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Madrid vuelve a los niveles de atascos previos a la pandemia: “Es decepcionante no haber aprendido nada”

Atascos en la M-30 este martes 5 de octubre, a la altura de O' Donell

Diego Casado

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Un año y medio después de que todo cambiara por la pandemia y las carreteras de Madrid se quedaran vacías por el confinamiento y el teletrabajo, la capital ha vuelto al colapso de tráfico habitual antes de la crisis del coronavirus. Los atascos de este 4 de octubre han igualado la congestión media de cualquier otro lunes de antes de marzo de 2019, según datos municipales.

El cálculo, efectuado por el área de Movilidad y Medio Ambiente, se recoge en el informe que el Ayuntamiento publica cada día comentando el estado de la circulación en la ciudad: “Inicio de la semana con unos niveles de tráfico altos e importantes retenciones”, empieza su análisis, en el que destaca los atascos “en los principales ejes urbanos sentido norte, en los accesos desde radiales o M-30 a Almendra Central y especialmente en amplias zonas de M-30, consecuencia de la alta intensidad y de varios incidentes de grave afección”, detalla.

Aunque el informe solo contabiliza los datos de la hora punta del tráfico en la M-30, que va desde las 6.00 hasta las 10.00, en el análisis se destaca que el final de las retenciones se alargó este lunes algo más en el tiempo: sobre las 10.30 en el arco oeste y a las 10.40 en el en el arco este. Como es habitual, la congestión se centró más en el arco exterior de la vía de circunvalación madrileña que en el interior, como se aprecia en el siguiente gráfico que compara los atascos con la media de un lunes prepandémico.

Entre los factores que han ayudado a la subida en los kilómetros de atascos están varios accidentes que tuvieron lugar en puntos clave del norte y del sur, donde cualquier reducción del paso termina afectando a todo el entorno. También hubo huelga de maquinistas de Cercanías, que provocó una merma en el servicio e hizo que algunos de sus usuarios se hayan pasado hoy al transporte privado. Y desde esta semana, un carril de la M-30 está cortado a la altura del antiguo Vicente Calderón, con motivo de las obras en el entorno de Madrid Río. Solo faltó la lluvia, que de haber aparecido este lunes en lugar del domingo podría haber desatado una auténtica jornada de caos en las calzadas madrileñas.

La situación difiere enormemente de la registrada hace justo un año, todavía sin vacunas contra la Covid-19 y con una actividad económica muy centrada en el teletrabajo. Entonces los atascos fueron de 4,95 kilómetros de media, solo en la calzada exterior. Los datos corroboran una percepción que los usuarios de las carreteras de Madrid llevan notando todo el mes de septiembre: que el tráfico se estaba incrementando y que acabar atrapado en un atasco era cada vez más frecuente.

Además de las retenciones en la M-30, el informe municipal destaca una lista de calles en las que también se produjeron importantes atascos al inicio de la semana: en los paseos de Delicias, Prado y Recoletos entre Ferrocarril y Colón, Alfonso XII entre Rondas y pza. Independencia, Menéndez Pelayo entre Comercio y Alcalá, Dr. Esquerdo de Cavanilles a Goya, Bulevares de Vallehermoso a gta. Bilbao, Costa Rica de M-30 a Paseo de la Habana y en Cea Bermúdez desde Bravo Murillo al túnel de Cristo Rey.

El Metro, al 83% de usuarios

La recuperación en los niveles de congestión en las entradas a Madrid no ha venido acompañada del mismo ritmo de uso en el transporte público. El Metro de Madrid todavía está al 83,3% de usuarios que en las fechas equivalentes de hace dos años, según datos de la compañía relativos al pasado viernes. Entonces se registraron 1,8 millones de desplazamientos en la red, frente a los 2,2 millones de media en 2019 durante los días laborables. El récord en el suburbano se produjo durante el Black Friday de ese año, con 2,7 millones de viajes.

En cuanto a los buses municipales, la Empresa Municipal de Transportes (EMT) está transportando 1,2 millones de viajeros diarios en sus buses (datos del pasado viernes) y otros 12.000 en Bicimad. Las cifras superan el 70% de ocupación con respecto al momento anterior a la pandemia.

Más atascos inmediatos, luego tal vez no

¿Habrá todavía más atascos en la ciudad? “No se sabe, aunque de forma temprana podría aumentar el nivel de atascos un 10% o un 20% con respecto a la pandemia, incluso puede que vivamos un día de lluvia con apocalipsis en la M-30”, advierte Adrián Fernández, portavoz de Movilidad en Greenpeace. Sin embargo, no todo son malas noticias: Fernández cree que muchos de los usuarios que escogieron el coche porque hasta hace poco había pocas retenciones volverán al transporte público “cuando vean que tienen que pasar una hora u hora y media atascados”.

“En el espectro de usuarios del coche hay muchos tipos, algunos no tienen muchas alternativas porque tardarían mucho más en otros medios”, apunta Miguel Álvarez, ingeniero y miembro del colectivo Nación Rotonda. “Pero en el otro lado del espectro también está la persona que coge el coche por una mezcla de que no le hacía gracia meterse en el transporte público, pero que toda la vida había usado el metro y que volverá a él porque su familia ya está vacunada”, apunta. “Nadie llega a su trabajo 45 minutos tarde durante tres semanas por culpa de los atascos. La gente cambia sus rutinas: madrugará más o cambiará el medio de transporte”, añade.

Los expertos consultados recuerdan que todavía quedan colectivos por volver a la movilidad diaria: entre ellos los que salgan del paro, los que cambien el teletrabajo por la presencia física y los que se encuentran en ERTE, que acaban de ver ampliado este periodo hasta inicios de 2022. “A medida que se produce una incorporación de la gente a las actividades presenciales se está recuperando mucho más rápido el coche que el transporte público”, advierte el ingeniero de Caminos Samir Awad.

Aún no se ha producido el 'carmaggedón' que podría haber llegado en septiembre

Miguel Álvarez Nación Rotonda

Para que el sistema se reequilibre, además de las decisiones personales que trasvasen unos viajeros hacia uno u otro medio de transporte, las administraciones pueden poner de su parte. “Es urgente fomentar el transporte público a través de la oferta, con más trenes, más buses y prioridad para este tipo de desplazamientos”, reclama Awad, en lo que coincide con Adrián Fernández. “Faltan más maquinistas y carriles bus VAO”, aseguran desde Greenpeace, que ven como algo “decepcionante” no haber “aprendido nada” de la movilidad durante la pandemia y que el el automóvil “sigue teniendo el mismo status quo de prevalencia”.

Desde el impacto del coronavirus, las políticas municipales se centraron en Madrid en crear más carriles bus en la ciudad para mejorar los tiempos de paso de las líneas de la EMT. También se regalaron todos los billetes de autobús urbano durante la primera semana de septiembre, para intentar atraer usuarios al transporte público. En el apartado de movilidad sostenible, se crearon algunas vías ciclistas sin restar espacio al coche, una línea de actuación que también se seguirá en la primera parte del Carril Bici Castellana, cuya licitación está a punto de ver la luz.

¿Serán suficientes estas medidas y otras incluidas en Madrid 360 para frenar el incremento de atascos? “Aún no se ha producido el carmaggedón que podría haber llegado en septiembre, pero habrá que ver cómo evolucionan los próximos meses, cuando vuelva a moverse todo el mundo”, dice con precaución Miguel Álvarez.

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