El Huerto de Lucas trae a Chueca una innovadora propuesta ecogastrocultural
En el número trece de la calle San Lucas acaba de abrir sus puertas El Huerto de Lucas, un nuevo proyecto ecogastrocultural de la familia Muñoz-Calero donde no sólo se podrá conseguir comida orgánica, sino que también quiere convertirse en un centro para la promoción de una nueva cultura medioambiental en la ciudad en el que se llevarán a cabo exposiciones, charlas, talleres, pop-ups y que cuenta con una biblioteca family friendly.
¿Qué encontrarás allí? Pues una plaza de abastos tradicional de más de 450 metros cuadrados con su panadería, su charcutería, su puesto de frutas y verduras, su carnicería-pollería, su puesto de germinados y zumos, otro de cafés y tés y hasta una heladería en la que todos los productos son 100 por cien orgánicos y de la más alta calidad.
Completan el mercado un “puesto de temporada” en el que irán ofreciéndose diferentes productos estacionales según la época del año en la que nos encontremos (como algas, setas o castañas) y una “tienda de producto seco” en la que completar la cesta de la compra con cereales, productos envasados, conservas y hasta vinos.
Siguiendo su prolífica trayectoria, el chef Javier Muñoz-Calero (uno de los promotores del proyecto y alma máter de locales del barrio como Perrito Faldero y La Perrera) estará al frente de una cantina orgánica en la que, según ha explicado, se servirá «una cocina honesta con ingredientes de mercado, una carta de platos sencillos elaborados con productos ecológicos y con cocciones bajas y rápidas».
Para que un mayor número de personas puedan disfrutar de esta oferta gastronómica, la carta cuenta con platos aptos para vegetarianos, una zona gluten free totalmente apta para celíacos y otra zona de raw food para crudiveganos. Los platos se podrán tomar en el propio Huerto de Lucas o llevar a casa en su formato take away.
Un oasis urbano sostenible libre de tóxicos
Pero si hay un aspecto que realmente diferencia a El Huerto de Lucas sobre otros locales de productos orgánicos es su diseño bio-saludable y su construcción libre de tóxicos. Un lugar único y pionero en España diseñado por el estudio More&Co en el que los visitantes disfrutarán de una experiencia cercana a la naturaleza.
En su construcción se han evitado materiales cuyas emanaciones de productos químicos pudieran ser nocivas para la salud y se ha apostado por otros naturales como el cáñamo, el barro, la madera o la piedra. La guinda la pone el artista Jeronimo Hagerman, que ha diseñado un techo móvil de cintas o malasmadres que funciona como una nube vegetal que cubre el patio e interactúa con la luz que entra a través del amplio lucernario.
Además, se ha minimizado al máximo el impacto medioambiental. Así, los restos orgánicos que se generan en el mercado se utilizan de compostaje; el agua de la cantina se purifica previamente; las placas solares y el lucernario están orientados para aprovechar al máximo la energía de la luz del sol; y el recinto cuenta con una zona de reciclaje.
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