El Edificio España podría ver devaluada su protección para ser demolido y vendido
Una de las noticias bomba del año en el barrio fue la compra del Edificio España por el empresario multimillonario Wang Jianlin. Dicha compra llevaba acarreada – según se dijo desde el principio – la demolición del edificio, con la salvedad de la fachada que da a la Plaza de España.
A pesar de que el mismo Ignacio González (presidente de la Comunidad de Madrid) confirmó la venta en marzo, posteriormente se ha sabido que el magnate chino sólo firmó una opción de compra preferente y parece que, con premura, está en marcha una operación para facilitar que la venta del edificio del Banco de Santander llegue al fin a buen puerto. Según Elconfidencial.com, Ayuntamiento y Comunidad de Madrid estarían a punto de cambiar el nivel de protección del edificio para conseguirlo.
Actualmente el inmueble tiene un nivel de protección 2, que garantiza la necesaria integridad de la estructura. Presumiblemente, pronto tendrá un nivel de protección 3, denominado parcial y que permitiría la intención inicial de derribar el Edificio España a excepción de la fachada principal.
Según el citado periódico online, consistorio y Comunidad de Madrid contarían ya con el visto bueno de la Comisión de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid. El proyecto del nuevo edificio lo llevarían a cabo los prestigiosos estudios de Norman Foster y Lamela.
El proyecto y los atajos legales, que sotto voce lo pueden facilitar, son en sí mismos lo suficientemente importantes como para merecer una mayor atención pública y ser objeto de un mayor debate.
Según la misma publicación, el Ayuntamiento aprovechará además la recalificación del rascacielos para afrontar una remodelación integral del entorno de la Plaza de España, un eje amplio que llegaría desde el Palacio de Liria al Palacio Real. La idea, que según el periódico sería la condición del Ayuntamiento para entrar en la operación, es construir una gran área peatonal y comercial.
Algunas preguntas y una incertidumbre quedan flotando en el aire. En la nómina de incógnitas: ¿Puede ser que los valores arquitectónicos del edificio, protegidos hasta la fecha, no sean, de la noche a la mañana, tan importantes? ¿A qué obedece el secretismo y la celeridad de la operación? ¿Es el bienestar de la ciudad necesariamente concurrente con el interés del Banco Santander?
La incertidumbre es la que se cierne sobre el futuro del famoso rascacielos de la Plaza de España...y también sobre un enorme área del centro de Madrid, que se enfrentaría a un cambio radical.
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