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“El sistema educativo actual despolitiza al estudiante y adormece la conciencia colectiva”

Irene Martínez Forte, vicepresidenta del CEUM y miembro de FAE

Santiago Cabrera Catanesi

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Irene Martínez Forte es una yeclana de 24 años. Reside en Murcia y estudia Filología Clásica en la Universidad de Murcia (UM). Además, es miembro del Frente de Acción Estudiantil (FAE), vicepresidenta del Consejo de Estudiantes de la Universidad de Murcia (CEUM) e integrante de la delegación de la Facultad de Letras. Comenzó su andadura en el activismo estudiantil con catorce años, siendo delegada de su clase. A día de hoy lucha por compaginar su vida académica con la política estudiantil. Es manifiestamente feminista y formará parte activa del próximo 8 de marzo.

¿Por qué vas a hacer huelga el 8M?

Es necesaria. Llevamos muchos años sin una huelga general. El año pasado tuvimos un paro internacional de mujeres. Si bien en algunos lugares se hizo paro y en otros huelga, fue no mixta, para hacer notar la falta de la mujer. Este año ha vuelto a surgir la cuestión de si debemos hacerla junto con los hombres o no. Desde FAE consideramos que esta vez debe ser mixta y general.

¿Crees que hay miedo a la palabra feminismo?

Cada vez menos. Sobre todo en las nuevas generaciones. Hay una conciencia mayor que se acentúa entre los más jóvenes. De hecho, mucha gente comienza la propia vida política a través del feminismo. Esto es algo que se ve particularmente con las mujeres. El feminismo les habla de cosas que han vivido. Todas con quince años hemos tenido miedo de volver sola a casa de noche. Es tu vida, tu día a día.

Actualmente formas parte del Frente de Acción Estudiantil y el Consejo de Estudiantes de la Universidad de Murcia, ¿cuáles son sus funciones?

El FAE es una organización que busca convertirse en un sindicato. Desde hace dos años llevamos avanzando en esa línea. Quiere representar, sobre todo, a los estudiantes de clase trabajadora. Defiende una educación que sea pública y gratuita, y que se dejen de impartir valores del sistema capitalista, para transmitir ideas como la solidaridad, la igualdad y el propio feminismo, que son los valores que nos forman como personas.

Por otra parte, el CEUM es el máximo órgano de representación del estudiantado de la Universidad de Murcia. Cumple una función más institucional: ahora mismo estamos trabajando por el derecho al paro académico. Queremos que esté regularizado, y que así las estudiantes tengan derecho a participar de una huelga estatal o regional convocada de manera legal.

¿Percibes machismo en el entorno académico? ¿Y feminismo?

Por supuesto. Además de cuestiones de acoso de profesores a alumnas, también en las ramas de estudios. Vemos como numerosas científicas que aportaron muchísimo a la evolución de la ciencia no tienen presencia en los libros. Lo mismo pasa en otros campos como la Filología Clásica, o en cualquier rama del conocimiento. La invisibilización de la mujer en la Historia también es machismo.

Además, sigue habiendo un itinerario segregador por sexos. Las carreras científico-técnicas, que son las más valoradas, tienen un porcentaje altísimo de hombres, en comparación con las carreras destinadas a los cuidados.

Otro aspecto del machismo que no se ha erradicado aún es la poca presencia de mujeres en cargos directivos. Por ejemplo, en las juntas de los dos últimos años del CEUM hemos sido solo dos mujeres. En FAE ahora está creciendo el número pero en años anteriores, cuando había menos movimiento, la mayoría de los que quedaban eran hombres. A nosotras se nos exige más. Y ya no es que te pongan trabas directas, sino que inconscientemente nos quedamos atrás. Venimos de un sistema capitalista y patriarcal en el que se nos enseña a estar calladas, tener poco autoestima…y acabamos por ponernos obstáculos nosotras mismas.

Por otra parte, afortunadamente el feminismo ha progresado. El propio CEUM ha aprobado prácticamente por unanimidad apoyar la huelga del 8M durante dos años consecutivos. Es una muestra de su avance. Que un órgano que representa a 35.000 estudiantes decida apoyar de manera abierta la huelga, además de pedir a la Universidad de Murcia que facilite el derecho a ejercerla, especialmente el de las estudiantes mujeres, es un buen síntoma.

¿Qué medidas se están llevando a cabo para afianzar el feminismo en el entorno universitario?

La UM ha puesto en marcha un protocolo de actuación contra el acoso, que hemos hecho llegar a las delegaciones. El año pasado impartí una charla formativa en unas jornadas del CEUM donde daba los pasos exactos que debían darse en caso de que se diera una situación de acoso. Además,  las propias delegaciones están haciendo charlas de cara al 8M.

El año pasado propusimos desde el CEUM la introducción de los 'puntos violetas'. Nos parece necesario porque hubo una violación en unas fiestas, a lo que se suman los habituales casos de acoso que ninguna mujer debería sufrir en un ambiente en el que vas a pasártelo bien. De momento se hacen a través del voluntariado de la propia Universidad de Murcia y se dan créditos CRAU. Creo que se podría mejorar el sistema para que colaborara más gente pero, viendo el lado positivo, desde vicerrectorado se han preocupado en formar a los voluntarios.

Lamentablemente, a comienzos de año un grupo de chavales se acercaron en una fiesta a uno de estos puntos y comenzaron a increparles. No pasó nada pero estamos pensando en ponerles seguridad, por si acaso.

¿Hay falta de interés entre el alumnado hacia el activismo estudiantil?

Sí, y de hecho cada vez más. Lo triste es que debería ser al revés ya que las circunstancias son cada vez peores: la cantidad de estudiantes  que tienen que estudiar y trabajar es mayor; la subida de los precios de los alquileres dificulta independizarnos; muchísimas estudiantes tienen que seguir viviendo con sus padres para ir a la Universidad... La calidad de vida ha bajado en picado. Sin embargo hay una conciencia colectiva que no despierta. Eso no es casual.

El sistema educativo actual, instaurado desde la época de Zapataero, despolitiza al estudiante y adormece esta conciencia colectiva, además de fomentar la competitividad entre los propios estudiantes, que es el discurso hegemónico. La carga lectiva a raíz del plan Bolonia hace que de igual lo interesado por el activismo estudiantil que estés: apenas puedes participar en nada por falta de tiempo

Hace unos días os reunisteis con el presidente de la Comunidad, Fernando López Miras, y el consejero de Universidades, Javier Celdrán, ¿qué temas tratastéis? ¿Veis un gobierno receptivo o solo en clave electoral?

Con el presidente de la Región tratamos varios temas: por un lado queremos que se impulsen bonos de transporte más asequibles, sobre todo para municipios como Lorca, donde los precios para ir y volver son desmesurados, casi 150€ al mes. Nuestra gran reivindicación, por otra parte, es la universalización de la educación universitaria con una bonificación del 99% de las matrículas.

Si bien los vimos receptivos, hay que tener en cuenta que estamos a las puertas de unas elecciones. Asimismo, y si bien es verdad que hay mejorar la financiación desde el Estado, como dice el Gobierno regional, creo que si administrásemos mejor el dinero se podrían optimizar las condiciones de nuestro sistema educativo. Se trata de la manera en la que ves el mundo: si ves la educación como un derecho fundamental, consigues que salga adelante.

¿Es posible un gran pacto educativo? ¿O las diferencias ideológicas son tan fuertes que no se puede llegar a ese punto de encuentro?

El pacto educativo es imprescindible. No es una cuestión de más o menos difícil, sino sobre si es o no necesario. Y en él debe estar presente la comunidad educativa, porque no se la tiene en cuenta. De hecho, se suele tener más presente a las  asociaciones de madres y padres católicos, o universidades o colegios privados antes que a nosotros, y eso no se puede permitir.  Somos la columna vertebral del sistema, y tenemos que luchar por democratizar las instituciones y la vida política.

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