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Sobre este blog

'Disidencias de género' es un blog coordinado por Lucía Barbudo y Elisa Reche en el que se reivindica la diversidad de puntos de vista feministas y del colectivo LGTBQI.

Tu hijo no es de tu propiedad

Manifestante en el Orgullo madrileño: "Love with pride". OLMO CALVO.

Ade Campillo

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Leo horrorizada una noticia que informa sobre unos padres a los que se les ha retirado la custodia de su hijo de 16 años por maltrato físico y psicológico. Por lo visto los padres afirmaban que “lo preferían muerto” antes que homosexual. No puedo ni imaginar como se puede sentir un chico de esa edad recibiendo ese trato de su familia. De unos progenitores que creen estar haciendo lo mejor para su hijo pero que le han destrozado la vida.

Este caso es uno de tantos de los que se producen a diario en nuestro país. Lo único que lo diferencia de los demás es que aquí han llegado a tal extremo de maltrato que han tenido que intervenir los servicios sociales y por diversas circunstancias la noticia ha saltado a los medios de comunicación.

Según un estudio de la FELGTB un 21,2% de los jóvenes LGTBI encuestados afirmaba haber sufrido violencia psicológica dentro de su propia familia. Esto supone una gran cantidad de menores que conviven en un núcleo familiar que no acepta su homosexualidad o transexualidad. Por ello el Estado a través de las instituciones educativas debe garantizar la formación en unos valores fundamentales para toda la población. No podemos aceptar que nadie, sea cual sea su ideología, religión o creencia sea homófobo, racista o machista. Como sociedad hemos decidido no aceptar estas actitudes y penalizarlas con nuestras leyes, y por tanto desde la escuela se debe evitar que se desarrollen.

No existe la “libertad” para ser un homófobo y educar a tu hijo en la homofobia, ni para maltratarlo física y/o psicológicamente para revertir lo que es irreversible. Una persona que no es heterosexual no lo va a ser nunca por muchas terapias, palizas, rezos o sesiones de hipnosis que le hagan. Es como intentar que alguien sea más bajo, cambie su color de ojos o el tamaño de sus orejas. Es una característica de su persona y no una enfermedad, una ideología o un vicio. La gran mayoría de la sociedad entiende esto pero hay un pequeño porcentaje, en torno al 15% según el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad (datos de 2016), que se resiste a asumir esta realidad.

Por el mismo razonamiento tampoco entienden que nadie te arrebata tu heterosexualidad por muchas charlas, para algunos “adoctrinamiento”, que recibas en la escuela. Las charlas sobre diversidad afectivo-sexual y familiar que imparten los colectivos LGTBI en los centros educativos son esenciales. Forma parte de los derechos del niño el recibir una educación sexual y afectiva que reconozca toda la diversidad de posibilidades. Los menores necesitan que alguien les diga que son perfectos como son, que no son ningún tipo de monstruo o de enfermos si se sienten atraídos por una persona del mismo sexo o si no se reconocen con su sexo biológico. Alguien tiene que decirles que van a poder tener una vida absolutamente normal si viven acorde a ello. Que no tiene por qué afectarles en su trabajo, que formarán una familia si quieren. No podemos consentir como sociedad que los niños vivan pensando que tienen una tara que deben esconder para no deshonrar a su familia. No podemos consentir las tasas de intentos de suicidio que presentan los menores no heterosexuales por el desprecio de unos cuantos.

Necesitamos una educación pública para todos que garantice unos valores comunes. Unos valores que respeten a todas las personas y que no establezcan privilegios de unos sobre otros. Los menores no son propiedad de los padres y el Estado debe velar porque se garantice el derecho a la educación sexual y afectiva de todas las personas.

Por otro lado, nadie debería meter ideas homófobas, machistas y racistas en el discurso político. No podemos consentir que estas ideas se pongan encima de la mesa como ideas válidas. No podemos consentir que se mercadee con los derechos de la gente a cambio de sillones. Como sociedad deberíamos vigilar muy de cerca todos estos movimientos. Porque ahora somos las personas no heterosexuales, mañana las mujeres, pasado los migrantes, al otro los maestros que no se ajusten a un ideario determinado.

A nosotras, las personas no heterosexuales que hemos decidido vivir una vida plena sin escondernos, sin miedos y reclamando nuestro lugar en la sociedad, nos parece una falta de respeto el no luchar con uñas y dientes contra esta amenaza que se nos viene encima. Sería una falta de respeto hacia los que se jugaron su vida y su libertad para que nosotras hoy nos podamos casar y tener una familia. También sería una falta de respeto hacia las generaciones futuras dejarnos quitar lo que tanto costó conseguir dejándoles un mundo mucho peor. Por nosotras, por las de antes y por las que vienen, ni un paso atrás.

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'Disidencias de género' es un blog coordinado por Lucía Barbudo y Elisa Reche en el que se reivindica la diversidad de puntos de vista feministas y del colectivo LGTBQI.

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