¿Quién usa el bus más lento de Madrid? Hablan los viajeros de la línea gratuita 002 de la EMT
En ir andando desde Argüelles hasta Puerta de Toledo (3 kilómetros) se tarda 36 minutos de bajada y 38 minutos de subida, según el ritmo que marca Google Maps. Dos puntos que desde este martes también se pueden enlazar en bus, gracias a la puesta en marcha de la línea 002 de la EMT, la apuesta gratuita de Almeida para eliminar emisiones contaminantes usando buses eléctricos.
El autobús 002 emplea unos 40 minutos por trayecto en unir ambos puntos (más con tráfico), aunque recorre algo más de distancia (5,2 kilómetros) porque atraviesa Malasaña, pasa por Sevilla y también por la plaza Tirso de Molina. En total son 23 paradas. De media, va a una velocidad de 7 km/h, poco más que el caminar de una persona a paso ligero. Es la línea más lenta de las que opera el Ayuntamiento de Madrid.
¿Quién puede querer usar un bus en el que, si le sumas los tiempos de espera -entre 11 y 12 minutos en hora punta-, se va más lento que andando? Para averiguarlo Somos Malasaña se sube al primer día de servicio de la 002, con la intención de preguntar directamente a sus viajeros: “Quería probarlo el primer día”, nos cuenta Francisco Javier, buen conocedor de la EMT. Como él, algunos curiosos -pocos- han acudido al recorrido para subirse al nuevo servicio y comprobar de primera mano cómo es.
Aparte de los que experimentan con el nuevo servicio, la mayoría de primeros viajeros son los que usaban antes el M2, la línea que unía Argüelles con Sevilla a través de Malasaña y que ahora pasa a ser sustituida por esta nueva línea. También los de la M1, que circula entre Sevilla y Embajadores, con la que comparte parte del recorrido. Es el caso de Carmen (83 años) y Benito (88 años), que toman el bus en Tirso de Molina y se bajan solo dos paradas después, cerca del cruce con la Carrera de San Jerónimo. Son 600 metros que cualquier persona haría andando pero que ellos recorren en transporte público porque les supone un alivio importante.
“Nosotros cogemos el bus para todo, nos movemos siempre así”, explica alegre Carmen. “Nuestras piernas no están para bajar al metro”, le apostilla Benito a su lado. Ambos vecinos del centro cuentan que todos sus desplazamientos los hacen siempre “en uno o varios autobuses” y que el servicio ha mejorado mucho en los últimos años. “Estamos encantados”, se despiden joviales mientras se bajan después de un trayecto de cuatro minutos que andando les hubiera llevado más de un cuarto de hora y mucho cansancio.
Los mayores prefieren utilizar el autobús porque no tienen prisa y les resulta más cómodo tanto a la hora de acceder como para bajarse, confirman varios de los viajeros de esta línea. Que sean modernos, eléctricos y den menos tirones al arrancar también ayuda, como explica Marlene, otra de las primeras en la 002 y que trabaja como enfermera: cuenta que cada día atiende a pacientes ancianos por fracturas que se hacen en el autobús, fruto de caídas después de giros o impulsos bruscos.
“La mayoría de los que usan este tipo de trayecto son gente mayor, a ellos les viene muy bien”, detalla Javier, conductor de la EMT que hoy se estrena también en la línea, pero que conoce bien a sus viajeros después de haber llevado la M2 durante un tiempo. Él está encantado con el nuevo modelo que el Ayuntamiento le ha colocado, el Rampini Wolta comprado en 2017 y que hasta ahora operaba en la M1. Con el estreno de la 002, la EMT ha cambiado allí los nuevos por los antiguos.
El Wolta que opera en la nueva línea gratuita tiene capacidad para 10 pasajeros sentados y otros 23 de pie. Cuenta con espacio para silla de ruedas o carrito de bebé e incluso se pueden llevar dos maletas con tamaño de equipaje de mano. Dispone de pantalla con información de las paradas, conexiones con otras líneas y tiempo estimado de trayecto, y dispone de hasta 5 cargadores vía USB para móviles. “Y huele a nuevo”, añade Ana, que ha tomado el bus en Gran Vía para llegar hasta Argüelles porque lo prefiere al Metro: “Me gusta más ir viendo la calle y no tengo prisa”, cuenta.
“Esto es para gente que tenga tiempo”, apunta Marta, vecina de Palacio que casi hace el trayecto completo y afirma que lo usará mucho a partir de ahora para recoger a su hija del colegio, que está en la zona de Moncloa. Ambas prefieren este autobús por razones de salud, ecológicas y también profesionales. “Trabajo como comercial inmobiliaria y me voy fijando en los carteles de se alquila en los locales, para luego buscarlos en internet”, explica. “También viene bien que te suba la cuesta”, añade Andrea después de tomarlo en dirección norte-sur en la calle Toledo.
José ha cogido el 002 para probarlo y porque le va a venir bien para sus trayectos hacia Gran Vía. Él vive cerca de Puerta de Toledo y trabaja en Chamberí, pero si tiene prisa coge el suburbano. Y si no, se va a pie: “Tardo unos 25 minutos en Metro y unos 40-45 andando”. Él tiene coche, pero no lo utiliza nunca para moverse por el centro. “El que lo usa es mi hijo, que trabaja en Alcorcón”, indica.
De la veintena de viajeros entrevistados durante la ida y vuelta de este servicio solo encontramos a una que hoy ha cambiado su transporte privado por el autobús. Se trata de Carlos, vecino del centro y que habitualmente se mueve en moto: “Quería probarlo para ver cómo funciona”, explica antes de puntualizar que se seguirá moviendo sobre sus dos ruedas “porque es lo más rápido” para circular de casa al trabajo, pero que volverá a coger la 002 puntualmente, cuando le encaje dentro de su jornada.
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