La realidad aumentada aterriza en los parabrisas de los coches
El parabrisas es uno de los elementos que más avances va a experimentar en la industria del automóvil en los próximos años. Realidad aumentada, 3D, opacidad variable… Estas son solo algunos de las novedades que se avecinan, pues a medida que los coches recorran el camino de la automatización y los conductores se liberen de la obligación de centrarse en la carretera -al principio solo en las autopistas, luego en cualquier escenario- los parabrisas inteligentes se convertirán en grandes pantallas de entretenimiento y comunicación.
Mientras llega ese futuro del que te hablamos con más detalle en este artículo, el presente nos sorprende ya con parabrisas dotados de realidad aumentada como las que se disponen a incorporar dos modelos de segmentos muy diferentes. El nuevo Volkswagen ID.3 ofrece como elemento opcional un head-up display de grandes dimensiones donde se muestra información gráfica relevante, como las flechas para indicar el giro, superpuesta a la imagen del mundo real que el conductor percibe a través de la luna delantera.
Mucho más sofisticado es el sistema embarcado en el buque insignia de Mercedes-Benz, el próximo Clase S. La realidad aumentada era ya un extra que modelos como el nuevo Clase A añadían a la imagen del navegador, pero esta tecnología adquiere una nueva dimensión gracias al dispositivo desarrollado por Texas Instruments, que cuenta con 1,3 megapíxeles de resolución y proyecta las imágenes de tal modo que parece que estén unos metros por delante del vehículo.
Como informa la compañía de reparación y sustitución de lunas Carglass, el sistema se ha diseñado específicamente para la curvatura e inclinación del parabrisas de la Clase S, con el fin de que la pantalla aparezca recta aunque esté proyectada sobre una superficie irregular. Según la marca de Stuttgart, el efecto será el equivalente a ver un televisor de 77 pulgadas a 10 metros de distancia.
Además de presentar las indicaciones del equipo de navegación de forma activa, proporciona más funcionalidades relacionadas con los sistemas ADAS de ayuda a la conducción. Por ejemplo, indica la distancia de seguridad con el coche que circula por delante, mostrando una línea verde brillante que se vuelve amarilla o roja si los vehículos se aproximan demasiado. También pintará de rojo los márgenes de la carretera o las líneas que delimitan los carriles si nos acercamos en exceso a ellos.
Divididos acerca del ‘head-up display’
Si bien los dispositivos que proyectan información sobre la luna delantera parecen la panacea si lo que se pretende es garantizar que el conductor tenga a su disposición toda los datos relevantes para la función que está desempeñando sin desviar la vista de la carretera, algunas investigaciones ponen en cuestión justamente su contribución a la seguridad. Hace unos años, el estudio The commingled division of visual attention de la Universidad de Toronto aseguraba que los head-up displays podían provocar distracciones. Según este trabajo, la información recibida a través de esta pantalla da lugar a una pérdida de la concentración del conductor, que tiene que emplear parte de su atención en procesar los datos que se le presentan delante de sus ojos.
Muchos otros estudios apoyan, en cualquier caso, el uso de esta tecnología, puesto que el conductor contempla la información que necesita en su línea de visión y puede recibir alertas de todo tipo con más rapidez. La clave de la seguridad de estos sistemas es que resulten eficaces siendo lo menos invasivos posible; y que muestren solo información relevante y bien categorizada. Como señala gráficamente Guido Meier-Arendt, de la firma de neumáticos y componentes Continental, “es como la sal en la sopa: es imprescindible, pero debes tener cuidado con la cantidad que usas”.
Es un hecho demostrado que es mejor no desviar la mirada de la carretera para consultar, por ejemplo, la ruta que propone el navegador. Porque cuando el conductor desvía la vista para mirar una pantalla emplea al menos medio segundo, y a 120 km/h cada segundo significa 33 metros recorridos a ciegas.
Por último, el uso de los head-up displays con realidad aumentada permitirá que los conductores se vayan acostumbrando a la conducción autónoma y aceptándola de mejor grado, al sentirse más seguros acerca de lo que el automóvil realmente ve y sabe.