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La movilidad en Madrid, a debate: estas son las propuestas de los partidos para solucionar la contaminación

La Gran Vía de Madrid durante el corte de tráfico en el puente de diciembre.

Fátima Caballero

El Gobierno de Manuela Carmena en Madrid y el de Ada Colau en Barcelona lograron convencer a la Comisión Europea de que su apuesta contra la contaminación iba en serio. La batería de medidas que presentaron ante Bruselas para combatir los altos niveles de polución han librado a España, por el momento, de los tribunales comunitarios y de una multa de unos 2.700 millones de euros por incumplir año tras años los niveles de NO2 permitidos. Otros seis países, entre ellos Alemania y Francia, no corrieron con la misma suerte.

Entre las medidas del Gobierno de Carmena está Madrid Central, la iniciativa municipal más ambiciosa del primer mandato de la exjueza que restringirá el tráfico en el centro de la ciudad, en casi 500 hectáreas, a partir del próximo 30 de noviembre.

Los gobiernos locales que han ido ocupando la Alcaldía de Madrid sabían que el aire estaba mal. Muy mal en realidad. La ciudad incumple la ley comunitaria desde 2010, desde que entraron en vigor los límites legales obligatorios. Antes de ese momento, la red de medición ya ofrecía ese mismo panorama. Se trataba de una prórroga concedida por Europa para ir adaptándose a las nuevas exigencias.

Manuela Carmena tampoco ha logrado cumplir con la normativa europea en los tres años que ha gobernado, pero con las medidas presentadas que se incluyen en el Plan A de Calidad del Aire, la corporación municipal calcula que será en 2020 cuando consigan estar al día con los niveles máximos de polución que exige Bruselas. La contaminación atmosférica en Madrid aumentó en 2017 respecto al año anterior. Superaron los niveles máximos permitidos que marca la Unión Europea y también los de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que son más restrictivos.

El portavoz de Ecologistas en Acción Juan Bárcena lo analizaba así: “Los datos de 2017 han sido malos, la contaminación ha evolucionado a peor. Tiene que ver con el cambio climático, que aboca a más situaciones de este tipo, y con el aumento del tráfico. Si no se hace nada, seguirá aumentando el problema”.

Pero durante 2017 hubo un dato para el “optimismo”, según la ONG ecologista: durante el mes de diciembre, la estación del centro registró los niveles más bajos de contaminación desde 2000 (primer año desde que Ecologistas en Acción registra datos). Este descenso estaba directamente relacionado con la puesta en marcha de las restricciones de tráfico en Gran Vía durante el puente de la Constitución y las navidades. Según un estudio realizado por el Ayuntamiento de la capital, esta disminución del tráfico fue de un 15% los días sin restricciones y de hasta un 40% los días en los que solo pudieron circular residentes, transporte público y vehículos autorizados.

Los niveles de NO2 registrados en esa estación en el último mes del año fueron de 51 microgramos por metro cúbico mientras que la media entre 2010 y 2015 para ese mes fue de 64 microgramos por metro cúbico. Esto supone una reducción del 20,6% de la contaminación del aire, un porcentaje que aumenta hasta el 25,9% si la comparación se hace con los tres años anteriores en los que hubo registro (2013, 2014 y 2015) que tienen condiciones socioeconómicas y de tráfico más similares al 2017, apunta la ONG; la crisis económica redujo, por el aumento del paro, las emisiones por los desplazamientos en coche privado. La comparativa no ha podido hacerse teniendo en cuenta el año 2016 porque la estación estuvo estropeada durante 15 días (del 9 al 23) en diciembre de ese año.

A pesar de esos datos y de las exigencias comunitarias, el Partido Popular ha decidido que las políticas de movilidad y contra la contaminación de Ahora Madrid sean el eje central de la precampaña de cara a las elecciones municipales de 2019, a las que Carmena optará a la reelección. Esta semana el PP de Madrid ha decidido movilizar a sus ayuntamientos -donde la Comunidad de Madrid alerta de “grandes aglomeraciones” en Metro con la puesta en marcha de Madrid Central- a través de mociones municipales que piden su paralización. Ciudadanos también votó en contra de la medida este jueves en un pleno monográfico impulsado por el grupo municipal popular.

Al margen del debate partidista y de la propaganda política, estas son las propuestas de cada partido para cumplir con los requisitos de emisiones nocivas para la salud que exige Europa a la capital española.

Ahora Madrid: menos coches en la ciudad

El Gobierno de Carmena calcula que Madrid Central reducirá las emisiones de los gases contaminantes un 40%. A pesar de las críticas por parte de oposición, el Consistorio defiende de que se trata de una medida que “afecta a poca gente y tiene muy buenos resultados”. “El volumen de viajes en coche en el área central es de 230.000 y las restricciones no van a afectar a todos”, señala la portavoz municipal Rita Maestre a eldiario.es: “Se eliminará el tráfico de paso y el de los coches más contaminantes”.

La medida prohíbe el acceso a los vehículos más contaminantes que no sean de residentes: los que carecen de etiquetado ambiental. “Aunque son un 13% de los coches generan una contaminación muy superior a esos niveles”, destaca Maestre. Podrán acceder y circular libremente por Madrid Central los vehículos de residentes, que podrán estacionar en su barrio como hasta ahora, y además, sus invitados, un total de 20 al mes. “La movilidad de los residentes está garantizada e incluso mejorará”, señala la portavoz de Ahora Madrid.

También podrán acceder los coches o motos con etiqueta ambiental CERO y ECO. Los que tengan etiquetas B o C podrán entrar para aparcar en un garaje privado, reserva o aparcamiento de uso público, con el objetivo de terminar con el tráfico de paso. Se garantiza además el acceso a las personas con movilidad reducida (PMR), los servicios esenciales, los titulares de plazas de garaje y profesionales que trabajen en el centro, aunque con limitaciones horarias. Maestre defiende que la medida “tiene un efecto desincentivador que es positivo”.

Otra de las medidas aprobadas por el Ayuntamiento, y que ya está en funcionamiento desde el pasado miércoles, es la reducción de la velocidad de los vehículos a 30 kilómetros por hora en el 80% de las calles de Madrid. Con esta iniciativa “se reduce la contaminación y se apuesta por la seguridad en las calles”, señala Maestre.

Además, el Ayuntamiento ha apostado por la renovación de la flota de autobuses y ha creado seis líneas nuevas. Desde que gobierna Ahora Madrid, se han comprado 700 autobuses nuevos, de un total de 2000 que dispone la EMT, eléctricos o de gas. Para los próximos meses se comprarán otros 500, que junto a los 200 que adquirió el anterior Gobierno de Ana Botella, suponen el 80% de la flota. El Ayuntamiento de Madrid también anunció su apuesta por los aparcamientos disuasorios pero ha sido una medida que no se ha ejecutado.

PP: más zonas solo para residentes pero sin cerrar grandes arterias

La propuesta contra la contaminación en Madrid del Partido Popular consiste en restringir más barrios del centro al tráfico de los no residentes, pero manteniendo sin restricciones las principales vías de la ciudad.

Desde este partido se muestran muy críticos con las restricciones al tráfico de Madrid Central y aseguran que, si gobiernan, volverán a abrir al tráfico las grandes avenidas del centro. “Cerrando las grandes calles de acceso al centro se está desincentivando el consumo”, defiende la portavoz de Movilidad del PP en el Ayuntamiento, Inmaculada Sanz. También cuestionan los semáforos que han empezado a funcionar recientemente en el tramo urbano de la A-5, en el Paseo de Extremadura. Como alternativa proponen un túnel subterráneo.

El PP también propone bonificaciones fiscales para los coches limpios y ayudas para la compra de coches eléctricos. Pide aumentar el número de puntos de recarga para vehículos eléctricos; en la actualidad solo hay 24 en el centro de Madrid.

El PP apuesta por el uso de las motos aumentando las plazas de aparcamiento para estos vehículos y con ayudas económicas que incentiven su compra. “Es una solución para la movilidad, aunque hay que ir hacia motos más limpias”, explica la portavoz de movilidad del PP en el Ayuntamiento, Inmaculada Sanz.

PSOE: un billete anticontaminación y aparcamientos disuasorios

Desde el PSOE defienden Madrid Central, una propuesta que la portavoz socialista en el Ayuntamiento, Purificación Causapié, recuerda que ya lo prometieron antes de las últimas elecciones. “Muchas de las medidas del Ayuntamiento en contra de la contaminación son propuestas que el PSOE incluía en su programa electoral y que se están cumpliendo gracias al apoyo a Ahora Madrid”, señala Causapié.

Los socialistas plantean ampliar las frecuencias en el transporte público, modernizar la flota de taxis por medio de ayudas públicas y ampliar las zonas verdes en Madrid. En este sentido, piden plantar 100.000 árboles en la ciudad hasta 2020.

Los socialistas también apuestan por una red de aparcamientos disuasorios en las principales entradas a la ciudad desde su periferia, una medida que Ahora Madrid mantiene congelada, criticado por todos los partidos.

Además, Causapié recuerda la propuesta socialista por un billete anticontaminación que apueste por que el transporte público sea gratuito en los días en los que se superen los niveles más tóxicos de emisiones.

Ciudadanos: peatonalizar calles secundarias

El partido que lidera Begoña Villacís en el Ayuntamiento plantea peatonalizar las calles secundarias, pero mantener las grandes avenidas del centro sin restricción alguna. Al igual que el PP, Ciudadanos está en contra de Madrid Central. “Hay que abrir las grandes vías al tráfico y apostar por peatonalizar calles secundarias progresivamente”, defiende el portavoz de Movilidad de Ciudadanos en el Ayuntamiento.

También apuestan por aumentar los puntos de recarga para coches eléctricos, el impulso al taxi eléctrico, así como la extensión de las plataformas de vehículos eléctricos compartidos por toda la ciudad. Ciudadanos igualmente plantea aparcamientos disuasorios y otra de sus medidas estrella es la creación de vías express, o de alta ocupación, en todas los accesos de la ciudad para beneficiar a aquellos coches donde no viaje solo una persona.

Ciudadanos también propone que el Ayuntamiento haga una aportación económica al Consorcio Regional de Transportes para poder tener capacidad de decisión en las frecuencias de Metro y Cercanías.

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