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Ayuso se aboca a una segunda prórroga de presupuestos: la negociación encalla entre PP y Ciudadanos, que seguirán con las cuentas de Garrido

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, sentada junto al vicepresidente, Ignacio Aguado (d), habla con la consejera de Presidencia, María Eugenia Carballedo, y con el consejero de Justicia, Interior y Víctimas, Enrique López y el de Hacienda, Javier Fernández Lasquetty.

Fátima Caballero

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Ya es inevitable. La Comunidad de Madrid gobernada por PP y Ciudadanos prorroga por segundo año consecutivo los presupuestos de la región. No habrá cuentas para 2021 en tiempo y forma, como tampoco los hubo en el actual ejercicio. El Gobierno regional empezará el año de nuevo con los presupuestos de 2019 –los últimos del expresidente Ángel Garrido, actual consejero de Ciudadanos–, a pesar de que el mundo ha dado un giro de 180 grados desde entonces con una pandemia mundial que ha originado una crisis sanitaria sin precedentes, acompañada de una nueva crisis económica.

El motivo ni siquiera es la falta de apoyos de la oposición –el Ejecutivo que preside Isabel Díaz Ayuso gobierna en minoría–, sino las discrepancias internas entre los socios de coalición, que no han logrado limar sus diferencias para presentar un borrador de las cuentas con el que empezar a negociar con el resto de grupos de la Cámara madrileña.

Por tanto, el proyecto presupuestario continúa en una fase muy inicial. Las discrepancias entre PP y Ciudadanos han sido sonadas desde que echara a andar la coalición en agosto de 2019, y los desencuentros se han agravado con la crisis sanitaria. Ahora, ese choque de trenes ha aterrizado también en la mesa de Consejo de Gobierno donde la negociación presupuestaria se ha encallado ante las diferencias de criterios de ambos partidos. El acuerdo no termina de cuajar y las conversaciones están siendo “tensas”, reconocen diferentes fuentes a elDiario.es. El vicepresidente regional, Ignacio Aguado, de Ciudadanos, ya pone el horizonte para aprobarlos en marzo de 2021, pese a que siempre ha defendido que eran “urgentes” por la pandemia.

El Ejecutivo regional argumenta en público que el retraso en la elaboración de los presupuestos se debe a que el Gobierno de Pedro Sánchez no les informaba de los ingresos a cuenta que les correspondía y así era “imposible” ponerse a trabajar en unas nuevas cuentas. Una argumentación que se desmonta teniendo en cuenta que muchas de las otras comunidades autónomas han ido sacando adelante sus presupuestos sin que eso fuera un problema, también las gobernados por el PP y Ciudadanos, a excepción de Murcia.

Fue la misma excusa que utilizó Díaz Ayuso hace un año para decidir dejar los presupuestos de 2020 en un cajón y no enfrentarse a una dura negociación con Vox, el otro socio que la apoyó como presidenta, que habría desgastado aún más a la coalición. Nunca hubo intenciones en el Gobierno regional de tramitar esas cuentas, sino que la estrategia era centrarse entonces en las de 2021. La cosa sin embargo no ha salido según lo planificado y termina el año sin un acuerdo entre PP y Ciudadanos.

Todas las fuentes consultadas coinciden en una cosa: es el consejero de Hacienda, Javier Fernández-Lasquetty –hombre de máxima confianza del presidente del PP, Pablo Casado, y promotor de la privatización de los hospitales públicos durante los Gobiernos de Esperanza Aguirre– el que está suponiendo el mayor escollo para que haya un acuerdo entre ambas formaciones. Mientras los de Aguado apuestan por una mayor expansión en las cuentas teniendo en cuenta la crisis sanitaria y la económica, y que el Gobierno contará con el colchón de los fondos europeos, Lasquetty defiende posiciones mucho más austeras, en contra de la línea puesta en marcha por Bruselas y otros países que para esta crisis están aumentando el gasto público.

El otro actor en la ecuación: Vox

Las posiciones por el momento están siendo irreconciliables, aunque las dos partes coinciden en que el acuerdo tendrá que llegar tarde o temprano porque sería inexplicable para la opinión pública que en un año como este Madrid no tenga unas nuevas cuentas. Cuando llegue ese pacto, faltará sumar a la ecuación a Vox, que de entrada ya exigió antes de verano un gesto de austeridad con el recorte de varias consejerías después de que pasaran de nueve a trece con el primer gobierno de coalición de la historia de Madrid.

La formación de extrema derecha asegura que desde el Gobierno regional aún no les han llamado para empezar a negociar las cuentas. “No sabemos nada de ellos desde mayo que fue cuando les planteamos sentarnos a negociar unos presupuestos de emergencia”, asegura una dirigente de Vox, que advierte de que esta prórroga solo perjudica al Ejecutivo porque a la vuelta de las vacaciones se lo tomarán “con más calma”. “Si ellos no le han querido dar prioridad a sacar unas cuentas tampoco seremos nosotros los que luego nos tengamos que meter prisa cuando ellos lo consideren, entonces lo estudiaremos con más calma y nos tendrán que convencer”, añade.

Por el contrario, a nivel municipal, los presupuestos en el Ayuntamiento de Madrid el acuerdo con Vox está prácticamente cerrado y saldrán adelante previsiblemente el próximo miércoles. Desde el grupo parlamentario de la Asamblea de Madrid, los de Rocío Monasterio defienden que unas cuentas municipales son mucho más fácil de negociar que unas autonómicas en las que se tratan cuestiones de mucho más “calado ideológico”.

Pero las últimas propuestas puestas sobre la mesa en público por el partido de Santiago Abascal tienen más que ver con una reducción de gasto recortando consejerías y asesores además de algún gesto con los impuestos. Sobre eliminar algunas carteras, la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, se manifestó en contra el pasado mes de septiembre durante el debate del estado de la región, pero fuentes del Gobierno reconocen que ya se baraja ese escenario.

En el PP, se plantean eliminar la Consejería de Presidencia que dirige actualmente María Eugenia Carballedo y sus funciones las asumiría el consejero de Justicia, Interior y Víctimas, Enrique López, que cada vez tiene una posición más destacada dentro del Ejecutivo y también en el PP –es el hombre que está negociando con Moncloa la renovación del Poder Judicial–. Por el lado de Ciudadanos, la candidata a dejar el Gobierno es la consejera de Cultura, Marta Rivera de la Cruz, y sus funciones serían asumidas por el propio Ignacio Aguado. El vicepresidente reconoce ante los suyos su malestar con Rivera de la Cruz a la que ha llegado a considerar una “agente doble” por “informar” de todo lo que ocurre en el partido a Ayuso. Ambos movimientos, de producirse, dejarían a un gobierno sin mujeres a excepción de la presidenta madrileña.

La otra petición de Vox –la rebaja impositiva– se subsanaría rescatando el proyecto de ley presentado en marzo por el Gobierno regional en la Asamblea de Madrid que planteaba tres deducciones del IRPF del tramo autonómico y que fue rechazado por la formación de extrema derecha, que pedía recortes en otras áreas para ajustar los ingresos que se dejarían de percibir. Con la reducción de las consejerías, se matarían dos pájaros de un tiro. La rebaja del IRPF en 0,5 puntos prometida durante la campaña electoral quedará por tanto de nuevo en un cajón, ya que como confirmó Lasquetty este jueves durante el Pleno regional se plantea para más adelante, “a lo largo de la legislatura”, dijo.

En cualquier caso, el escenario de una negociación con Vox aún queda lejos. De momento, todavía tienen que ponerse de acuerdo los socios de la coalición cuyos encuentros avanzan lentamente. Un posible escollo en unas negociaciones con la formación de Abascal no llegará hasta, como pronto, la vuelta de las fiestas navideñas. Y desde el PP ya han manifestado que no se plantean otras vías para sumar apoyos como podría buscar al PSOE. Como dijo el jueves Ayuso, su deseo para 2021 es que PP, Ciudadanos y Vox –“centro derecha en la Comunidad de Madrid”, lo llamó– “siga unido” y “trabajando junto” para evitar que se cambie el país “por la puerta de atrás”.

ACTUALIZACIÓN: Este artículo afirmaba en una anterior versión que Isabel Díaz Ayuso tendrá que prorrogar los presupuestos de Cristina Cifuentes por segunda vez, pero son en realidad los de Ángel Garrido, que sustituyó a Cifuentes en la Presidencia de la Comunidad de Madrid cuando tuvo que dimitir por su máster fraudulento y que actualmente es consejero de Transportes con Ciudadanos.

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