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Citroën ë-Berlingo: el comercial por excelencia se pasa al eléctrico

Citroën ë-Berlingo.

Pedro Urteaga

Como en su día el Citroën C15, el Berlingo es seguramente el vehículo comercial con más solera de nuestro país. Su posición de liderazgo en el mercado, una condición de la que ha disfrutado 14 veces desde su lanzamiento en 1996, se acompaña del hecho de ser fabricado en una fábrica española, la de Vigo, junto con otros tres modelos muy semejantes, los Peugeot Rifter, Opel Combo y Toyota Proace City, este último en virtud de una joint venture de Stellantis con la marca japonesa.

Ahora, el Berlingo y sus homólogos se ofrecen al público profesional y general en una versión 100% eléctrica que incorpora el conocido sistema compuesto por un motor eléctrico de 136 CV y una batería de iones de litio que, con 50 kWh de capacidad, permite recorrer hasta 280 kilómetros en ciclo WLTP (275 km en el caso de las variantes de carga). El vehículo alcanza los 135 km/h de velocidad máxima y proporciona un par motor instantáneo de 260 Nm, todo ello sin emisiones locales de CO2.

Como en sus exitosas versiones de combustión interna, que llevan tres años superando el 21% de cuota de mercado, el ë-Berlingo -como se denomina el modelo eléctrico- está disponible en dos longitudes de carrocería y en configuración de pasajeros y profesional, o Van. Esta puede llevar dos o tres asientos delanteros y adoptar el esquema de furgón o doble cabina; aquella admite tres filas de asientos y siete plazas en la variante XL.

Una de las grandes virtudes del Berlingo eléctrico es que mantiene los volúmenes y capacidades de sus hermanos térmicos, gracias a la instalación de las baterías de alto voltaje en el piso del coche. La carga útil llega a los 800 kilos y la capacidad de remolque, a los 750 kilos.

En las unidades de uso profesional equipadas con Cabina Extenso, una especie de oficina móvil, el volumen alcanza los 3,8 metros cúbicos en el modelo corto y los 4,4 m3 en el largo. El asiento delantero abatible amplía la longitud útil a un total de 3,44 metros.

En cuanto a la versión de pasajeros, dispensa prácticamente el nivel de confort y equipamiento de un turismo, pero añadiendo un plus de modularidad y practicidad gracias a los 127 litros de capacidad de almacenaje, distribuidos en 26 compartimentos, y a las puertas correderas. Como opción se ofrece un techo panorámico llamado Modutop que incluye un espacio adicional que suma 92 litros.

El ë-Berlingo puede contar también con luneta trasera practicable, para poder depositar objetos en el maletero sin necesidad de abril el portón. La bandeja cubreequipaje dispone de dos posiciones posibles con el fin de compartimentar la zona de carga según las necesidades del momento.

El equipamiento de seguridad comprende 18 ayudas a la conducción en el modelo de pasajeros y 19 en el Van, entre ellas el sistema de vigilancia del ángulo muerto, frenada de emergencia, mantenimiento en el carril, alerta de atención del conductor, asistente de aparcamiento y dispositivo electrónico de tracción Grip Control.

Los 'gadgets' de un turismo

Como elementos que hace pocos años eran impensables en un comercial, destacamos la posibilidad de instalar un control de estabilidad de remolque, head-up display, indicador de sobrecarga y el sistema Surround Rear Vision, una especie de retrovisor interior virtual que, mediante una cámara, muestra lo que sucede detrás del vehículo. Este dispositivo, que dispone de una función especial para aparcar, resulta especialmente útil en las variantes de carga en las que la caja cerrada obliga a fiarse solo de los espejos exteriores.

La batería del ë-Berlingo recupera toda su capacidad en 5 horas en una toma de 11 kW, en 7 horas y media en una de 7,4 kW y en 15 horas en un enchufe reforzado. Para pasar del 0% al 80% en una instalación de carga rápida de 100 kW se necesitan solo 30 minutos.

El modelo dispone de tres modos de conducción -Eco, Normal y Power-, este último necesario cuando se transporta mucha carga al proporcionar la potencia completa del motor eléctrico (100 kW o 136 CV). Gracias al modo B (Brake) del cambio automático, el usuario cuenta con una función de deceleración activa que refuerza la regeneración de energía y, en consecuencia, la autonomía del vehículo.

A través de un cuadro de instrumentos digital, el conductor tiene a su disposición información específica sobre el esquema de propulsión eléctrico, como los flujos de energía, estado de la carga (actual o programada), autonomía, datos de viaje, indicador de consumo general y de los elementos de confort (calefacción, aire acondicionado…) y, por supuesto, nivel de carga de la batería.

La gama se despliega en dos acabados para la versión profesional, Control y Club, y tres en la de pasajeros: Life Pack, Feel Pack y Shine. En cuanto a precios, la primera está a la venta entre 28.584 y 30.095 euros y la segunda, entre 30.684 y 34.449 euros. 

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