Bloqueo en el metal de Cartagena: UGT rechaza negociar el plus de astillero en julio a cambio de desconvocar la huelga
La tarde del martes, tras casi ocho horas de reunión en Cartagena entre UGT, CCOO y la patronal del metal, la FREMM, trajo un preacuerdo para negociar el plus de astillero tan demandado por los trabajadores en huelga de la industria auxiliar de Navantia y para desbloquear el parón indefinido, que se prolonga desde hace 23 días. Pero el amanecer de este miércoles, después de una asamblea de huelguistas que debía ratificar el preacuerdo, ha llegado con un nuevo bloqueo. La huelga continuará sin una solución en el horizonte, y se “intensificarán las acciones hasta lograr un desenlace inmediato”, detalla en un comunicado la Unión de Empresas Auxiliares de Navantia.
El plus de astillero es la principal reivindicación de los trabajadores. Incrementaría su salario en unos 700 euros, tal y como sucede en los polos industriales de la constructora naval en Cádiz y Ferrol. El preacuerdo alcanzado anoche fijaba un calendario de negociación a lo largo de todo el mes de julio para incorporar dicho plus en el próximo convenio colectivo, que arranca el 1 de enero de 2026. El actual caduca un día antes, el 31 de diciembre de 2025. Se iban a celebrar reuniones de los sindicatos con la FREMM el 11, 15, 22 y 29 de julio. “En caso de no alcanzarse un acuerdo en ese intervalo, se agendará un nuevo calendario estableciendo una reunión por semana. El estudio deberá ser finalizado antes de la terminación del vigente convenio”, decía el acta de la reunión, a la que ha tenido acceso este periódico.
Asimismo, las partes iban a ir informando a Navantia de los resultados de dichas negociaciones, pues en última instancia es ésta quien tiene que dar el visto bueno de cara a proceder a pagar el plus. Ahora todo ha quedado en papel mojado con la negativa de UGT y de la asamblea de trabajadores. Fuentes consultadas del sindicato, que es además el único organizador de la huelga, afirman que la patronal solicitaba su desconvocatoria para proceder a dicha negociación, y que esa premisa es “inaceptable” desde todo punto de vista.
“Desconvocar la huelga es una pérdida de nuestras reivindicaciones”
“Hacer desconvocar la huelga es una pérdida de nuestras reivindicaciones. Una huelga debe ser parte de la negociación”, señalan desde UGT. “Nos parece insuficiente la propuesta del calendario de reuniones. Nosotros tenemos predisposición a sentarnos hoy, mañana, pasado, al otro, y los días que haga falta, de forma consecutiva. No podemos tolerar esas fechas. Son una tomadura de pelo”, prosiguen.
“La única parte positiva que sacamos, que la hay después de tantas horas de reunión”, añaden, “es que por fin la patronal manifiesta que se puede llegar a un acuerdo”. “Todos estos días han sido un pulso que hemos ganado”.
Desde la otra cara de la moneda sindical, CCOO, que no apoya el parón indefinido, pero sí la reivindicación del plus de astillero y su incorporación en el siguiente convenio, fue quien logró que la reunión de ayer con la FREMM se llegase a celebrar, a través de una carta escrita por Gerardo Medina, secretario general de Industria de la organización obrera.
Fuentes de CCOO subrayan a este diario su decepción porque el preacuerdo alcanzado ayer no haya llegado a buen puerto. “Llevamos años y años negociando y sabemos que todos tenemos que tener buenas intenciones. El lugar para negociar el plus de astillero es la mesa y el convenio. Vamos a pelear para tratar de conseguirlo en el próximo acuerdo colectivo. Pero antes hay que estudiarlo, que negociarlo durante semanas, ver a quién se le paga, cómo se paga, cuánto se paga. El compromiso adquirido ayer por la patronal no había ocurrido nunca. Exigiremos una nueva reunión. Lo seguiremos intentando”, expresan.
Ante esta situación, la huelga indefinida en la industria auxiliar del astillero de la ciudad portuaria que comenzó el pasado 17 de junio sigue vigente entre los trabajadores, que se mantienen a la espera de un nuevo preacuerdo que cumpla sus expectativas, al tiempo que anuncian “intensificar las acciones”. Ahora mismo no hay fecha para la celebración de otro encuentro entre patronal y sindicatos. La noche del martes terminó con un grupo reducido de trabajadores de la auxiliar comenzando una huelga de hambre que llamó notoriamente la atención de las personas que paseaban por el centro de Cartagena.
A la huelga de hambre se ha unido, en el mediodía de este miércoles, el exdiputado de Podemos en la Asamblea Regional Víctor Egío. “Siempre he pensado que lo que se defiende en una tribuna, hay que defenderlo en las calles hasta las últimas consecuencias”, ha explicado en un post en su cuenta de X.
El astillero, parado
El fin del conflicto interesa, sobre todo, a dos partes: primero, a la propia Navantia, pues la situación en el interior de la empresa pública empieza a ser acuciante. Sin apenas movimiento en el astillero con la ausencia de los más de 1.000 trabajadores de la auxiliar que apoyan el parón, la ceremonia de puesta a flote del submarino S-82 ya ha sufrido un retraso de 20 días, según relató a este periódico un trabajador de la plantilla de la constructora naval. Esta tendrá lugar, finalmente, el 21 de julio, pero este mismo trabajador incidió en que la nave no estará terminada para entonces. “Se hará la foto en la ceremonia de puesta a flote y parecerá que está todo acabado. Pero estará lejos de estarlo”, dijo.
Ahora mismo, además, el submarino S-81 está atracado en uno de los muelles del Arsenal militar, pero tendría que estar en el carenero de Navantia sometiéndose a un mantenimiento programado, según informa el diario La Verdad. Ese trabajo también va a tener retrasos. El periódico regional añade, asimismo, que el buque de investigación oceanográfica, el ‘Hespérides’, debe pasar por un mantenimiento de motores y laboratorios. Pero, de momento, no lo está haciendo. También diversos buques cazaminas y otros submarinos de menor importancia. Todo está parado en el astillero.
23 días sin ingresos
El otro punto de vista, este desde luego más perentorio, es el de los propios trabajadores en huelga. Cientos de ellos colmaron ayer la céntrica plaza Castellini de Cartagena, donde está ubicada la sede de la Cámara de Comercio en la que tuvo lugar el encuentro entre FREMM y sindicatos. La indignación allí era máxima: los gritos, los silbidos y las voces desgarradas en megáfonos no se detenían: “¡Solo quiero el plus de astillero!”; “¡Fabrico submarinos por 1.000 euros al mes!”, expresaban, una y otra vez, igual que llevan haciendo las últimas tres semanas.
La desesperación de los huelguistas se hizo notar, sobre todo, la semana pasada, cuando se vivió una escalada de la tensión y hubo intentos de bloquear la entrada al astillero por el Arsenal militar que acabaron con cargas policiales. Fueron dos los detenidos por desórdenes públicos y otros dos investigados por la Guardia Civil y la Policía Nacional. El trabajador de Navantia confirma a este periódico que ahora, aparte de que la empresa Meisa había estado internándose en las naves de Navantia por puertas militares para colocar la súper estructura del submarino S-82, desde este lunes “está entrando más gente de otras empresas auxiliares, como Maesa o Metalmecánicas Herjimar”.
Son ya 23 los días que acumulan los huelguistas sin recibir ni un solo ingreso. El viernes se llevó a cabo una recogida solidaria de alimentos para las familias más afectadas por el parón. Muchos de los trabajadores que lo secundan se plantean, ante preguntas de este periódico, regresar a su trabajo en los próximos días, porque no pueden afrontar los pagos cotidianos de su vida sin su salario. Otros tantos ya lo han hecho. “Al final, llegaremos a final de julio y nos veremos con cero euros en la cuenta. Y eso no vamos a poder aguantarlo. No hay nadie que pueda”, señala uno de ellos.
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