Adiós a PPM, uno de los fotógrafos de la Movida
Firmaba PPM y hacía retratos atrevidos, el fotógrafo Pablo Pérez – Mínguez ha muerto a los 65 años, dejando tras de sí una riada de reportajes y recuerdos que dan noticia del estatus como fotógrafo y figurón de una época que había alcanzado.
El hacer con las lentes de Pérez Minguez venía de antes de la Movida. Entrando la década de los setenta fundó junto a Carlos Serrano la revista Nueva Lente, publicación experimental capital en la nueva fotografía del momento y puerta de entrada de jóvenes valores. Pero -fotógrafo de Madrid se autotitulaba en su tumblr- son los retratos de los rostros de un momento, los de la efervescente Nueva Ola, esos que ponen morritos cuando posan, los que lo convierten en una auténtica celebridad.
Fue asiduo de Malasaña y de casa Costus, el piso de la calle de la Palma donde los célebres artistas recibieron durante cinco años al paisanaje del chochonismo madrileño, escuchando Siouxsie alrededor de una mesa camilla, haciendo happenings descerebrados con reciclados de lo cañí y lo postmoderno, filmando Pepi, Luci, Bom... y haciendo fotos. Otra casa, la suya propia en la calle Montesquinza, fue otro de los atrezzos de aquellos años también.
Si García Alix paró el tiempo en los momentos de mirada peor encarada y desafiante de la Nueva Ola y Ouka Leele coloreó la ensoñación en sus fotos; si Miguel Trillo hizo etnografía con la fotografía o Gorka Duo se llevó la medalla de ser el fotógrafo de Warhol, Pérez Mínguez fue sin duda el fotero del colorín, quien mejor plasmó de entre todos la frivolidad como bandera de una época. En tecnicolor.
Y es que estaba allí, era uno más de aquel grupete que, en pandilla y en unos pocos rincones de la ciudad, llevaron la noche de Madrid a las conversaciones de Nueva York. En el camerino del Rockola, en la casa de las Costus, en la galería de Vijande...
El fotógrafo de la Movida murió en el hospital la madrugada del 22 de noviembre. Se ha ido el autor de portadas de discos de Sabina o Alejandro Sanz, de fototextos, de lo gay, el autor celebradísimo y mediático, pero también – y sobre todo – el fotógrafo protagonista de aquellos saraos de la Movida que ha dejado un legado de 20.000 imágenes para los libros de historia.
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