jueves, las reuniones se trasladan a la OSCE, organización alumbrada al calor del proceso de Helsinki de 1973-1975, cuando Estados Unidos, Canadá, la Unión Soviética y todos los países europeos (incluyendo a Turquía y excluyendo a Albania y Andorra) redactaron la Declaración de Helsinki que armó la arquitectura de seguridad europea.

En paralelo, se van a producir las reuniones informales de ministros de Exteriores y de Defensa de la UE en Brest. “Allí trabajaremos en el papel y la contribución de la UE”, afirma Borrell: “Necesitamos posiciones claras sobre lo que queremos lograr sobre la arquitectura de seguridad de Europa. Para lograr este objetivo, los europeos debemos estar unidos y preparar nuestra respuesta en caso de que Rusia lleve a cabo sus amenazas a Ucrania o al orden de seguridad europeo en general”.

“No somos una alianza militar”, dice Borrell: “Pero tenemos formas y medios para promover nuestros intereses relativos a la seguridad. Esto incluye estar preparados para reforzar nuestro trabajo contra la desinformación y las amenazas cibernéticas que vienen de Rusia; fortalecer nuestra resiliencia y seguridad energética a través de un desarrollo más rápido de energías renovables y una mayor diversificación de rutas para las importaciones; e intensificar nuestro apoyo a Ucrania y su soberanía para que pueda resistir mejor las presiones rusas”.

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